El dictador ha muerto este martes a los 91 años. Durante tres décadas gobernó Egipto con puño de hierro, con el apoyo del imperialismo norteamericano y europeo, hasta su caída en medio de las movilizaciones de 2011.
Carlos Muro @muro_87
Martes 25 de febrero de 2020 14:59
El dictador Mubarak con el rey Juan Carlos I y Sofía de Grecia en febrero de 2008.
La televisión estatal egipcia informaba este martes que el ex dictador murió en el Hospital de El Cairo tras permanecer varias semanas en la unidad de cuidados intensivos, después de una intervención por un problema intestinal. Se ha confirmado que la presidencia del país norteafricano será la encargada de organizar el funeral de Mubarak.
Habiendo ocupado el poder desde 1981 hasta 2011, durante 30 años el régimen que encabezó tuvo el apoyo del imperialismo norteamericano y el completo apoyo de todos los países de la Unión Europea incluido el Estado español, y también del Estado colonialista de Israel, por lo que este martes sus familiares recibieron las condolencias del primer ministro israelí Benjamín Natanyahu.
Las movilizaciones multitudinarias del proceso conocido como la “Primavera Árabe” de 2011 terminaron con la caída de Mubarak en febrero de ese año. Un año después fue condenado a cadena perpetua por su complicidad en la muerte de al menos 239 manifestantes, durante las protestas que acabaron con su mandato entre enero y febrero de 2011. También afrontó cargos por corrupción y tráfico de influencias que tuvieron lugar bajo su Gobierno. Sin embargo, tras una apelación, la justicia egipcia finalmente lo absolvió de los cargos.
Con la libertad de Mubarak culminó el proceso de impunidad que dejó libre de cargos a todos y cada uno de los responsables de su gobierno que habían sido encarcelados al calor de las jornadas revolucionarias de 2011.
El proceso posterior terminó en un golpe contrarrevolucionario, que incluyó primero un desvío de las movilizaciones hacia la celebración de elecciones amañadas, la represión, asesinato y persecución a los miembros de la Hermandad Musulmana y el triunfo del golpe cívico militar en 2013 perpetrado por el mariscal y jefe militar Abdulfatah al Sisi. Habiendo desactivado por completo al movimiento, y proscripto a la oposición, Al sisi preparó unas elecciones fraudulentas con las que en 2014 se convirtió en presidente (dictador) de Egipto hasta el día de hoy.
En septiembre de 2019 miles de egipcios se manifestaron pidiendo la caída del régimen de Al Sisi. Donald Trump le apodó su “dictador favorito” mientras el resto de países imperialistas aceptaban al nuevo régimen. Las masas egipcias volvieron a las calles contra un régimen igual o más opresivo que la dictadura de Hosni Mubarak, de alto control social, persecución de la oposición política, con más de 60.000 presos, torturas, cientos de desapariciones forzosas y medios de comunicación completamente amordazados. Muchos organismos de derechos humanos han hecho denuncias por crímenes de lesa humanidad.
Las protestas de 2011, 2014 y 2019 muestran que el fantasma de la rebelión en Egipto y en toda la región sigue latentes. Las protestas hace unos meses en Irán e Irak muestran el profundo descontento con sus regímenes y más aun con la presencia imperialista en la región.
Carlos Muro
Nació en la Zaragoza en 1987. Es estudiante de Historia en la UNIZAR. Escribe en Izquierda Diario y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.