El gobernador entrante afrontará una deuda de por lo menos 38 mil millones de pesos. El PRI pretende lograr una transición “pacífica” y sin responsables. A las familias coahuilenses, esta camarilla en el poder les ha dejado una estela de destrucción y endeudamiento.
Viernes 1ro de diciembre de 2017
Este 30 de noviembre fue el último día que Rubén Moreira despachó como gobernador del estado de Coahuila. En redes sociales publicó un vídeo donde cínicamente agradecía a los coahuilenses y afirmaba dejar un estado “seguro” y con crecimiento económico “como nunca”. Solo la impunidad permite tal cinismo.
A los urgentes problemas de violencia y a los flagelos de las desapariciones, el gobierno priista de Rubén Moreira dejó una deuda de por lo menos 35 mil millones como reconoce su sucesor o de hasta 38 mil millones como sostienen medios como El Financiero.
La deuda se transmite “pacíficamente”
El sucesor en el despacho del gobierno estatal es el priista Miguel Ángel Riquelme. En su conferencia de prensa previa a asumir formalmente su cargo, aseguró que “va a ser una transición responsable y pacífica”.
Riquelme ya ha anunciado que en sus primeros días de gobierno, por la gravedad del problema, tendría que buscar tomar medidas con los bancos para reestructurar la deuda pública estatal, buscando reducir el costo de intereses.
El gobernador entrante reconoció que por los intereses de la deuda, cada año se tienen que entregar a instituciones financieras por lo menos cuatro mil millones de pesos del presupuesto público.
Riquelme también anunció que el costo de la deuda lo descargaría sobre las familias trabajadoras, y que recortaría el personal de la burocracia estatal.
La Secretaría de Hacienda ha marcado alerta roja
La deuda de hasta 38 mil millones de pesos ha sido contratada mediante diversos instrumentos financieros. Ya en septiembre de este año el Congreso de Coahuila había acordado una homologación bancaria, donde el banco Interacciones redujo la tasa de interés que daba a los créditos del gobierno del 2.5 a 1.7%.
Previo a ello la Secretaria de Hacienda y Crédito Público limitó en julio de este año el endeudamiento que pueden obtener 10 estados para el 2018, pero Coahuila se le señaló como el único estado al que se le ha impedido contratar mayor endeudamiento, según la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios.
Israel Ramos Flores es el secretario de Finanzas del estado saliente, responsable de la contratación y administración de esta enorme deuda.
12 años de “Moreirato” y endeudamiento
El estado de Coahuila es uno de los estados que bien puede representar la tragicomedia en la que el priismo ha sumido el sistema político mexicano. Un estado gobernado por dos distintos hermanos, como si fuese un principado o una empresa familiar.
Los registros de endeudamiento estatal se remontan al gobierno de Humberto Moreira, hermano de Rubén Moreira. Humberto Moreira tuvo la aspiración de dirigir al PRI pero su cargo le duró muy poco por los señalamientos de desvío de recursos y desfalco al estado que había gobernado. Este escándalo atentó seriamente contra la ya de por sí deteriorada imagen del PRI y la presidencia de Peña Nieto, por lo que tuvo que renunciar.
Pero la deuda sigue ahí, pagándose con el bolsillo de los coahuilenses.