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Red Internacional
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Ciencia. Microsismos: ¿Qué son? ¿debemos preocuparnos?

Esta semana, la Ciudad de México ha sido sacudida en al menos cinco ocasiones por microsismos, lo cual ha alertado a la población, principalmente en las alcaldías del centro y poniente, donde se han presentado daños a algunas infraestructuras, así como crisis nerviosas en algunos capitalinos... si bien, la actividad sísmica en la zona es común, el registro de tantos movimientos de la tierra e menos de una semana causa incertidumbre en la población, entonces, ¿A qué nos referimos cuando hablamos de este fenómeno?

Axomalli Villanueva

Axomalli Villanueva @1quiahuitl

Jueves 14 de diciembre de 2023

La actividad sísmica en el centro del país no es nueva, tenemos muy fresca en la memoria las tragedias de 2017 y 1985, sin embargo cada año se presenta al menos un sismo mayor en la capital, lo cual deja en algunas ocasiones daños en las infraestructuras y en ocasiones los edificios que no cumplen con las regulaciones en construcción son los mayor afectados, llegando a ocasionar la pérdida de vidas.

Esta actividad se debe a que el país se encuentra en medio de la conjunción de 5 placas tectónicas, la mayor parte de la actividad sísmica que percibimos proviene de los estados del Pacífico, donde convergen, tanto la placa de Norteamérica, la de Cocos, la Rivera y la del Pacífico y el Caribe, siendo las que han causado los mayores terremotos registrados en la historia del país.

Sin embargo, eso no quiere decir que el resto del territorio sea estable en cuanto a movimientos de tierra, en el Valle de México y la zona central del país se encuentra el Eje Neovolcánico, que está conformado por decenas de cerros y colinas que conforman la orografía de la capital, así como un sin fin de fallas geológicas que provocan que se registren sismos, claro está, con mucha menor intensidad que con los desplazamientos de las placas.

Los microsismos que han afectado a la Ciudad de México en estos días, provienen precisamente de las fallas producto de la interacción entre el suelo lacustre y volcánico, que ocasionan estas sacudidas repentinas, algunas veces acompañadas de un sonido similar al de una explosión, cuya intensidad aumenta conforme la cercanía al epicentro.

Pero, entonces, ¿Qué es una falla?, ¿Es más o menos peligroso que un sismo regular?...

Las fallas geológicas, se registran, según la UNAM, en 15 de las 16 delegaciones de la ciudad, aunque las que tienen mayor número son Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco, a su vez, es importante tener en cuenta que la CDMX está construida sobre un antiguo sedimento lacustre, por lo que el constante hundimiento debido a los suelos blandos en la mayor parte de la capital ejerce presión sobre las fallas mencionadas, provocando que estos movimientos sean más perceptibles para la población, al provocar un "efecto gelatina".

Otro factor a tener en cuenta es la crisis hídrica que afecta al centro del país, pues la mala gestión del agua en la ciudad, al ser cada vez más requerida para la explosión inmobiliaria, que, además de requerir mayores cantidades de agua para las construcciones y proyectos departamentales, también repercute en la pérdida de suelos de vegetación, mismos que actúan como fuente de recarga de agua para el subsuelo, esto ha acelerado el hundimiento de la mayor parte de las zonas del centro que en promedio se hunden entre 20 y 30 centímetros al año.

La extracción del agua es el factor que detona y pone en evidencia las debilidades que ya existían en el suelo, pues por el estrés hídrico el subsuelo se consolida y se compacta, y las irregularidades y discontinuidades que ya estaban comienzan a manifestarse o propagarse hacia la superficie, a su vez deja en evidencia la falta de cumplimiento en las regulaciones de seguridad en algunos edificios relativamente nuevos, que ya han presentado afectaciones con estos microsismos.

En cuanto al riesgo que corren las y los residentes de la capital del país, por lo pronto, no es mayor que el que se presenta con los sismos provenientes del Pacífico, la población debe tener presente las medidas de seguridad ante un fenómeno de esta magnitud, pero también se deben cumplir con los protocolos de seguridad en cuanto a construcción, por tanto es crucial que, no solo se detenga la burbuja de especulación inmobiliaria, sino también que se implemente un plan de vivienda que realmente ponga por delante las necesidades de la población y no las ganancias de unas cuantas empresas constructoras.

Pero, y a todo esto... ¿Por qué no sonaron las alarmas sísmicas?

Recordemos que el sistema de alerta temprana viene de una red de sensores que monitorean las costas de los estados del Pacífico, como Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Michoacán, donde convergen las placas tectónicas que ocasionan los sismos más grandes que tenemos registrados. Al ser el epicentro en la Ciudad de México, no se tienen los sensores necesarios para que se activen las alarmas, pues no ha tiempo.

Por otra parte, los microsismos en la CDMX no activan la alerta sísmica porque su magnitud es menor al umbral de 6; hasta ahora ninguno ha sobrepasado la escala 4 en cuanto a energía, lo cual no quiere decir que no sean para ser monitoreados, de hecho, tanto el Servicio Sismológico Nacional, como otras universidades mantienen un monitoreo constante a esta actividad sísmica, misma que se mantiene desde los 80s.

Gracias a esto, expertos han determinado que estos microsismos no representan un peligro mayor para los capitalinos, aunque sí se insiste en que se deben cumplir con las regulaciones en construcciones para garantizar la seguridad de la población.