Sebastián Vaccari trabajaba para una tercerizada de Telecom/Cablevisión en Salta. El pasado lunes a las 18 hs murió electrocutado mientras realizaba tareas en el techo de una vivienda.
Miércoles 24 de octubre de 2018
El lunes a la tarde nos llegó la terrible noticia de que Sebastián Vaccari, de 31 años fallecía producto de un "accidente" que tuvo en su trabajo el día sábado. Sebastián, como muchos, era un pibe más de los miles de precarizados que trabajan en las contratistas para Cablevisión/Telecom (y todas las empresas de cable que tienen la concesión en las diferentes ciudades del país).
El sábado a la tarde recibió una "patada". En el techo de un domicilio donde estaba trabajando, un cable de media tensión descargó y quemó el 90% de su cuerpo, incluidas sus vías respiratorias. Finalmente, el lunes después de batallar dos días, perdió la vida.
"Pudo haberle pasado a cualquiera de nosotros", deben pensar los y las miles de precarizadas del monopolio de la telecomunicación en el país. Y si, realmente pudo ser cualquiera, y eso es lo que más bronca da.
Telecom/Cablevisión: el monopolio y abaratar costos
Hay algo que está claro entre quienes estamos en ese lugar: cada día salimos en nuestros vehículos a trabajar y no sabemos si a la tarde, cuando menos, volvemos golpeados por no contar con las debidas condiciones de seguridad. Esto es transversal para todos los que somos tercerizados.
Las tercerizadas intentan ocultar los “accidentes” laborales. Les conviene minimizar las estadísticas de golpes y lesiones. Mostrar "buenos números" para Telecom/Cablevisión es lo que hace que puedan mantener el trabajo (y sus ganancias) y crecer en el tiempo.
Pero también, estar "en la directa" es un riesgo. Es claro que no se trata de accidentes, sino de negligencia patronal: mientras Magnetto y su monopolio “se la llevan en pala” (de a millones) gracias a la fusión y por ser una empresa amiga del gobierno, nosotros vemos que no se invierte un peso en infraestructura.
Por eso en los barrios los postes de tendidos se quiebran y comparten muchas veces los postes se comparten con las empresas de energía eléctrica (lo que aumenta las posibilidades de una electrocución). Por eso tampoco hay hidroelevadores y solo hay escaleras para hacer trabajos en altura. Estos son los riesgos del día a día en el trabajo.
Y mientras tanto, la empresa te aprieta con los ritmos. Te dicen que con lluvia no salgas a laburar, pero cuando deja de llover y todo sigue mojado de vuelta al laburo. Sino después te miran mal, hablan de que sobra gente, y así con cada cosa. Quedamos expuestos a una gran inseguridad del trabajo, no sabemos si llegamos enteros al final del día.
Un discurso y una realidad: que dice el gobierno y que hacen los sindicatos?
El presidente Mauricio Macri, hablando del mal llamado curro de las ART, hace apenas dos días salió a decir públicamente (una vez más) que hay que eliminar de raíz estos "comportamientos tramposos que tanto mal le han hecho a las Pymes y hasta a las grandes empresas".
No es casualidad entonces que hoy es más fácil, si mas fácil aún! para las empresas mirar para otro lado en materia de seguridad. Las cubre el discurso del gobierno, que piensa que los trabajadores curramos con las ART! Cuando la verdad es que la empresas hacen sus ganancias a costa de rompernos o poner en juego nuestra vida en el trabajo. El nivel de cinismo del presidente amigo de Telecom, es irritante.
Y a todo esto no puede faltarle una pata más: la burocracia sindical que también mira para otro lado. Tanto el gremio de Telefónicos como el SAtsaid no hacen otra cosa que contarse los porotos y poco piensan en quienes dejan su vida en las contratistas. Tanto es así que hasta no hace mucho la mayoría estabamos afiliados obligadamente a la UOCRA.
Ni que hablar de este sindicato que permitió durante años que se fuera tercerizando el trabajo y quitándole responsabilidad civil a la patronal.
Mientras tienen un discurso opositor al gobierno y a "los gorilas de Clarín", no mueven un dedo cuando cientos de compañeros se rompen o hasta llegan a morirse como Sebastián.
La realidad es otra. Es la que vivimos miles de pibes precarizados. Es la que se habla con lenguaje de bronca cada vez que sentimos crujir un poste, o vemos terminales de telefonía de Entel aún, o la que se escucha cada vez que alguien recibe una descarga eléctrica.
Este gobierno y sus empresas amigas tratan de tapar nuestros muertos y lo único que les importa es seguir llevándosela en pala. Los sindicatos juegan la suya y dicen más de lo que hacen!
Los trabajadores por abajo tenemos que organizar la bronca. Unirnos efectivos y contratados o tercerizados por el pase a planta de todos, y dejarles bien en claro que nuestra vida vale más que sus ganancias.