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Red Internacional
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Crimen policial. Mirna Gómez: “Hace 34 años lucho por justicia para Andrés, ninguna traba o amenaza me detuvo”

En una jornada cultural y de lucha, se realizó un mural en la plaza del barrio platense de Villa Elvira, donde vivía el trabajador que en 1990 fue secuestrado por una patota de la Policía Bonaerense. La familia denunció el encubrimiento del Estado a los criminales, entre ellos un sobrino de Eduardo Duhalde que lleva tres décadas prófugo. La palabra de Mirna, la incansable compañera de Andrés Núñez.

Daniel Satur

Daniel Satur @saturnetroc

Lunes 7 de octubre 16:21

Fotos Enfoque Rojo

“Siento un gran orgullo por hacer esta actividad, hace 34 años que no venía al barrio y encontré muchas cosas cambiadas”, arranca diciendo Mirna Gómez en conversación con La Izquierda Diario. Promedia la soleada tarde dominguera en el barrio Villa Elvira, al sur del casco urbano de La Plata.

Su emoción y energías demuestran que, una vez más, se sobrepuso a los achaques de salud. Nunca pasó por su cabeza la posibilidad de faltar a la jornada cultural y de lucha que venían preparando hacía semanas junto a su familia, amigos y organizaciones solidarias que la acompañan.

“En esta plaza sólo había un campo y no había casas como hay ahora. Con Andrés vivíamos en 78 entre 118 y 119. Ahora ahí hay una verdulería. Pude entrar y me emocioné mucho. Y a media cuadra además vive Marta”, relata en referencia a la madre de Johana Ramallo, la joven desaparecida y asesinada en 2017 (un caso brutal en el que también hubo participación de la Policía Bonaerense).

A Andrés Núñez lo secuestró, mató e hizo desaparecer una patota de la ex Brigada de Investigaciones (actual DDI) la madrugada del 27 al 28 de septiembre de 1990. Por cuestiones organizativas, este año la jornada por el aniversario debió hacerse el 6 de octubre. Y por primera vez el lugar elegido fue la plaza del barrio, frente al domicilio donde hace 34 años vivían el trabajador, su compañera y su pequeña hija.

Durante la tarde hubo música en vivo, danza, batucada, serigrafías y una copa de leche para los más chicos. Y en la pared que divide a la plaza de varias casas particulares se realizó un mural en homenaje a Núñez. Rodeada de gente querida y yendo de acá para allá, Mirna hace un parate para conversar con este cronista.

¿Cómo te sentís en esta jornada?

  •  Siento un gran orgullo. Hace 34 años que no venía al barrio y estando acá me vienen muchos recuerdos. Como aquellos rastrillajes que hacía la misma Policía para hacer que buscaba a Andrés, a los que yo iba sola, de noche, para ver si aparecía. Arriesgué varias veces mi vida, pero una hace de todo para encontrar al ser querido, para recuperarlo. Así que poder hacer esta jornada hoy acá es muy importante para mí.

    Y pudieron hacerlo frente a donde vivían con él

  •  Sí. Acá en Villa Elvira la Policía cometió muchas tragedias. Yo siempre quise que hubiera un mural por Andrés en la ciudad. Una vez hicimos uno frente a la casa donde vivo ahora, pero la Municipalidad lo borró. Ahora parece que la Municipalidad nos va a respetar y no va a tapar éste. También queremos que se nombre Andres Núñez a la plaza, pero por ahora parece que no nos dejan, nos dicen que tal vez podría ser más adelante.

    ¿Sentís que con el mural y si se le pone el nombre a la plaza es más difícil que se olvide el caso?

  •  Yo creo que sí. Hay mucho poder, mucha mafia policial, judicial y política. Por eso tenemos que luchar para que los casos no se borren. Me acuerdo que al principio estuve muy enojada con el periodismo, porque no le daban casi difusión a la desaparición de Andrés. Recién cuando le dije a un periodista que Andrés era jugador de fútbol empezó a resonar el tema en algunos medios. Y como yo soy muy tímida como para hablar ante la gente, me ayudó mucho Rosa Bru, la mamá de Miguel, llevándome con ella a todas las marchas. Yo soy tímida, pero también soy reluchadora.

    ¿Te sentís acompañada en esta lucha?

  •  Sí, estoy muy agradecida a todos los que estuvieron y a muchos otros que no pudieron venir por diferentes razones. Algunos ya estamos grandes, con algunos achaques, pero me mandaron muchos saludos y mensajes de solidaridad.

    Y eso te ayuda a no bajar los brazos pese a las maniobras del Estado y el encubrimiento

  •   Por supuesto. Yo voy a luchar hasta mi último suspiro y hasta que esté preso hasta el último de los culpables. Quisieron desanimarme, intentaron que deje de luchar, hasta me amenazaron diciéndome que iba a ser una Julio López más. Por mi propio estado de salud a veces tengo recaídas. Pero siempre me levanto y acá estoy. Y no estoy sola. Nos van a querer seguir poniendo trabas, pero vamos a seguir. No por la causa de Andrés solamente, sino por todas las víctimas del Estado.

    Decías que estás grande, pero a la vez te acompaña mucha juventud

  •  Sí, les estoy muy agradecida. Espero que las generaciones nuevas, con todo lo que está pasando con los jubilados, con los estudiantes y con todo lo que está haciendo este gobierno, salgamos todos a la calle. No hay excusas para no luchar, no hay que tener miedo, hay que tener mucha fuerza y, como decía Norita Cortiñas, hasta la victoria siempre, venceremos.

    Además del recuerdo de Andrés y del logro que significó el juicio y condena de algunos policías, la familia Núñez hoy espera la llegada de un nuevo juicio contra los expolicías César Carrizo, acusado de “omisión de impedir tormentos” y “falsificación de documento público”, y Carlos Veiga, acusado de “allanamiento ilegal” y “privación ilegal de la libertad calificada reiterada”. Será en noviembre de 2026, es decir a 36 años de los hechos. Debían ser juzgados cinco en total, pero Oscar Silva y Pedro Costilla murieron impunes y Ernesto Zavala probablemente también aunque aún no hubo confirmación oficial.

    Y también esperan que alguna vez el Estado se digne a encontrar y entregar para su juzgamiento a Pablo Martín Gerez Duhalde, prófugo desde hace 33 años. Es quien comandó el operativo en el que se llevaron a Núñez y proveyó el campo de General Belgrano (a unos 100 kilómetros de La Plata) donde se enterraron los restos incinerados de la víctima.

    El expolicía es hijo de Nelly Duhalde de Gerez, prima hermana del exgobernador y expresidente Eduardo Duhalde. Ese “poder” del que habla Mirna es el que le ha permitido armarse una vida tranquila, con otro nombre y alejado de La Plata. A sus 63 años, tal vez tenga una pareja, hijos y nietos. Altas fuentes conocedoras del caso afirman que se comunica regularmente con su abogada y que incluso, cada tanto, va a visitar a su madre a su casona de General Belgrano.

    Es altamente probable que Duhalde sepa dónde está su sobrino. Y capaz también lo sabe Julio Alak, el intendente de La Plata, exministro de “Justicia y Derechos Humanos” en la presidencia de Cristina Kirchner y la gobernación de Axel Kicillof y duhaldista de pura cepa durante los años 90. El mismo Alak que hoy le promete a la familia de Núñez no borrar el mural pintado este domingo en La Plata. El tiempo dirá si ni siquiera puede sostener esa simple promesa.


  • Daniel Satur

    Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).

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