En el transcurso del día miércoles se multiplicaron las voces y los aportes solidarios con la heroica lucha que están dando los y la Comisión de Mujeres del Molino Minetti. Trabajadores y trabajadoras, vecinos y vecinas, un ciclista trasandino y hasta una niña con un poema se acercaron a la planta a brindar su apoyo.
Jueves 30 de enero de 2020 10:10
Un día más que pasa en el molino y los trabajadores y la comisión de mujeres que resisten desde las alturas no están solos. De hecho, la solidaridad parece expandirse con el correr de los días. Es que pelear contra una familia millonaria de las más poderosas de la provincia genera una simpatía popular enorme. Sobre todo de parte de los que nos hemos criado escuchando frases como "¡Eh! ¿Qué te crees? ¿Que somos los Minetti que podemos pagar eso?". Eso sin mencionar que más bronca es la que se acumula y vuelve más popular el conflicto cuando se trata de los cuartos productores de harina del país, que dejan sin trabajo a 150 familias en un contexto donde el hambre se profundiza día a día.
¡Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode!
Por todo esto es que no nos sorprende que sean los trabajadores de Porta los primeros en hacer llegar sus mensajes de aliento y solidaridad con los molineros, vaya que también saben muy en carne propia lo que es sufrir una patronal poderosa ligada a la Córdoba conservadora.
Y no fueron los únicos, también hoy se acercaron un grupo de jóvenes trabajadores metalúrgicos que después de un intercambio tras las rejas con los molineros, se llevaron el compromiso de hacer un fondo de lucha en toda su fábrica para seguir aportando a la lucha, y además aprovecharon para intercambiar experiencias para sacar sus propias conclusiones acerca la importancia de estar cuando otro trabajador o trabajadora lo necesita, poniendo el cuerpo y los recursos que se puedan.
Los que no se quedaron atrás fueron las y los pibes que trabajan para las empresas de aplicación: esos y esas que vemos todos los días pedaleando por dos mangos, se ve que no solo llevan y traen pedidos, también llevan y traen la voz de los molineros. Y lo demuestran contando cómo están al tanto de absolutamente todo lo que pasa en el Minetti, y solidarizándose, enviando sus fotos de apoyo desde lo que ya es casi que "la plaza de las cajas", la esquina frente al Patio Olmos.
Todas estas voces que se suman a los saludos de ayer de parte de los trabajadores lucifuercistas de EPEC.
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Un saludo internacional de un ciclista
También durante el día los molineros recibieron una visita al menos inesperada: un joven chileno que estaba de viaje con su bicicleta por Carlos Paz, al escuchar la noticia, no dudó ni un segundo en subirse a su bici, pasar por un súper y traer algunos alimentos para colaborar con el conflicto. Solidaridad internacional de la primera línea.
Bocinas solidarias
Esto estuvo acompañado de los bocinazos permanentes de todo auto que pasaba y se solidarizaba de esta manera, algo que seguro les llego durante todo el día como música para sus oídos a los quijotes de las alturas. Además de bocinazos, muchos autos se detenían a dejar para el fondo de lucha, que recolectó 1400 pesos de laburantes de todo tipo que frenaban a dejar su aporte.
El barrio, presente
Y el broche de oro lo puso el barrio, ese que conoce muy bien a los trabajadores y su lucha, y a Minetti y sus estafas.
Primero doña Rosa, que como siempre no duda en aportar tanto su casa y recursos como sus palabras de aliento por Whatsapp día tras día. Y después una pequeña de unos 10 años que se llegó con su mamá a la puerta y les dejo algo muy particular a los obreros (además de un aporte de alimentos y elementos de higiene): una poesía del poeta mexicano Fayad Jamís.
Porque no solo alcanza con apoyar económicamente, poniendo el cuerpo, enviando fuerzas, también tenía que estar esa hermosa poesía que en uno de sus versos reza: "por esta libertad, bella como la vida, habrá que darlo todo".
Y vaya que estos heroicos obreros y obreras lo están haciendo.