El arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer, sumó una nueva declaración a su larga cadena de expresiones discriminatorias. Entrevistamos a María Díaz Reck, secretaria de prensa e impulsora de la comisión de mujeres del SUTEBA La Plata, y candidata a senadora por la 8va sección electoral.
Viernes 25 de septiembre de 2015
ID: ¿Te sorprendieron las declaraciones de Aguer, criticando la implementación de la obligatoriedad de la ley de educación sexual integral en las escuelas de la provincia de Buenos Aires?
MDR: No, no sorprende. Los que conocemos el historial de (Monseñor Héctor) Aguer, sabemos de su conservadurismo, además de sus habituales declaraciones discriminatorias. En el 2014 ya fue noticia (http://www.laizquierdadiario.com/El-arzobispo-Aguer-contra-el-uso-del-preservativo) por sus declaraciones en contra del uso del preservativo; dijo que era un “adminículo” al que “se usa para cometer adulterio”... Ahora, contra la ley provincial de educación sexual integral, la nro 14.744., criticándola porque en el artículo 6 dice "ayudar al alumno a que elija su orientación sexual”. Aguer argumenta que dicha norma sería inconstitucional ya que “La Constitución provincial de 1994, en su artículo 199, establece que la educación tendrá por objeto la formación integral de la persona con dimensión trascendente (...) formando el carácter de los niños (...) en los principios de la moral cristiana”. Claramente, para la iglesia, la moral cristiana es que los jóvenes no puedan decidir sobre la propia sexualidad, y ni siquiera informarse en un ámbito educativo. Es una política oscurantista.
ID: ¿Notás una diferencia entre las declaraciones de Aguer y las declaraciones del papa Francisco a los que algunos sectores han considerado "progresistas"?
MDR: No, en absoluto. La iglesia sufre una crisis de representación muy grande y esto lleva a que tenga que posar de progresista, personificando este supuesto cambio en Bergoglio. Pero quienes recordamos sabemos perfectamente lo que opina el actual papa de la homosexualidad. Recordamos que llamó a declarar una "guerra santa" contra el matrimonio igualitario cuando era Cardenal. Ahora, quiere disfrazar que han encubierto (y siguen protegiendo) a curas pederastas. Las declaraciones en el senado de los Estados Unidos van en ese sentido. Pero en los hechos se verifica que no es una cuestión de opiniones de tal o cual sector de la iglesia, sino del rol social que cumple la iglesia. En la coyuntura de crisis económica mundial, la institución eclesiástica busca reconquistar el prestigio perdido para ser un factor de poder real como mediador en la lucha de clases.
ID: ¿Qué perspectiva de organización manejan desde el SUTEBA en relación a la ESI?
MDR: Es parte de nuestras reivindicaciones permanentes y una conquista de la lucha. Nosotros creemos que hay que avanzar en la exigencia, no sólo de las leyes, sino de las políticas concretas, ya que las leyes muchas veces no se llevan a cabo por falta de voluntad política, por medio del desfinanciamiento y todo un abanico de operaciones. No somos ingenuas, sabemos que este estado capitalista que ha dado sobradas pruebas de que no está interesado en avanzar en derechos en relación a la sexualidad y el género (después de 12 años de gobierno K, las mujeres seguimos muriendo por no tener una ley de aborto legal, seguro y gratuito) no va a ser quien lleve adelante las demandas del pueblo trabajador. Sin embargo, como parte de las comisiones de mujeres en los lugares de trabajo y estudio, tenemos un plan de exigencia, ya que consideramos que ante la organización por nuestros derechos el estado se ve obligado a otorgarnos ciertas concesiones, y que hay que arrancárselas con la organización y movilización. Por otra parte, las compañeras y compañeros que se suman a organizarse por la exigencia de sus derechos, ven en la misma lucha cuál es el límite de los gobiernos capitalistas, y muchas veces avanzan a cuestionar otros aspectos sociales en una perspectiva de un gobierno de trabajadores que, según estamos convencidos, es la única que puede llevar estas demandas hasta el final.