El foro “La cultura en la encrucijada” que se realizó los días 3, 4 y 5 de noviembre contó con la participación de artistas del movimiento, coreógrafos, docentes, y bailarines que junto a los actores estuvieron presentes, brindando talleres y mostrando sus trabajos de danza y escenas de teatro.
Domingo 13 de noviembre de 2016
Una de las propuestas del foro tenía que ver con generar un diálogo y convivencia entre variadas disciplinas artísticas. Las artes escénicas fueron parte, la danza, el teatro y sus múltiples medios para desarrollar formas expresivas en la actualidad.
Experimentamos la danza y el teatro como placer, como exploración de variedades estéticas, como mestizaje de lenguajes y también como estudio de las relaciones humanas, sociales y políticas. La manifestación puesta en el espacio, en el cuerpo, y el enorme potencial expresivo colmado de sensibilidad que brindan.
El cuerpo colectivo como signo
El viernes 4 se realizó el taller de performance “El cuerpo colectivo como signo” en la UNA de Artes Dramáticas. Las docentes a cargo del mismo Blanca Rizzo y Ana Gonzalez Seligra comenzaron a trabajar juntas en la EMAD (Escuela de Arte Dramático) encontrando puntos en común en sus recorridos, búsquedas y objetivos en relación al arte y lo social. Ambas forman parte de colectivos artísticos que vienen accionando en la calle en relación a la visibilización de la problemática de la TRATA de personas con fines de explotación sexual. Blanca en Las Mariposas Auge junto a Madres Victima de Trata y Ana en el CAMO (Colectivo de Artistas del Movimiento del Oeste). En esta oportunidad acompañadas por el músico Diego O. Ramos plantearon el taller como un espacio de búsqueda e investigación de herramientas colectivas desde el cuerpo para visibilizar emergentes sociales a través de la acción en el espacio público.
El taller comenzó con una ronda de presentación donde las participantes manifestaron su relación con el arte, la militancia y lo social. Todas contaban con diferentes experiencias artisticas y políticas y provenían de distintos lugares Escobar, González Catán, Capital Federal y otras provincias.
Luego de la presentación siguió una breve contextualización teórica con videos y una charla sobre la Performance en Latinoamerica y se experimentaron diversas herramientas para componer una performance. Comenzando desde el suelo hasta abarcar todo el espacio, se trabajó con la huella, con la mirada y el contacto con el grupo. Atravesando diferentes ritmos y estados, los sonidos y los cuerpos fueron vivenciando la creación colectiva en la improvisación y la composición instantanea. Las voces de Ana y Blanca fueron guiando el encuentro, dando también espacio al grupo para poder expresar desde la palabra y volcar todo en la creación. Como cierre se llevó a cabo un proceso de creación y composición colectivo a través de la construcción dialéctica, prueba y error y la síntesis en la Composición. Se tomaron disparadores gráficos y temáticos para realizar las composiciones acorde a diferentes problemáticas sociales. Y para concluir se mostraron los trabajos como parte de la reflexión sobre nuestro rol como artistas, y los modos de composición y construcción colectiva.
Por otro lado, la bailarina-docente Jimena Saud propuso el taller de Danza y Género “El cuerpo como espacio de disidencia” para desde la improvisación desencorsetar nuestros cuerpos y salirnos de los encasillamientos del género.
Pudimos ver la capacidad de explorar, cuestionar, proponer desde el cuerpo como soporte, creando espacio escénico, con los solos de danza-teatro “Al revés, el principio de un mundo”, creado e interpretado por Ana Gonzalez Seligra y “El grito de la bestia”, creado e interpretado por Carolina Fontenla.
“Al revés, el principio de un mundo” es un trabajo inspirado en la lucha de lxs trabajadorxs de Tierra del Fuego del 2016, que desplegó momentos de tensión, reflexión y profunda emoción.
TIERRA del Fuego.
Tierra caída del mapa.
Un mapa de líneas punteadas.
Territorios separados por fronteras que alguna vez alguien invento.
Años de genocidio.
Tierra arrebatada a los selk’nam.
Ni una selk’nam ha quedado.
Un sistema macabro que arrasa con todo.
Fin del mundo.
La clase trabajadora combate la precarización de este sistema salvaje.
Allá donde la noche dura más que el día está la resistencia.
¿Será que es el fin de un sistema?
Allá en el fin, donde se escarcha la precarización.
Allá en el fin, donde se vacían las cajas.
Allá en el fin, donde los trabajadores duermen despiertos.
Allá en el fin donde se ha prohibido salir de sus casa a los que luchan.
Allá en el fin, donde los metros hasta los organismos oficiales están contados.
Allá en el fin, donde los Derechos Humanos se han arrebatado.
Allá en el fin, el frío no congela la fuerza y la unión de la clase trabajadora.
Allá en el fin, se acampa, se enseña, se lucha y se resiste en este momento.
¿Será que el fin es el inicio?
¿Será que algun día el mapa se dará vuelta y se disolverán las fronteras uniendo a los que luchan? Tierra del Fuego.
Fuego que quema.
Un fuego que se multiplica.
El viento sopla fuerte en el sur.
El viento esta trayendo la fuerza de cientos de trabajadorxs que no se quedan quietxs.
La tierra esta en movimiento.
Y lo que es el fin puede ser un comienzo.
Ana González Seligra Trabajadora del Arte. Territorio Buenos Aires.
Por otro lado, “El grito de la bestia”, con creación e interpretación de Carolina Fontenla nos mantuvo expectantes, con un espacio en penumbras, cargado de incertidumbres, y utilizando el lenguaje del teatro absurdo, propuso “sembrar” una idea, que el propio espectador ira desarrollando.