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Red Internacional
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Alemania. Miles se manifiestan en Leipzig: "nosotros no pagamos por su crisis"

El cálido otoño ha comenzado. Convocados por sectores de izquierda, miles se movilizaron en la ciudad del este alemán contra la inflación y las políticas gubernamentales.

Martes 6 de septiembre de 2022 20:29

Foto: Ayrin Giorgia

Foto: Ayrin Giorgia

"Las empresas de energía deben ser expropiadas", exigió una portavoz de la asociación de inquilinos Schönefelder Höfe, un complejo de departamentos en el noreste de la ciudad de Leipzig. Miles la aplaudieron. Según los organizadores, más de 5000 personas se reunieron en Augustusplatz en el centro de Leipzig el lunes por la noche para llevar a las calles su ira contra el gobierno. El nuevo paquete de ayuda oficial no es suficiente para los manifestantes. Los jubilados se pararon al lado de estudiantes y trabajadores. Todos ellos ya no pueden permitirse esta crisis.

Las demandas de los manifestantes eran claras y fundamentales. Con consignas contra la guerra y por la paz, demandas de un impuesto a las ganancias excesivas y un aumento de salarios por encima del nivel de inflación, se sumó también el pedido de la nacionalización de las empresas energéticas, junto a otros reclamos de los trabajadores en la actualidad.

Sören Pellmann del partido Die Linke (La Izquierda en alemán) hizo la convocatoria y varias organizaciones de izquierda se sumaron. Amira Mohamed Ali prometió que los miembros de Die Linke lucharán en el parlamento por los intereses de la población y por la justicia social.

Martin Schirdewan, presidente de Die Linke, afirmó que el rumbo que tomó el Gobierno alemán es responsabilidad del FDP (Partido Democrático Libre según sus siglas en alemán), alimentando así la imagen de que la mayoría de la coalición que gobierna, el Partido Socialdemócrata (SPD) y los Verdes se mostraron reacios a seguir el rumbo del canciller Olaf Scholz.

Los empleados de la empresa de transporte público de Leipzig muestran que no es así: como trabajadores, no confían en los políticos de los partidos tradicionales, sino que se organizan en su empresa para conseguir aumentos salariales reales en lugar de pagos únicos. Señalan el camino que debemos seguir este otoño alemán: no se debe terminar con las protestas. Solo se puede hacer cumplir nuestras demandas con huelgas.

La situación que viven los trabajadores alemanes hace necesario un programa de emergencia contra la inflación y la guerra. Lo que se necesita es congelar los precios de todos los bienes cotidianos, como los alimentos, la electricidad y el alquiler. Los salarios, los beneficios sociales, las pensiones deben ajustarse a la inflación. No se debe aplicar el impuesto al gas y deben pagar los que se enriquecen con la crisis. El sector energético debe ser nacionalizado y puesto bajo el control de los trabajadores.

Asimismo, la guerra debe terminar. Ni Putin, ni la OTAN: ese es el lema con el que debemos actuar. Las sanciones y las entregas de armas deben terminar y los fondos especiales de 100 mil millones que se destinaron para el militarismo, se deben invertir en educación y salud en lugar de armamento. Asimismo, no sólo debemos exigir la admisión de todos los refugiados en invierno. Finalmente debe haber un fin a la represión y las malas condiciones de vida de los refugiados: ¡igualdad de derechos para todos!

Los trabajadores, los estudiantes y todos los demás debemos unirnos y luchar contra la guerra y la crisis. Solo a través de luchas comunes y cohesión podemos oponernos a las políticas hostiles y explotadoras de los capitalistas. El poder de los trabajadores puede ser una salida a la miseria inminente para la gran mayoría de la población.

En las próximas semanas y meses habrá más manifestaciones y mítines contra las políticas gubernamentales, la crisis, la inflación y la guerra, en diferentes puntos de Alemania. Es fundamental que sigamos interviniendo y haciendo más expansivas estas manifestaciones hacia otros trabajadores y sectores populares, para no dejar margen a la derecha que busca apropiarse de ella, para preparar un otoño caliente en lugar de un invierno frío.