Desde Senkata una masiva movilización llegó a la Ceja de El Alto, donde se desarrolló un multitudinario Cabildo que exige el respeto a la fecha de elecciones para el 6 de septiembre. Participaron las bartolinas, mineros de Huanuni, fabriles, la federación Tupak Katari, ayllus de Norte Potosí y diversas organizaciones sociales, obreras y campesinas. Hubo marchas en el eje central y varias ciudades del país. Resolvieron ingresar en huelga general indefinida con movilizaciones en los 9 departamentos y bloqueo de caminos, hasta que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) deje sin efecto la nueva postergación de las elecciones.
Martes 28 de julio de 2020
Este martes, en horas de la mañana se desarrolló una multitudinaria marcha convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) junto a diversas organizaciones obreras, campesinas e indígenas para exigir al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que respete el calendario electoral que fijaba la fecha de las elecciones generales para el 6 de septiembre.
En La Paz la marcha partió desde Senkata y llegó a la Ceja de El Alto donde se desarrolló un multitudinario Cabildo protagonizado por diversas organizaciones sociales, campesinas y obreras como la Federación Túpac Katari, los ayllus de Norte Potosí, fabriles, mineros, bartolinas y juntas de vecinos. De la misma manera se realizaron movilizaciones en otras regiones del país para reclamar el cumplimiento de la ley referida a la celebración de elecciones para el día 6 de septiembre.
En el Cabildo alteño cuando el dirigente de la COB, Juan Carlos Huarachi, tomó la palabra para conminar que en el plazo de 72 horas el TSE rectifique la resolución mediante la cual se posterga la elección presidencial del 6 de septiembre para el 18 de octubre, los amplios sectores que se dieron cita a la movilización presionaron para que las medidas sean asumidas desde hoy martes. Ante este escenario, se determinó declarar inmediatamente la huelga general indefinida con movilizaciones en los 9 departamentos y bloqueos hasta conseguir la reversión de la postergación de elecciones.
De la amplia movilización de esta jornada se puede advertir que los sectores campesinos, populares y de trabajadores tienen puestas sus expectativas en que la salida a la profunda crisis socio-sanitaria que se vive en el país llegará a su fin por medio de los comicios electorales. Perfilándose al candidato del Movimiento al Socialismo MAS, Luis Arce Catacora, para ser el depositario del respaldo electoral por parte de estos sectores, como respuesta al grupo racista que actualmente detenta el Gobierno.
Sucede que en medio de la pandemia Áñez y sus ministros a más de 100 días de haber impuesto una cuarentena militarizada y haberse negado sistemáticamente a implementar test masivos, han hecho muy evidente que tomaron el poder del Estado para lucrar y ponerlo al servicio de su clase. Ya son semanas que vemos reportes diarios de decenas de muertos que se recogen en las calles. Es una situación de colapso que llena de miedo y desesperanza a la gente. No solo los hospitales están colapsados y con bajas importantes en las y los trabajadores de salud, sino que también los cementerios y salones crematorios se vieron desbordados. Acceder a medicamentos es un lujo y también escasean. Es decir, los golpistas se han ocupado de hacer importantes negocios con compras a precios millonarios de respiradores que no sirven porque resultaron ser resucitadores y esto ha generado un punto de rebalse en muchos sectores populares que ven que no solo el trabajo sino su vida misma está en juego. Incluso esta semana amenazan con un retorno a una cuarentena rígida y militarizada con el doble propósito de "detener" el crecimiento geométrico de contagios y también contener las embrionarias manifestaciones de lucha de clases que se pre anuncian con las movilizaciones. Todo esto lleva a que se deposite esperanzas en que un Gobierno elegido en las urnas, y como señalamos, en un enventual triunfo del MAS, pueda ser la salida a este escenario de catástrofe.
Algo que es importante de señalar es que previo a que se desarrollen estas movilizaciones, la senadora del MAS, Eva Copa, y presidenta de la cámara de senadores el domingo pasado se pronunció señalando que el MAS en el parlamento no obstaculizará la nueva fecha del 18 de octubre. Mantiene de esta manera la estrategia de negociación parlamentaria que el MAS con sus 2/3 en la Asamblea Legislativa Plurinacional viene realizando desde el golpe de Estado.
Esta estrategia de presión para negociar en mejores condiciones con los golpistas pone en evidencia, una vez más, que el MAS no busca derrotarlos en las calles sino en las urnas. Esta estrategia se vio en la movilización del día de hoy que siendo multitudinaria las dirigencias burocráticas la contuvieron en la Ceja de El Alto y evitaron bajar a la sede de Gobierno. De la misma forma que lanzan la huelga general indefinida con bloqueo de caminos de manera inconsulta y burocrática. Hace décadas que se niegan a impulsar asambleas o ampliados con delegados de base, única forma de liberar las energías de las y los trabajadores y el pueblo para poder derrotar a los golpistas. Pero la burocracia le tiene miedo a la democracia obrera, se saben odiados y repudiados por amplios sectores de trabajadores que exigen la convocatoria inmediata a congreso ordinario de la COB ya que estos dirigentes antes se prorrogaban por autorización de Evo Morales, y ahora, por Áñez.
Esta estrategia que sostiene el MAS, a través de burocracias de las organizaciones sociales y sindicales, está llevando a que los golpistas pese a su desprestigio por los enormes casos de corrupción y pese a la gestión criminal que hacen de la pandemia se sigan sosteniendo mientras las posiciones del propio MAS se debilitan.
Desde La Izquierda Diario defendemos el derecho democrático de las y los trabajadores del campo y la ciudad, de los sectores populares, campesinos e indígenas a que se realicen las elecciones. Creemos que es necesario que toda esa energía que empieza a movilizarse tome en sus manos la lucha e imponga medidas urgentes frente a la pandemia. No puede ser o puede ser que estemos resignados a morir, debemos exigir la inmediata nacionalización, sin indemnización, de las clínicas privadas; la centralización del sistema de salud y que su funcionamiento pase bajo el control democrática de las y los trabajadores del sector para disponer los recursos que sí existen para salvar vidas y no los negocios de los privados. Debemos democratizar este derecho fundamental, toda vez que se encuentra en el tapete las vidas de las personas.
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Para hacer viable esta urgente demanda es necesario conformar la más amplia coordinación de sectores de trabajadores de la salud, trabajadores de limpieza, obreros, campesinos, pueblos indígenas, mujeres, estudiantes, juntas de vecinos para imponer en la lucha una salida para que la tremenda crisis capitalista y sanitaria que tenemos sobre las espaldas no la paguemos el pueblo trabajador sino los ricos y los capitalistas.