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Red Internacional
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BOLIVIA. Movilizaciones ante la falta de respuesta oficial por la sequía que afecta a Bolivia

Centenas de barrios y municipios llevan hasta 10 días sin recibir una gota de agua, 6 departamentos afectados por la sequía. ¿Cuál es la responsabilidad del gobierno?

Jueves 24 de noviembre de 2016 16:43

Foto: Marcha de la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) de El Alto exigiendo agua

El miércoles 23 de noviembre miles de vecinos del Alto, se movilizaron a la ciudad de la Paz para exigir una pronta solución a la grave situación de desabastecimiento de agua. Lo mismo sucedió con los barrios de clase media en la zona sur que son los sectores más afectados al estar en las partes bajas de la ciudad.
Los funcionarios nombrados por vínculos personales y políticos con el partido de gobierno pertenecientes a la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento (AAPS) y el gerente de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) fueron despedidos luego de que Evo Morales pidiera disculpas a la población por la pasividad con que se abordó esta crisis “(…) nunca nos han advertido, nunca nos han alertado…Pido disculpas al pueblo paceño…trabajamos tanto que algunos arruinan este proceso, algunos no acompañan la responsabilidad que tenemos como Estado” afirmó el 15 de noviembre al momento de despedir a los funcionarios.

Bolivia está siendo noticia y fuente de preocupaciones. El país, que cuenta con enormes reservas acuíferas, está sufriendo una aguda escasez de agua, situación que es atribuida al calentamiento global y sus consecuencias con la pérdida de los glaciares y cambios en los tiempos cíclicos de la temporada de lluvias. La pérdida de estos glaciares puede tener no solo importantes consecuencias medio ambientales para el país y para el conjunto de la región y del mundo, sino también importantes consecuencias políticas y sociales como lo muestra la movilización de las juntas de vecinos de la ciudad de El Alto y la movilización de sectores acomodados en la zona sur de La Paz, Cochabamba, Sucre y Tarija. El fantasma de las movilizaciones, que se han dado en llamar la Guerra del Agua, de abril del 2000 está recorriendo las barriadas obreras y populares.

Irresponsabilidad gubernamental

En un primer momento los funcionarios gubernamentales intentaron deslindar sus responsabilidades atribuyendo la tremenda escasez de agua al cambio climático y a la disminución acelerada de los glaciares de la cordillera así como al retraso en la temporada de lluvias. El vicepresidente, llevó al extremo este intento en una declaración que no guardó el mínimo respeto por la delicada situación de las familias afectadas cuando afirmó que “la Pachamama está de otra clase” o “sin agua no hay chicha ni fiesta” -cuando, ¡son los hospitales los que no tienen agua!-. García Linera juega al empleo de expresiones populares cuando todos estaban esperando una explicación racional junto a las medidas gubernamentales que permitieran avanzar en la solución de esta crisis.

El MAS ha controlado durante 10 años no sólo las empresas estatales de acopio y distribución de agua, sino también los instrumentos reguladores de las empresas, y lo han hecho sin tener en cuenta ningún criterio de carácter técnico, sino que estas empresas han sido objeto de la utilización para el beneficio político y personal de los funcionarios. Los individuos despedidos tenían salarios superiores a los dos mil dólares mensuales y nadie sabe qué papeles cumplían en las empresas ya que como afirma el mismo Evo Morales ni siquiera habían reportado la gravedad de la situación que, cabe señalar, ya era de su conocimiento hace varios meses como mínimo.

El reparto de cargos a los “amigos” se tradujo en que a la escasez se le agregue el reviente de 5 arterias de distribución de agua por incapacidad de los operadores ligados al MAS. Todos los programas de agua y riego del gobierno han culminado en fracasos, incluso el país está importando maíz transgénico ya que los cultivos de maíz en Cochabamba se perdieron por la sequía; los cultivos de quinua se están perdiendo en toda la región de Nor y Sud Lípez por falta de agua.

Es decir que la respuesta estatal a la crisis del agua solo ha sido la rutina, la pusilanimidad y sobre todo la impunidad de los funcionarios gubernamentales que pueden dejar a millones en situación de crisis mientras se enriquecen a nombre del “proceso de cambio”.

¿Cambio Climático o capitalismo?

Es evidente que la voracidad capitalista e imperialista esta provocando un desastre ambiental de impredecibles consecuencias. El gobierno de Evo Morales poco y nada ha realizado para enfrentar a la fuente de la situación que se vive producto del cambio climático, el capitalismo. La retórica multicolor y de respeto a la pachamama en los foros internacionales, no ha servido para enfrentar en forma material las consecuencias de este desastre en marcha.

Las empresas mineras no sólo dejan los lechos de los ríos completamente contaminados e inutilizables para el ganado y la siembra, sino que utilizan miles de litros de agua diariamente que se pierde en las enormes ganancias de estas empresas, sin prevenir ni compensar la pérdida de este recurso estratégico. Salvo Huanuni y parte de Colquiri, empresas estatales gracias a la lucha de los asalariados contra el gobierno, toda la producción nacional está en manos de transnacionales. Según diversos informes, sólo San Cristóbal consume decenas de miles de litros de agua diariamente que solo han servido para enriquecer a los ejecutivos de esta transnacional ligada a Sumi Tomo y a contaminar nuestras fuentes de agua. El río Pilcomayo y el Bermejo están completamente envenenados por las mineras en sus cabeceras, afectando no sólo a las comunidades indígenas que sobreviven de la pesca y el aprovechamiento de estos ríos, sino también a las comunidades que usaban este recurso en sus tierras.

Solo se puede luchar contra el cambio climático en la medida que se enfrente a los capitalistas quienes no tienen ningún problema en dejar desiertos enteros si esto les permite enriquecerse rápidamente.

Por una respuesta obrero, campesino y popular de emergencia hídrica

Los trabajadores, trabajadoras y los sectores populares de las ciudades así como las comunidades campesinas del altiplano y tierras bajas somos los más afectados por esta crisis que parece tender a agravarse. No se puede seguir esperando que de los funcionarios puestos a dedo, o por amistad, del gobierno vengan soluciones serias y duraderas. Los más interesados en resolver esta profunda crisis son los trabajadores y las comunidades que ven perder sus cosechas y animales por la escasez.
La guerra del agua en Cochabamba en abril del 2000 y la falta de solución hasta hoy, plantea la necesidad de discutir soluciones de fondo. Hay que terminar con la gestión y administración burocrática de los recursos hídricos. Hay que exigir a las juntas de vecinos, a las organizaciones sindicales obreras, campesinas y populares la lucha por imponer la administración obrera colectiva de EPSAS y demás empresas ligadas a este rubro, con participación activa de las juntas de vecinos y comunidades regantes y campesinas para la obtención de nuevas fuentes de agua, racionalizar el uso del agua en función de las necesidades populares y no de las empresas mineras que vienen operando en el país y exigir impuestos progresivos a las cooperativas mineras y la nacionalización de las empresas transnacionales sin indemnización para poder llevar adelante una planificación y uso racional de los recursos naturales y del agua.

Los trabajadores mineros están interesados en el agua pero también en preservar sus fuentes de empleo, las comunidades indígena-campesinas también están interesadas en el aprovechamiento racional de los recursos mineros que son una fuente importante de ingresos para las mismas, pero también están interesadas en que sus tierras y sus animales no sean envenenados por la contaminación. Sólo la alianza de los y las trabajadores con los campesinos y las comunidades indígenas puedan permitir una explotación racional de los recursos mineros preservando no sólo sus empleos sino también las fuentes acuíferas y la tierra.


Javo Ferreira

Javo Ferreira nació en La Paz en 1967, es fundador de la LOR-CI en Bolivia. Autor del libro Comunidad, indigenismo y marxismo y parte del consejo editorial de La Izquierda Diario Bolivia. Fue docente de la Universidad Obrera de Siglo XX en Potosí e impulsor del PT de la COB el 2013.

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