Después de 5 semanas de cuarentena impuesta por el Gobierno, miles de trabajadores y sus familias regresan caminado desde Lima a sus ciudades de origen y lo hacen porque perdieron el empleo y ya no cuentan con recursos económicos para seguir sosteniendo sus gastos diarios y los pagos de alquiler de las viviendas en Lima.

Cecilia Quiroz Bachiller en Historia, militante de Pan y Rosas Perú y la CST
Miércoles 22 de abril de 2020
Foto: El Comercio
Hace una semana se empezaron a concentrar en la carrera central - en la zona de Huaycan y Chosica - trabajadores, estudiantes, mujeres, niños y adultos mayores para iniciar caminatas de cientos de kilómetros que les permitan retornar hacia regiones como Huancayo, Cerro de Pasco y otras de la sierra central y la selva. Su avance fue detenido por policías y militares que los concentraban sin prever los más mínimos protocolos de cuidado ante el contagio del coronavirus.
Ante este escenario generado por una cuarentena que no viene acompañada con medidas que garanticen al menos las condiciones mínimas de bioseguridad, ni de test masivos ni de ninguna medida económica y social para que las y los trabajadores puedan sostener las medidas de confinamiento social, la situación es crítica y ha terminado por golpear duramente al pueblo trabajador.
El presidente Vizcarra autorizó el retorno de estos pobladores a sus regiones y ha hecho recaer la responsabilidad de su traslado en los gobernadores regionales, quienes debían coordinar su empadronamiento y retorno por vía terrestre. Sin embargo, ha pasado ya una semana y vemos que la capacidad de respuesta de las autoridades regionales ha quedado sobrepasada. Es por eso que miles son los que aún no pueden regresar a sus lugares de origen y siguen varados o caminando por la carretera central, la panamericana sur o la panamericana norte.
Al ser entrevistados por los medios de comunicación, los miles de trabajadores que se desplazan por las carreteras manifestaron que no les queda otra alternativa, que son conscientes del peligro al que se exponen, pero ya no pueden sobrevivir en Lima. Manifiestan que perdieron el trabajo, que los desalojaron de las viviendas que alquilaban y que los ahorros que tenían ya se agotaron y por ello, a pesar de las dificultades, prefieren regresar a sus ciudades de origen, donde solo les espera la incertidumbre.
Para tener una idea de cuántos trabajadores y sus familias buscan retornar a sus lugares de origen, solo tenemos que verificar la cantidad de inscritos en la plataforma del Gobierno regional de Arequipa. Allí se manifiesta que son, hasta la fecha, 4.800 los que esperan ser trasladados a esta región, mientras que hay 10.000 que se encuentran varados en esta región y buscan salir a otras partes del país.
Solo de la región San Martín hay más de 500 personas acampando en la carretera central a la altura de Chosica, ellos podrían ser instalados en los clubs privados y centros recreacionales que hay en esta zona. Sin embargo, el Gobierno prefiere que estén en la intemperie y expuestos al contagio, todo eso antes que declarar de interés público todos los centros recreacionales y lujosos clubs privados que hay camino al centro, al sur y al norte del país. Estos centros podrían disponerse al servicio de brindar alojamiento a las y los desplazados mientras son trasladados a sus regiones de origen.
Dentro de los protocolos establecidos para ser trasladados, señalan que deben pasar una prueba rápida para detectar si son portadores del Covid-19 y al llegar a su ciudad de origen, deberán estar en cuarentena 14 días. Aquí hay dos problemas, por un lado, quienes han logrado regresar en los primeros buses o vuelos humanitarios han sido llevados a lugares que no cumplen con las mínimas condiciones de salubridad para pasar la cuarentena y quienes permanecen en Lima no han sido testeados por el ministerio de Salud. Esto es muy grave ya que si habrían portadores en ese grupo ya estarían contagiando masivamente a quienes los acompañan.
Así como hay miles de trabajadores y sus familias, estudiantes y adultos de la tercera edad que se encuentran caminado hacia sus ciudades de origen (al interior del país), también se tiene conocimiento que hay cientos de trabajadores peruanos en la región de Arica en Chile que esperan retornar a Tacna ya que se quedaron sin empleo en el vecino y están hace más de un mes acampando en los exteriores del consulado peruano en Arica.
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Quienes hoy buscan retornar a sus regiones o ingresar al Perú por Tacna son trabajadores y trabajadoras y de los sectores populares, para quienes no hay apoyos concretos y reales. Ellos hacen parte de esos millones de trabajadores que se encuentran en la informalidad y sobre ellos golpea con mayor fuerza el avance de la pandemia.
Exigimos por eso que se les realice cuanto antes los testeos y sean trasladados en buses y vuelos humanitarios a sus regiones de origen y quienes se encuentran en Arica también sean repatriados a Tacna y cumplan su cuarentena en hoteles plenamente equipados y con condiciones dignas. Por ello es urgente que todos los centros recreacionales, clubs privados y las cadenas de hoteles sean declarados de interés público para que sean ocupados por quienes buscan ser traslados a sus regiones de origen y para que se conviertan en alberges para los pobladores que deban cumplir su cuarentena. Basta de privilegiar los intereses de una minoría de empresarios.