Dos semanas después del atentado de extrema derecha que terminó con la muerte de tres activistas kurdos y varios heridos, miles de personas se manifestaron este sábado en París para exigir justicia y verdad para ellos y para otros tres activistas kurdos que fueron asesinados en 2013.
Sábado 7 de enero de 2023 12:23
El viernes 23 de diciembre París vivió un ataque de extrema derecha contra el centro cultural kurdo Ahmet-Kaya que dejó tres muertos y varios heridos de la comunidad kurda. Entre las víctimas se encuentra, Evîn Goyî, líder del Movimiento de Mujeres Kurdas y Mîr Perwer, cantante y activista kurdo, además del activista Abdullah Kizil. Tras el ataque, se produjeron manifestaciones en varias ciudades de Francia. En París como en Marsella, los manifestantes tuvieron que hacer frente a una represión brutal de parte de la policía que los atacó con una lluvia de gases lacrimógenos.
Esta sábado las calles de París se volvieron a llenar de manifestantes. Miles de personas salieron a protestar para reclamar justicia y verdad por el reciente atentado y también por el asesinato hace diez años de tres activistas kurdas.
Plusieurs milliers de personnes réunies à Gare du Nord en commémoration des trois militantes kurdes tuées en 2013 et des trois victimes de l’attentat de la rue d’Enghien. Soutien au peuple kurde ! #Kurdes #kurdes_paris pic.twitter.com/D0cBE3sLAE
— Révolution Permanente (@RevPermanente) January 7, 2023
Los participantes en la marcha, que se desarrolló entre la Estación del Norte y la plaza de la República, llevaban pancartas con fotografías de las víctimas y también del líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, encarcelado en Turquía.
Turquía y en particular sus servicios secretos estuvieron muy presentes en las pancartas, en las proclamas.
Los manifestantes corearon "Erdogan asesino, cómplice de Macron". Los ataque del 23 de diciembre tuvieron lugar unos días antes de la conmemoración del asesinato de las tres activistas kurdas en enero de 2013, que se sospecha estuvieron patrocinado por los servicios secretos turcos, y en el mismo momento en que el régimen de Erdogan está bombardeando en las últimas semanas la zona kurda de Rojava en el contexto de su operación "Sword Claw", y de la que la Unión Europea y Francia siguen siendo cómplices al considerar al PKK como una organización terrorista.
Los organizadores y participantes consideran que los servicios secretos turcos están detrás del asesinato a tiros en la noche del 9 al 10 de enero de 2013 de Sakine Cansiz, Fidan Dogan y Leyla Sylemez en el Centro de Información del Kurdistán del distrito X de París, a unos cientos de metros de la Estación del Norte.
Los investigadores detuvieron rápidamente al presunto autor de la matanza, Omer Güney, de nacionalidad turca, pero murió de cáncer en prisión a finales de 2016 unas pocas semanas antes de que se celebrara el juicio en el que se esperaba que se pudiera aclarar si el triple asesinato fue un encargo y si hubo un cerebro en el extranjero.
Las familias de las mujeres trataron de relanzar el procedimiento judicial con una denuncia en 2017 en la que aportaban elementos que a su juicio demostraban la responsabilidad de los servicios de inteligencia turcos.
Esa tesis había sido barajada desde la primera instrucción, pero no ha dado lugar a ninguna imputación y entre la comunidad kurda existe la impresión de que las autoridades francesas han querido cubrir una eventual implicación de Ankara.
Ello se revivió con el ataque el pasado 23 de diciembre en el que tres personas fueron asesinadas delante del centro cultural kurdo y otras tres resultaron heridas en el mismo barrio del distrito X junto a la Estación del Norte.
En esa ocasión, el autor -arrestado inmediatamente- fue William Malet, un francés de 69 años con múltiples antecedentes que había salido de la cárcel unos días antes y que estaba imputado por haber atacado en 2021 un campamento de inmigrantes.
Los manifestantes este sábado en sus pancartas exigían "Verdad y Justicia" al tiempo que mostraban su descontento por la marcha de las investigaciones con críticas directas: "Francia, país de los derechos de los servicios secretos turcos".
La represión que sufrieron las familias en duelo en París en las manifestaciones previas no hacen más que dejar en claro la complicidad del gobierno francés con la represión del régimen de Erdogan contra los kurdos. Es una prueba de que no se puede esperar nada de Macron para poner fin a la opresión del pueblo kurdo. Este último crimen racista de un activista de extrema derecha se suma a una larga lista de intimidaciones, ataques y asesinatos racistas llevados a cabo por la extrema derecha y por las fuerzas policiales francesas.