Lo dijo durante toda su campaña electoral y ya como presidente lo volvió a ratificar: alineamiento incondicional con Estados Unidos y con el Estado de Israel. Uno es el Estado imperialista que más invasiones a países extranjeros realizó y más golpes de Estado propició. Israel es el país creado a partir de la limpieza étnica del pueblo palestino y que en estos mismos momentos lleva adelante un genocidio en la Franja de Gaza.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Viernes 15 de diciembre de 2023 03:49
Ya como presidente, este último martes, Javier Milei participó de la celebración de Janucá organizada por la DAIA, la organización sionista que falsamente dice representar a toda la comunidad judía de Argentina, donde viven aproximadamente 250.000 personas que profesan esa religión o simplemente por su origen se identifican con su cultura, pero de ninguna manera la totalidad adscribe a la "Delegación de Asociaciones Israelitas argentinas", que trató de antisemita a la referente del Frente de Izquierda Unidad Myriam Bregman (diputada nacional de origen judío), por denunciar el estado de apartheid que reina en Cisjordania y la Franja de Gaza a manos de Israel.
Esa celebración religiosa (Janucá) fue un acto político donde los dirigentes de la DAIA recibieron como a una celebridad a Milei, que asistió junto a su propia "Rambo" -que puede terminar como Rambito y Rambón-, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que quiere prohibir la protesta social frente al brutal ajuste que el hombre de las "fuerzas del cielo" y su gobierno pretenden llevar adelante contra el pueblo trabajador. La misma cuyo esposo, Guillermo Yanco, es un lobista de la industria armamentística, ligado a Israel. Gracias a esas conexiones, como la que tiene con Mario Montoto (ex montonero convertido en un hombre de negocios de la "seguridad" y el "cibercrimen" tanto en Estados Unidos, como en Israel) es que en 2017, cuando también fue ministra de Seguridad, le compró al Estado de Israel 4 lanchas de patrullaje y sistemas de vigilancia y estaba muy interesada en unos drones que vienen con lanza gases y se utilizan para romper manifestaciones. Los lanza gases para los drones los fabrica la empresa israelí Ispra.
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Los mismos lanza gases y drones que Israel utiliza contra las manifestaciones de palestinos, las mismas lanchas que patrullan desde años las costas de la Franja de Gaza, la mayor cárcel a cielo abierto que desde hace poco más de dos meses el Estado israelí mantiene bajo bombardeo y fuego abierto, con 18.500 palestinas y palestinos asesinados, 49.645 heridos, más de 7.000 desaparecidos y 1,8 millones de desplazados -del norte al sur de Gaza-. Un verdadero genocidio. Esas son las cifras del horror que está sembrando Israel (además de las muertes en Cisjordania) y que Milei oculta, como hace Netanyahu con su coalición gobernante de colonos de extrema derecha.
Sus referencias a pasajes de la Torá, como hace el primer ministro israelí, están al servicio de justificar su política de menemismo recargado, con un envalentonamiento de personajes de la derecha como José Luis Espert que amenaza a referentes de la izquierda por defender el derecho de trabajadores y el pueblo pobre a manifestarse y protestar. Netanyahu las utiliza para justificar la limpieza étnica llevada adelante por el Estado que dirige.
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Mientras que Estados Unidos, el socio mayor de Israel que mantiene con ese Estado una alianza estratégica en Medio Oriente, más allá de la retórica de su presidente Biden, su vice presidenta y el Secretario de Estado Antony Blinken sobre el cuidado que debería tener Israel con las víctimas civiles, sistemáticamente viene apoyando su accionar criminal hacia los palestinos y palestinas. Cada tibio intento de la ONU para un llamado de atención o poder investigar crímenes de lesa humanidad, son bloqueados por Estados Unidos.
Así esta semana votó en contra de un alto el fuego humanitario en Gaza, mientras el gobierno argentino –ejerciendo un humillante seguidismo- se abstuvo. Mientras que cada vez que tiene oportunidad aclara: “Israel tiene derecho a defenderse”, tal cual lo dice Biden y el propio Netanyahu, mientras su “Estado Nacional Judío de Israel” lleva adelante una limpieza étnica contra el pueblo palestino. A ese Estado es que Milei le promete trasladar la embajada argentina de Tel A Viv a Jerusalén (como hizo Trump), contraviniendo hasta resoluciones internacionales que rechazan que Israel tome a Jerusalén este como parte de su ciudad “eterna e indivisible”.
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Esa defensa de un Estado genocida, que además mantiene a los árabes que viven dentro de Israel como ciudadanos de segunda, pero sin nacionalidad y llena sus cárceles con mujeres, hombres y hasta niños palestinos sin pruebas, sin juicios, es completamente funcional a su alineamiento político con Estados Unidos. Que por otro lado es el accionista principal del Fondo Monetario Internacional (FMI), al que Milei prometió realizar un ajuste mayor del que ese organismo imperialista proponía para Argentina.
“Las fuerzas del cielo”, “las fuerzas del bien” (según Netanyahu), es fraseología que busca justificar la opresión política y económica de los que solo tienen sus cadenas para perder.