×
×
Red Internacional
lid bot

Conferencia Vespertina. Mil 410 trabajadores de la salud han muerto durante la crisis por covid 19

En la conferencia vespertina del jueves 3 de septiembre tocó el turno al Dr. José Luis Alomía para presentar el informe técnico sobre el manejo de la pandemia por coronavirus. Los datos del gobierno arrojan que en México van 616 mil 894 casos confirmados de la enfermedad y un saldo de 66 mil 329 defunciones.

Jueves 3 de septiembre de 2020

También se anunció que Nuevo León, Nayarit y Colima son los estados que mantienen la mayor ocupación hospitalaria, uno de los parámetros más importantes en la definición del semáforo epidemiológico.

Por otro lado el funcionario anunció que desde que inició la crisis han fallecido mil 410 profesionales de la salud de la primera línea contra la enfermedad. Esto en el marco del anuncio de Amnistia Internacional sobre que México es uno de los países que liderea el conteo de profesionales de la salud contagiados.

Pesé a ello para el doctor Alomía la comparación no tiene sustento técnico por el uso de cifras totales además de que, hay diferencias en la manera en que cada país contabiliza estas cifras, pará él, más útil sería comparar las tasas de mortalidad para un mejor comparativo sobre este grupo específico.

Asegura que en México se protegió desde el inicio a todo el personal de la salud, pues según idicadores de la secretaria de salud, en México sólo el 7% de personal de salud desarrolló la enfermedad gravemente y la letidad es de 3.8%, menor al de la población en general.

Según estas cifras es más seguro laborar para los profesionales de la salud que entre otros sectores pues se asegura se contó desde el inicio con permisos especiales, insumos y medidas para cuidar la salud de médicos y enfermeras. Lo anterior contrasta con múltiples denuncias que en sentido inverso han hecho trabajadores del gremio.

Alimentación saludable.

En la segunda parte de la conferencia se presentó la estrategia integral para promover la alimentación saludable justa y sustentable, que a decir de los funcionarios es una tarea intersecretarial junto a gobierno, productores y consumidores.

Según la exposición que se centró en el eje de alimentación culturalmente apropiada, México debe reconocer su riqueza alimentaria, de tradición muy antigua y de una variedad inmensa en los alimentos que históricamente produce.

El plan integral que se presentó, puso la siguiente pregunta sobre la mesa ¿por qué no consumimos frutas y verduras si tenemos una gran capacidad de producción de alimentos, contrario a eso, ha caído el consumo de frutas y verduras y elevado el consumo de bebidas azucaradas y alimentos chatarra. Pará el gobierno ahí encontramos las causas de la epidemia de obesidad y demás enfermedades producto de una mala alimentación.

Se dijo que el modelo neoliberal desde 1982 hasta el 1 de julio de 2018 exportó alimentos nutritivos y se importó el modelo de alimentos chatarra a través de la colonización del paladar. Pará la 4T estamos ya en otro momento de la crisis por obesidad.

Cómo salida se dijo que necesitamos aumentar el consumo de alimentos saludables, reducir las bebidas azucaradas y las carnes rojas. Hasta construir un nuevo sistema alimentario, justo, sustentable, saludable y competitivo, que rescate del campo y que dé de comer a los que nos dan de comer.

La exposición resaltó los programas sociales para el campo del gobierno federal pero omitió señalar las denuncias que las mismas comunidades campesinos han hecho sobre que programas como Sembrando Vida en realidad se traducen en una sobreexplotación de los trabajadores del campo y que los apoyos que llegan son muy pequeños.

Por otro lado presenta la epidemia de obesidad y diabetes como un problema cultural y no habla de que las familias trabajadoras y los sectores populares muchas veces no cuentan con los recursos económicos para alimentarse adecuadamente y en consecuencia acuden a alimentos procesados que en algunos casos son más baratos.

Medidas como el etiquetado frontal no son suficientes para combatir la pobreza y la desigualdad alimentaria además de que no hacen realmente responsables a las grandes empresas de la industria alimentaria de la calidad de los alimentos que producen.