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Red Internacional
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Genocidio. Miles de policías desplegados en Berlín para evitar un Congreso Palestino

Este fin de semana debía celebrarse en la capital alemana un Congreso sobre Palestina. Pero 2.500 policías fueron movilizados y clausuraron el acto antes de que pudiera pronunciarse el primer discurso. Varios camaradas judíos fueron detenidos.

Sábado 13 de abril 11:04

A principios de 1968, el movimiento estudiantil de Berlín Occidental organizó un Congreso Internacional sobre Vietnam. Unas 6.000 personas se reunieron en la Universidad Técnica de Berlín para debatir la solidaridad con las luchas antiimperialistas, no sólo en Vietnam, sino también en América Latina y África. Muchos de los oradores eran judíos, como Ernest Mandel, de Bruselas, o Alain Krivine, de París.El empresario ultra derechista Axel Springer exigió que se reprima el evento, pero habría sido demasiado una de las ciudades abanderadas del llamado "mundo libre" prohibir un debate político.

Este fin de semana, unos 56 años después, Berlín debía acoger un Congreso Palestino. La misma prensa derechista de Springer pidió prohibiciones, y esta vez tuvieron éxito. El nivel de represión en Berlín hoy es mucho peor que en los años sesenta.

A los organizadores les fue casi imposible encontrar una sede, ya que las universidades alemanas prácticamente han prohibido el debate sobre el genocidio en curso en Palestina. La ubicación del Congreso Palestino se mantuvo en secreto hasta unas horas antes del evento. Más de 900 policías bloquearon inmediatamente el lugar, un salón de fiestas privado, y declararon que sólo se permitiría la entrada a 250 personas. Lo justificaron de forma inverosímil alegando que se trataba de una cuestión de "seguridad contra incendios", a pesar de que la sala puede albergar a mucha más gente. Así, menos de un tercio de las personas que habían comprado entrada pudieron pasar el control policial.

Ni bien el congreso, la policía antidisturbios no sólo irrumpió en el escenario, sino que cortó la electricidad de todo el edificio para impedir la retransmisión en directo del acto. Poco después, declararon que prohibían por completo el acto. No está claro cuál es el fundamento jurídico de esta medida.

Al cirujano británico-palestino Ghassan Abu Sitteh, que acaba de ser elegido rector de la Universidad de Glasgow, se le denegó la entrada en Alemania. Fue retenido en el aeropuerto durante más de tres horas y posteriormente deportado al Reino Unido. Abu Sitteh, que ha aparecido en el New York Times, trabajó en el hospital Al-Shifa de Gaza durante 43 días y quería informar sobre sus experiencias de primera mano. También es testigo en las audiencias del Tribunal Internacional de Justicia, donde Alemania se enfrenta a cargos por complicidad en genocidio. Esto nos recuerda hasta qué punto el gobierno alemán se ha alejado de las normas democráticas básicas: el director electo de una importante universidad europea ni siquiera puede entrar en el país.

Al menos dos participandes del congreso de origen judío fueron detenidos por numerosos "delitos", como sostener un cartel en el que se leía "Judíos contra el genocidio". El gobierno alemán lleva a cabo esta represión en nombre de la "lucha contra el antisemitismo" y la "protección de los judíos." Pero al menos una cuarta parte de los oradores anunciados eran judíos, y muchos muchos de los detenidos llevaban una kipá o una estrella de David.

El gobierno de Berlín permite regularmente que se celebren concentraciones de extrema derecha y abiertamente fascistas, e incluso les da protección policial frente a los contramanifestantes en nombre de la "libertad de expresión". El pasado noviembre, cuando destacados políticos del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) y nazis se reunieron en un hotel de Potsdam para debatir planes para deportar a millones de personas de Alemania, ningún policía irrumpió en el lugar.

Sin embargo, todos los partidos del régimen alemán están unidos en su solidaridad con el gobierno de extrema derecha de Israel. Una alianza de todos los partidos, incluidos los Verdes e incluso figuras destacadas del partido de izquierda reformista Die Linke, pidió la prohibición del Congreso Palestino. El partido de extrema derecha AfD tiene la misma postura antipalestina. El gobierno y la policía no encontraron base legal para restringir el derecho a la libertad de expresión, así que utilizaron la fuerza bruta.

El partido conservador de Berlín, CDU, hace publicidad cínicamente diciendo que "Berlín no es lugar para el antisemitismo". Esto es más que un poco irónico, después de que el alcalde de Berlín abrazara con orgullo a Elon Musk, uno de los más prominentes difusores mundiales de teorías conspirativas antisemitas. El gobierno alemán sólo está interesado en "luchar contra el antisemitismo" cuando esto se puede utilizar para reprimir a los inmigrantes y a la izquierda.

La noche anterior al congreso, un canal de televisión propiedad de Springer había invitado al político de extrema derecha más prominente de Alemania, Björn Höcke, a un debate en horario de máxima audiencia. Höcke, que lleva tiempo exigiendo el desmantelamiento del monumento conmemorativo del Holocausto, se permitió declarar que en Alemania no existe antisemitismo real, salvo el importado por los inmigrantes. Nadie contradijo esta extraña afirmación, que es esencialmente lo que todos los demás partidos han estado diciendo también. Culpar a los no alemanes, y especialmente a los judíos, del antisemitismo es una cínica maniobra para blanquear la responsabilidad de la burguesía alemana.

Esta represión no significa que esta alianza de todos los partidos tenga un mandato de la población. Todo lo contrario: el apoyo al genocidio de Israel es extremadamente impopular en Alemania, con más del 61 por ciento de la población diciendo que las acciones militares no están justificadas. La clase dominante necesita recurrir a una represión tan escandalosa porque no hay otra forma de atenerse al Staatsräson de apoyo incondicional a Israel.


Nathaniel Flakin

Periodista freelance e historiador. Escribe en Left Voice, EE. UU. y Klasse gegen Klasse, Alemania. También ha escrito bajo el seudónimo de Wladek.