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Red Internacional
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Editoral. Milei y las formas

La mayoría de los opositores preocupados por las formas mientras avalan el contenido de un programa reaccionario. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que ese emite los jueves de 22 a 24 h por Radio Con Vos, 89.9.

Fernando Rosso

Fernando Rosso @RossoFer

Jueves 21 de marzo de 2024 23:58

  • - Hacer un balance de los 100 días del Gobierno de Javier Milei siguiendo el minuto a minuto de su dinámica política es una tarea imposible.

  •  ¿Por qué? Porque el método de Milei es uno que él mismo explicó allá por 2022 cuando escribió en Twitter / X: “¿Cómo se hace para esconder a un elefante? Y él mismo se respondió: “Se lo rodea de una cantidad enorme de elefantes...”
  •  Y es precisamente eso lo que hace el Gobierno: soltar “elefantes” reales o imaginarios para no perder la centralidad en la conversación pública, no dejar de alimentar a su núcleo duro más rabioso y poner a todo el mundo a indignarse por mil cosas a la vez. Una indignación impotente y, sobre todo, que nos puede hacer perder de vista los grandes movimientos que realmente tienen lugar en el escenario político.
  •  Eso y no otra cosa fueron, por ejemplo, las provocaciones largadas ante el #8M (Día Internacional de la Mujer) cuando se cambió el nombre del Salón de las Mujeres en Casa Rosada o, por estas horas, cuando estamos a nada de un nuevo 24 de Marzo, con temas más densos como el anunciaron Patricia Bullrich y Luis Petri sobre la eventual participación de las FFAA en tareas internas, el cambio del Código Penal para endurecer penas contra quienes impulsen manifestaciones o el rumor de posibles indultos a militares genocidas. Ojo, no digo que estas cuestiones sean solo maniobras distractivas, digo que hay que observarlas en el escenario de conjunto.
  •  ¿Cuál es ese escenario en estos 100 días? Bueno, un gobierno que avanzó (aprovechando el rechazo a todo lo anterior que es la base de los que hoy siguen respaldando a Milei) en un plan de ajuste que hasta ahora tuvo más éxito en la licuadora que en la motosierra. Esto es en licuar salarios, jubilaciones e ingresos y menos en las “reformas estructurales”. Pero, podríamos decir que el ajuste está en el “haber” del Gobierno medido en sus propios términos.
  •  Este ajuste fiscal, hasta ahora, “exitoso” se combina con una fragilidad política y económica notoria que siembra dudas en los factores de poder sobre la sostenibilidad (económica, social y política) del proyecto libertariano.
  •  Desde el punto de vista económico, el último informe de PxQ (la consultora que conduce Emmanuel Álvarez Agis) asegura que “en el frente fiscal, la principal ancla del programa de gobierno se basa inicialmente en una interrupción de los pagos. En el primer bimestre del año, el superávit global se logró fundamentalmente por una caída del gasto, principalmente en las jubilaciones, pero también por la retracción del gasto de capital, la postergación de los pagos de energía y el retraso de los salarios públicos”. Y, además, agrega que “el shock inicial de corrección de tipo de cambio, desregulación de precios y ajuste fiscal generó la retracción de la actividad económica más grande desde la pandemia. La magnitud y velocidad de la caída del salario real pone en duda la sostenibilidad social y política del programa de LLA. Además, la caída de la actividad afecta la recaudación de los tributos vinculados al mercado interno, lo que supone un desafío extra para mantener el ancla fiscal.” A ver, la postergación de los aumentos de tarifas por parte de Caputo es una confesión de que están en problemas.
  •  Las inconsistencias son notables y evidentes. A esto hay que sumarle los reveses políticos. Es un Gobierno que no se cansa de perder y, además, festeja esas derrotas como si fueran triunfos. Los más resonantes fueron la caída de la “Ley Ómnibus” en la Diputados y el rechazo al DNU en el Senado. A ver, para el micromundo de los fanáticos de Twitter puede funcionar eso transformar derrotas en victorias, pero la gente seria y los que se juegan sus intereses, saben diferenciar claramente una cosa de la otra.
  •  La interna con Victoria Villarruel, ahora atada con alambre, tiene que ver con esto: con una aspiración de poder propio de la vicepresidenta, pero que se proyecta sobre un presidente frágil. Nadie se acuerda de los vices de presidentes fuertes. Fue muy gráfico que en su descargo luego de la derrota del Senado, Villarruel no se comparara con, pongamos Julio Cobos y alguien similar, sino con Cristina Fernández, que era una figura políticamente fuerte en el Frente de Todos, ante a un presidente frágil.
  •  En el mismo sentido, es un Gobierno que en 100 días tiene varios funcionarios echados o renunciados (Omar Yasín en Trabajo y más recientemente Armando Guibert, de la Secretaría de Transformación del Estado), es un secreto a voces que va a cambiar al jefe de la bancada de La Libertad Avanza en diputados (Oscar Zago) para reemplazarlo por José Luis Espert.
  •  Ahora, frente a esta situación tenemos un amplio espectro que va al rescate del Gobierno de Milei con un discurso que se centra en las formas y dice estar de acuerdo con muchas cosas del contenido: esto va desde los diputados y senadores radicales o peronistas que le proponen al Gobierno que envíe leyes “espejo” al DNU (y algunos hasta se la redactan), los gobernadores que podrían negociar no apurar la caída del DNU en Diputados si arrancan fondos (que pueden venir de la reinstalación del impuesto al salario), pasando por la CGT que dice que estaría dispuesta a discutir algunas reforma laboral, hasta llegar hasta CFK que ya afirmó que está dispuesta a discutir privatizaciones o flexibilización laboral.
  •  Muchos de estos dirigentes dicen que el problema de Milei es “de forma” y le ofrecen (lo que el Fondo Monetario le exige) ampliar la coalición para darle sustentabilidad al programa.
  •  Puede fallar, por la misma propensión de Milei a la autoderrota basado en una soberbia sin precedentes o porque el programa sea insostenible, pero eso no quiere decir que la intención no exista.
  •  Bueno, no es solo necesario enfrentar al Gobierno “en general”, sino también a quienes quieren darle una mano oponiéndose a las formas y no al contenido. El problema de Milei, es de forma, pero esencialmente es de fondo.
  • Fernando Rosso

    Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

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