La baja en la oferta de los empleos y los planes de reducción de costos son algunos de los síntomas de una economía que viene desacelerándose. La caída del precio de cobre es tan solo un signo que hoy cobra una salida empresarial: el histórico y numeroso panorama de despidos.

Claudia Moreno Antofagasta, Chile
Martes 17 de marzo de 2015
La baja en la oferta de los empleos y los planes de reducción de costos son algunos de los síntomas de una economía que viene desacelerándose. La caída del precio de cobre es tan solo un signo que hoy cobra una salida empresarial: el histórico y numeroso panorama de despidos.
Mucha gente habla en la calles de las ciudades del norte que estamos frente a un momento parecido al de la época de declive del salitre. Cierre de faenas, despidos masivos nunca antes vistos, incertidumbre laboral, migración de retorno de trabajadores a sus ciudades natales. “Es como si los jefes estuvieran diciendo ’Pa’fuera, estamos cerrando’”, dice un trabajador de Minera Escondida en pleno centro de la ciudad.
El 2014 presagió una importante baja en el empleo, lo que hoy se concretiza en el sector minero de Chile. La evidente baja de la cotización -reducida en un 30%- respecto del peak alcanzado, en boca de los expertos, es una cifra que este año podría llegar incluso a su punto más bajo. Es el súper ciclo del cobre que se ha acabado, y los despidos finalmente ya se están cuantificando.
Si hacemos un breve repaso en cuanto a los gastos que deben sopesar las empresas respecto a las inversiones, es cosa de recordar que el 2004 el costo de la extracción de cobre era de tan solo USD 0,63 por libra, mientras que una década después el costo aumentó a USD 2,38. Esto en el marco de un Chile que cuenta con la energía eléctrica más cara de la región.
La respuesta por parte de las grandes compañías del rubro fue clave: reducción de costos, y ésta en base a la externalización de sus áreas productivas a través de la subcontratación de trabajadores y el cumplimiento de metas productivas impuestas por la mandante. Sólo el 2014 se generó un recorte de 19 mil puestos de trabajo, donde más de 7 mil 800 trabajadores de planta fueron despedidos. La aproximación del despacho de contratistas se aproxima en cuatro veces más que los de planta.
Para afuera: estamos cerrado
El “retiro” es el concepto con el que inicia la minería el 2015. Supuestamente voluntario, los despidos encubiertos son eje central en los planes de reducción de costos. Empezando por la gigante Minera Escondida Ltda., que en palabras de su presidente Hilman Rode, buscaban reducir entre un 14 y 20% de su dotación de planta propia. Hablaríamos de 600 “retirados”, sin embargo, el propio sindicato denunció amenazas y presiones por lo que la actual cifra de adheridos al Plan, que asciende a los 1.000, ya no es sorpresa para nadie.
En AngloAmerican la desvinculación es de corte mundial y al unísono. Son 60 mil los despedidos a nivel del globo en tres años debido a una “reestructuración interna” en la trasnacional. Sólo en Chile, Anglo declara 5 mil mineros fuera de Los Bronces, Mantos Blancos, El Soldado, Mantoverde y Chagres. Incluso, planeando la venta de cuatro de sus operaciones, quedándose solamente con Los Bronces.
Los cierres de faenas también se comienzan a hacer realidad. Michilla encabezando la lista, cierre que dejaría en la calle a 800 trabajadores de planta y unos 1.500 contratistas. El grupo Luksic, que controla dicha minera, decretó la reubicación para los trabajadores de planta, pero no para todos, y también que éstas se realizaran hacia Antucoya y Centinela. Dicha “oportunidad” no se extendería a los contratistas.
En Cerro Colorado y Quebrada Blanca, faenas complicadas por los aclamados permisos medioambientales, también se correría el riesgo del cierre. En Cerro hablamos de 2.800 trabajadores de planta aproximadamente y una cifra de 4.000 contratistas, mientras que en Quebrada serían 750 de planta y otros 950 contratistas.
Factores
Para Osvaldo Pastén, conocido empresario y presidente de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), “El futuro de Antofagasta se ve complejo”. Dicha declaración entregada a El Mercurio el domingo recién pasado ha retumbado en los oídos de la comunidad nortina, donde atribuye que el escenario de “revisión de los proyectos mineros en cuanto a la cantidad de dinero que se piensa invertir” se debe en gran parte a la alerta en la que se encuentra el empresariado. Los factores atribuidos son “la gobernanza, las condiciones sociales, ambientales”. El empresario detalla que “hoy en Chile las reformas laborales y tributarias, además de los temas comunitarios y sociales están poniendo en alerta a la industria minera y le están colocando una tasa mayor al retorno de las posibles inversiones que puedan realizar”.
No muy lejos, Jorge Schumacher, director de comunicaciones de la Federación Minera de Chile –organismo que agrupa a los sindicatos de la gran minería privada-, atribuye los despidos por un lado a la situación económica pero también política. “Está claro que esto es una directriz del Consejo Minero para golpear al Gobierno respecto de las reformas, especialmente la laboral”.
Los números
Según cifras entregadas por El Mercurio en la edición del 16 de marzo del presente año, los posibles despidos en la minería durante este año se traducirían en las siguientes cifras: En la pronta a cerrar Michilla (Antofagasta Minerals), unos 8.000 de planta. En AngloAmerican (todas sus divisiones) la reducción sería de 5.000. En Cerro Colorado (Pampa Norte de BHP Billiton) unos 2.800 planta y 2.800 contrata. En Quebrada Blanca (Teck) serían 700 de planta y 950 a contrata. Y en Escondida (BHP Billiton) serían 600 (aunque ya han firmado 1.100 el Plan de Retiro).

Claudia Moreno
@abajoelcodigo