Los audios de Moreira desnudan no solo la impunidad con que se maneja la clase política, sino también las redes de corrupción y la misoginia que circula con total libertad.
Sábado 19 de octubre de 2019
En el día de ayer se filtraron audios de Carlos Moreira, intendente de Colonia, donde pedía sexo a cambio de pasantías de trabajo a una mujer con cargo electivo de su propio partido. Los audios se viralizaron rápidamente y los medios de comunicación se hicieron eco de la situación confirmando que se trataba del intendente.
Para muchos y muchas no es una sorpresa esta actitud machista y autoritaria de este personaje, conocido en la localidad por su misoginia, sin olvidarnos que pertenece a un partido que siempre se ha opuesto a los derechos de las mujeres y disidencias.
Es conocido que sectores del Partido Nacional, al cual pertenece Moreira, se han opuesto a la interrupción voluntaria del embarazo, al matrimonio igualitario y la reciente ley trans, además de impulsar y apoyar la campaña "Vivir sin miedo".
Acomodos y tráfico de influencias
Moreira dio por la tarde de ayer una conferencia de prensa, donde argumentó que el diálogo ocurrió hace meses y se dio con una mujer con quien había mantenido una relación sentimental en el pasado.
Sin embargo, más allá de sus justificaciones, el audio destapa ciertas cuestiones, como por ejemplo el proceso de otorgamiento de pasantías en la Intendencia. La metodología queda evidente: llamada telefónica, de por medio algún contacto del intendente y parece que también algún "pedido extra". Un procedimiento que es "vox populi" en el departamento para ingresar a trabajar en la intendencia, esquivando concursos y otros requisitos.
Estos políticos son los que dan miedo
Así se manejan estos políticos, piden mano dura contra los pobres y apoyan campañas que criminalizan a los más vulnerables, pero ejercen abuso de poder extorsionando, manipulando o acosando a sus compañeras en el ámbito laboral o político, aprovechándose de cualquier tipo de vínculo.
El autoritarismo también lo aplican al pueblo, al tomar decisiones que oprimen a las clases trabajadoras de Colonia, como la suba de boletos, tarifas injustas como la inclusión del cobro del alumbrado público en las boletas de UTE, además de ser copartícipe en la precarización laboral y abusos del negocio inmobiliario. Muchas de estas medidas contra los trabajadores fueron apoyadas por el Frente Amplio que le ha votado prácticamente todas las leyes y decretos departamentales.
Se habla tanto de "Vivir sin miedo", cuando en realidad lo que da miedo son los personajes que están de las puertas de la Intendencia para adentro, tomando decisiones que oprimen al pueblo, indiferentes a las problemáticas de género, y negándose a escuchar los reclamos de las mujeres y disidencias, además de ser cómplices de las redes de trata que operan en el departamento.
El pueblo debe condenar estas acciones que atentan contra todo el pueblo trabajador de Colonia y exigir la renuncia de este misógino, que abusa de su poder, que hace y deshace en beneficio de una "selecta clase" y que se aprovecha la necesidad de las y los colonienses.
Contra esta clase política corrupta, feudal y machista
Políticos como Moreira concentran todo el poder en relación a un montón de decisiones del departamento. Es hora de que nos preguntemos si es correcto que un Intendente tenga poderes de rey.
Más allá de las justificaciones que de Moreira, es necesario que el pueblo coloniense exija su renuncia inmediata. Y que se aproveche el momento para cuestionar los procesos de asignación de pasantías para que los mismos sean claros, y exigir la funcionalización de toda la plantilla departamental evitando la precarización de la fuerza de trabajo y eliminando todos los procesos basados en prácticas de corrupción y amiguismo.
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Es hora de exigir también que todo cargo político cobre lo mismo que un trabajador o trabajadora con un sueldo medio, y así evitar que la clase política se enriquezca con la función pública.