Precarización. Movimiento de Químicos en Chihuahua denuncia despidos injustificados

Juan Carlos Loera Mendez, es Químico, Bacteriólogo y Parasitólogo por la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) y Maestro en Epidemiología por la Universidad Autónoma de Durango (UAD). Hasta hace poco, se desempeñaba como técnico laboratorista “A” en el Banco de Sangre del Hospital General de Parral, adscrito a los Servicios de Salud del Estado de Chihuahua.

Este hospital de segundo nivel atiende a pacientes de la Sierra Tarahumara y del norte de Durango. Entre sus principales labores se encuentran: la toma y análisis de muestras, realización de aféresis plaquetarias, fraccionamiento de unidades en sus diferentes hemocomponente, realización de crioprecipitados, plasmas frescos y concentrados eritrocitarios, realización de pruebas cruzadas y de confirmación de unidades negativas, entre muchas otras funciones vitales para la atención médica de pacientes.

Juan Carlos cuenta a La Izquierda Diario, que realizaba todas las actividades correspondientes al puesto de “Químico de Banco de Sangre”, aunque su nombramiento era de “Técnico Laboratorista”. Es precisamente esta desigualdad entre la preparación profesional, actividades laborales e ingresos económicos lo que motivó a más químicas y químicos de todo el país a impulsar el Movimiento Nacional de Químicos, cuya principales demandas son el reconocimiento de la profesionalización en sus cargos, basificación para el personal que labora de manera eventual y salarios correspondientes al trabajo realizado, entre otras.

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En agosto del año pasado, Juan Carlos fue citado por el jefe de recursos humanos del nosocomio, quien le levantó un acta administrativa por hechos que él no cometió y, posteriormente, las autoridades jurídicas del hospital lo cesaron de su cargo. Juan Carlos comenta que, previo a su despido, venía enfrentado junto a otros compañeros de trabajo acoso laboral por parte de las autoridades.

Mientras se violaban sus derechos laborales, los representantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA) se limitaron a hacerle un par de preguntas y no hicieron nada más para que pudiera mantener su puesto de trabajo. Después de su despido, Juan Carlos se enteró de que su base federal había sido asignada rápidamente a gente cercana a la burocracia sindical del SNTSA, y que hubo una situación parecida con un compañero enfermero con 20 años de antigüedad, a quien también le quitaron la base.

“Ya basta de tantas injusticas y de abusos de poder. Yo lo viví y es una cuestión muy traumante y desgastante. Sufrí de acoso laboral por parte del jefe de recursos humanos que me señalaba. Dejemos el temor y luchemos por justicia para todos los gremios”, declara el químico despedido.

Pese a la represión de las autoridades y la complicidad de los charros sindicales, Juan Carlos afirma que no hay que quedarse callados y hace un llamado a la solidaridad y apoyo entre trabajadores y trabajadoras, para evitar que este tipo de abusos sigan ocurriendo.

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Desde La Izquierda Diario México, nos sumamos al justo reclamo de Juan Carlos y de todas las y los integrantes del Movimiento Nacional de Químicos. Por este medio también les extendemos la invitación a formar parte de la Asamblea de Trabajadoras y Trabajadoras en Lucha, para seguir sumando fuerzas junto a más trabajadores de la educación, cultura, salud y otros sectores, en la lucha contra los despidos como represión política y para lograr juntos plenos derechos laborales, sociales y sindicales para todas y todos los trabajadores. Demandas que ni el gobierno ni los legisladores de ningún partido del régimen están dispuestos a resolver.

Les seguimos invitando a enviar sus testimonios, denuncias y reflexiones sobre la lucha en defensa de la salud pública y los derechos laborales, para ser publicados en este medio independiente al servicio de las luchas obreras, sociales y populares. Pueden enviar sus materiales a [email protected] o vía Whatsapp al 55 7899 0213.

*Entrevista realizada el 21/02/23 por Lucy González.-