El primer ministro británico Boris Johnson enfrentará una moción de censura interna anunciada por el exministro de Exteriores conservador Graham Brady, con al menos 54 diputados conservadores más. La crisis abierta tras el "partygate" podría sacar a Johnson del cargo.
Lunes 6 de junio de 2022 06:54
Tal y como anuncian los medios británicos, la moción de censura se votaría esta tarde entre las 18h y las 20h, con un resultado incierto sobre la permanencia de Johnson en el cargo de primer ministro de Gran Bretaña. Esta moción de censura no parte de la oposición, sino que ha sido principalmente impulsada por sectores descontentos de los tories y se produce dentro del propio Partido Conservador
This has been sent to Conservative MPs in the last few minutes: https://t.co/CeXlVIVZBl pic.twitter.com/mkJvELGmY8
— Chris Mason (@ChrisMasonBBC) June 6, 2022
Esta votación fue anunciada por el diputado conservador Graham Brady, actualmente presidente del 1922 Comitee, formado por los diputados tories que no están en un ministerio, con el apoyo de al menos 54 diputados. No ha anunciado cuántos serían, pero la cifra de 54 es el mínimo necesario para presentar la moción de censura. Así, la opción que se lleve 180 votos o más (el 50% más uno) se impondría, manteniendo o sacando a Johnson del cargo. Si no llegan a ese numero perderían la posibilidad de activar un nuevo voto de censura durante al menos 12 meses.
Johnson atraviesa una crisis política importante, dado que este episodio es la confirmación de la "rebelión" dentro del Partido Conservador por las medidas covid de finales de 2021. 99 parlamentarios Conservadores rechazaron la propuesta para imponer certificados de vacunas para el acceso a discotecas y eventos multitudinarios.
Johnson advirtió anteriormente en varios mensajes del "gran aumento" en los casos, pero eso no alcanzó para convencer a muchos de los miembros de los “Tories” (conservadores) a la hora de tratar sus propuestas, generando la mayor rebelión interna en el Parlamento desde que llegó al poder.
Además, este jueves tuvieron lugar las elecciones municipales parciales en Reino Unido en las que el primer ministro conservador, Boris Johnson, ponía a prueba su popularidad tras haber sido multado por participar en fiestas ilegales en Downing Street durante la pandemia. En Inglaterra se eligieron 4.360 concejales en 146 municipios (de un total de 333) disputados por última vez en 2018, muchos de ellos dentro de Londres, con una gran caída del caudal de votos al partido de Johnson, que también se explica por la pérdida de poder adquisitivo de la población debido a una creciente inflación, sobre todo en los precios de la energía y los alimentos.
Esta fue la primera elección en Reino Unido desde que a finales de 2021 estalló el escándalo de los festejos que violaron la normativa anticovid en las oficinas de Johnson, una infracción de la que ahora también se acusa al líder laborista de derecha Keir Starmer que tomó el liderazgo del partido en abril de 2020 en sustitución de Jeremy Corbyn.
La posición de Johnson es cada vez más débil debido al malestar en las filas "tories" (como se conoce a su partido conservador), en particular entre los nuevos diputados que obtuvieron escaños -en las elecciones de 2019- en circunscripciones del norte de Inglaterra, tradicionalmente en manos de la oposición Laborista, según señaló hoy el "Daily Telegraph". Todos estos diputados le señalan a Johnson que el electorado que los llevó al parlamento está furioso y que corren el riesgo de perder esas bancas en las próximas elecciones.
Una encuesta realizada por Savanta ComRes entre 1.040 adultos después de que anoche el canal ITV informó de este evento convocado por el secretario del jefe del Gobierno, Martin Reynolds, señala que un 66 % de los entrevistados -y un 42 % de los votantes conservadores- considera que el líder "tory" debe dejar su cargo.
Mientras miles de británicos sufrían las consecuencias de las duras restricciones impuestas por los gobiernos, lejos de sus familiares hospitalizados o sin poder despedirse antes de morir, la casta política aprovechó su lugar de privilegio para no acatar las normas. A su vez, los gobiernos siguieron favoreciendo a las grandes empresas y los laboratorios se enriquecieron aún más con esta crisis.