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Red Internacional
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Internacional. ¡Movilización contra la guerra reaccionaria y solidaridad con el pueblo Ucraniano!

Claves del programa Desierto Rojo de La Izquierda Diario Antofagasta, conducido por la concejala Natalia Sánchez y el abogado Daniel Vargas, ambos dirigentes del Partido de Trabajadores Revolucionarios. En esta edición, se abordó conflicto en Ucrania, haciendo un llamado a movilizarnos contra la guerra reaccionaria y por la retirada inmediata de las tropas rusas, así como contra cualquier sanción o intervención de la UE y la OTAN.

Viernes 25 de febrero de 2022

El programa inició con una editorial acerca del conflicto en Ucrania, que señalamos a continuación:

"Desde la caída de la URSS, EEUU y la OTAN mantienen la estrategia de cercar y reducir la influencia Rusa sobre el espacio postsoviético, incluyendo la instalación de bases e infraestructura militar en una veintena de países europeos. Es una estrategia que pretende mantener la influencia norteamericana sobre el continente europeo y mantener, de paso, a raya a sus aliados y evitar su autonomía.

Sin embargo, la crisis de hegemonía norteamericana para dominar el tablero mundial es la que marca el conflicto. Con intenciones de revivir el poderío ruso, Putin viene pujando por aumentar su zona de influencia en Europa a través, principalmente, de tratados comerciales ligados al sector energético (especialmente el gas) y los importantes negocios recíprocos entre magnates rusos y europeos.

En medio de este conflicto de intereses está Ucrania, un “pivote” de la geopolítica mundial, un punto en donde se trazó una línea roja entre la OTAN y Rusia. Los ucranianos, luego de la caída de la URSS, vieron sus condiciones de vida degradadas, se desarrollaron privatizaciones, se flexibiliza el trabajo, etc., mientras los grandes oligarcas se llenaron los bolsillos a costa del sufrimiento del pueblo trabajador.

Sin embargo, esta tensión pegó un salto el 2014, cuando el presidente ucraniano, pro ruso, Viktor Yanukovich, suspendió las tratativas para que Ucrania ingresara a la Unión Europea, desatando una ola de protestas y choques entre separatistas prorrusos y nacionalistas ucranianos, iniciando una guerra que ya dura 8 años y que tiene un saldo de miles de muertos y una importante descomposición social.

Aprovechando las protestas, Putin avanzó y anexó, apoyado por un referéndum y por separatistas rusos, la península de Crimea, devolviéndole popularidad al cuestionado mandatario ruso.

Posteriormente, en la zona del Donbass, que comprende las provincias de Lugansk y Donetsk, los separatistas prorrusos declararon su independencia respecto de Ucrania y desde entonces Rusia ha prestado importante asistencia a los separatistas, mediante financiamiento, armamento, pasaportes, etc.

¿Qué pasó esta semana? Luego de muchos movimientos de tropas y advertencias, Rusia incurre en una incursión militar para resguardar sus supuestos “intereses de paz” en la región.

La respuesta norteamericana vino de inmediato, determinando el bloqueo económico a la deuda rusa y sus bancos, como también el movimiento de tropas en la zona. Los países de la Unión Europea, más cautos por sus intereses comunes con los capitalistas rusos, establecieron diversas sanciones de carácter económico, pero se niegan a incursionar con militares.

Aun cuando queda por ver cómo se desarrollan los acontecimientos, existen dudas de que el conflicto pueda escalar más allá. Tanto por el importante costo que puede significar al presidente de EEUU Joe Biden, quien tiene recién un año de electo, y que viene de una derrota estrepitosa en Afganistán. Como también por que las sanciones económicas impuestas a Rusia pueden ahogar su economía y hacerlo voltear hacia China, algo que no quieren ni en Europa ni en EEUU.

Por otro lado, este conflicto va a traer repercusiones importantes para nuestros países en Latinoamérica. Por un lado, un conflicto bélico en alza dispone el uso de puertos para motivos militares, lo que vendría a afectar la logística global y la cadena de suministros, como así mismo encarecer el precio del petróleo y el gas, agravando la inflación y dificultando las importaciones, costos pagarán los más pobres del continente.

Ucrania está en una deriva que no puede ser resuelta por los intereses imperialistas de EEUU, como tampoco por el gobierno autoritario de Putin, el cual, más allá de los roces y rivalidades con Estados Unidos y las potencias imperialistas europeas, es completamente reaccionario.

Putin no solo está al servicio de los intereses capitalistas de oligarcas afines, sino también de objetivos contrarrevolucionarios en un sentido más amplio, como mostró la intervención militar ordenada por Putin para aplastar el levantamiento popular en Kazajstán, o la injerencia a favor de sostener el régimen de Assad en Siria. Décadas de opresión nacional, primero bajo el zarismo y luego bajo el estalinismo, y ahora con la negación lisa y llana por parte de Putin del estatus de Ucrania como estado, alimentan en Ucrania un nacionalismo antirruso reaccionario, utilizado por el gobierno de Zelenski, por los oligarcas ligados a los negocios con Estados Unidos y la UE, y por las potencias imperialistas.

EEUU y Putin pretenden valerse del pueblo ucraniano como una pieza del juego geopolítico, mientras en las ciudades y barrios humildes se vive la inflación y el hastío de la guerra".

¡NO A LA GUERRA!
¡NO A LA INTERVENCIÓN DE RUSIA!
¡ABAJO LA OTAN!
¡ABAJO EL IMPERIALISMO!

¡MOVILIZACIÓN Y SOLIDARIDAD CON LAS Y LOS TRABAJADORES Y PUEBLOS AFECTADOS POR LA GUERRA!

¡POR UNA UCRANIA OBRERA Y SOCIALISTA!