Miércoles 31 de diciembre de 2014
Un informe del Ministerio de Trabajo de la provincia de Córdoba y de la Superintendencia de Registro de Trabajo (Nación) revela que, durante el año que está terminando, las muertes por accidentes laborales (léase muertes obreras) cayeron un 81% en Córdoba con respecto al año 2012.
Lo central del informe marca que en 2012 y 2013 fallecieron 50 y 32 obreros respectivamente, mientras que en el corriente año se registraron 6 muertes en Córdoba. La cifra más brutal es la de 2011 cuando murieron 51 trabajadores. El mismo informe afirma que en la industria de la construcción es dónde más vidas se pierden. Prueba de esto es que de las 6 muertes obreras registradas este año en Córdoba, 4 pertenecen a la rama de la construcción.
La Voz de Interior, en su edición de este lunes 29/12 diciembre, se hace eco de estas estadísticas oficiales y cita declaraciones del Ministro de Trabajo provincial Adrián Brito, quien atribuye la sensible baja en los decesos a los mayores controles en los lugares de trabajo, exponiendo la cantidad de multas e inspectores que desde la cartera laboral se hacen presentes en empresas y obras en construcción.
Lo que sorprendentemente no contabiliza el último informe en cuestión son las muertes ocurridas mientras los trabajadores van a sus lugares de trabajo, siendo que en 2013, éstas llegaron al 60%.
Sin embargo, el mismo día 29, el mismo medio destacaque en Córdoba, sólo en la rama de la construcción, se perdieron 3500 puestos de trabajo formales en comparación con 2013 en el 2014. Los datos son aportados por el Instituto de Estadística y Registro de la Actividad de la Construcción (Ieric), y muestran una caída del 12%.
Cinismo y estadísticas
Lo que el Ministro Brito sale a mostrar como un triunfo, llegando a afirmar que desde el Ministerio que encabeza se está apuntando a “concientizar tanto al trabajador como a los empresarios” para que se instrumenten las medidas de seguridad en las obras de construcción, no hace más que dejar al descubierto todo el cinismo del gobierno provincial.
El delasotismo gobierna la provincia desde hace 16 años. Este gobierno fue el principal impulsor del denominado “desarrollismo”, es decir el otorgamiento de todo tipo de beneficios y exenciones a los empresarios inmobiliarios y de la construcción, como Gama o Electroingeniería, para que realicen sus megaproyectos y amasen jugosas fortunas.
Estas enormes ganancias se basan en el trabajo en negro y la precarización laboral de miles de trabajadores de la construcción que sufren paupérrimas condiciones laborales.
El 2012 fue un año bisagra para los obreros de la construcción. Ese año murieron 13 trabajadores por la desidia patronal y la complicidad del gobierno y del gremio. Esto no sale a simple vista de la lectura de las estadísticas presentadas oficialmente.
Mientras Omar Dragún era Ministro de Trabajo estalló una rebelión en las obras tras la muerte de un trabajador en una construcción del barrio Villa Urquiza. Los mismos compañeros y familiares denunciaban las condiciones y los ritmos de trabajo que se llevaba una nueva vida en ese momento, haciendo responsables también a la dirección de la UOCRA, cómplice de estas muertes, como se puede ver en este video.
Denuncias y reacciones
Fue precisamente en el año 2012 cuando surgieron protestas contra las muertes obreras en la construcción y se desarrollaron organizaciones como el Movimiento Contra la Precarización Laboral. En el mismo sumaron su participación esposas, hermanos, padres, familiares y amigos de los trabajadores muertos en la construcción. Ese movimiento fue acompañado por la izquierda y organismos de Derechos Humanos como el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH).
Es necesario señalar que recién en ese momento se empezó a producir cierta reacción por parte de las autoridades provinciales y la conducción de la UOCRA que, hasta ese entonces, habían permitido todo tipo de atropellos por parte de los empresarios hacia las condiciones laborales de los trabajadores en el sector de la construcción. En las declaraciones que realiza al diario La Voz del Interior el mismo Brito reconoce que recién en el último año se triplicó la cantidad de inspectores del Ministerio de Trabajo. Toda una paradoja dado que, en el mismo lapso, se redujo seriamente la actividad en el sector.
Las estadísticas muestran sólo una parte de la realidad. Es ampliamente conocido que las condiciones en las que se trabaja en las obras (sin arneses, sin zapatos de seguridad, etc.) se mantienen. El trabajo en negro y la precarización laboral son moneda corriente en la construcción. Para los trabajadores sigue siendo un trabajo enormemente riesgoso.