Ante el partido de México vs Argentina, hinchas mexicanos y argentinos han tomado las redes para hacer burla de sus contrincantes por medio de insultos que resaltan la dependencia de ambos países a los países imperialistas.
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Óscar Fernández @OscarFdz94
Sábado 26 de noviembre de 2022
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Lo entendemos. La pasión del fútbol recorre Latinoamérica. A todos nos gusta sentarnos frente al televisor deseando estar en el estadio apoyando a nuestras respectivas selecciones y deseosos de que ganemos la copa del mundo. A unos ese sueño se les ha cumplido más de una vez (al grado que es usual la pregunta irónica de «¿cuántas copas tenés?» para hacer frente a las burlas), a otros nunca llega por verse frustrado en el infame «cuarto partido» que no deja llegar al soñado quinto.
Pero ante el partido de México y Argentina en el torneo de la Copa Mundial Qatar 2022, los hinchas de varios países han recurrido a insultos que, paradójicamente, sólo desnudan la dependencia de ambos países a las naciones imperialistas. Las redes han estado zumbando de burlas referentes a eventos históricos donde los únicos perdedores, realmente, son los países de Latinoamérica.
En el caso de México, las porras mexicanas han usado el caso de la guerra de Malvinas para hacer referencia al hecho de que si Argentina no pudo defender lo que considera su territorio ante Inglaterra, no podrá hacer frente al «tricolor», en especial luego de perder sorpresivamente contra la selección saudí.
Pero habrá que preguntarse entonces: ¿qué tiene de gracioso que jóvenes enviados por una dictadura para ocultar su debilidad (siendo que unos días antes los trabajadores tomaron las calles contra el gobierno) hayan perdido la vida peleando contra el imperialismo británico? Sobre ese mismo eje, las burlas mexicanas han continuado haciendo referencia a las constantes devaluaciones del peso argentino frente al dólar.
Mientras tanto, en el caso argentino, como respuesta está la referencia a la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano ante la invsión estadounidense en 1847 por la necesidad de la expansión territorial inherente al rápido desarrollo de una potencia imperialista en ciernes. Tal pérdida se tradujo, por una parte, en la famosa «fiebre del oro» de 1849 (de ahí que el equipo de fútbol americano de San Francisco se apode «los forty-niners»).
La fiebre del oro no se esperó a la anexión de territorios y luego a la lenta construcción del ferrocarril para llegar a California. Los aventureros y la burguesía, más prácticos, prefirieron construir el ferrocarril de Panamá y viajar en barco al puerto de Colon tomar el tren y volver a tomar el barco hasta San Francisco. La migración masiva de peregrinos al «viejo y salvaje oeste» y el asentamiento de colonos en tierras trajo el despojo tanto a habitantes otrora mexicanos (a quienes la frontera los cruzó a ellos) como a comunidades indígenas. Por otra parte, en particular con la anexión de Tejas, Estados Unidos tuvo más territorio (literalmente) fértil para hacer plantíos de algodón y expandir la economía sureña dependiente de la esclavitud negra.
Ninguno de estos dos sucesos es gracioso si nos ponemos a analizarlo bien. Es, como lo llegó a ilustrar un meme, como en el episodio de Los Simpson en el que ponen a pelear a muerte a dos simios blandiendo cuchillos. Mientras las hinchas mexicana y argentina se burlan una a otra de sus derrotas militares, son los imperialismos británico y estadounidense quienes siguen expoliando ambos países mediante la famosa «inversión extranjera» que los encadena económica y políticamente.
Con Argentina, ese encadenamiento se ve en el virreinato del FMI, que impuso a Sergio Massa como «superministro» de economía; con México es importante señalar que el sexenio de López Obrador ha tenido al derechista reaccionario Donald Trump ocupando la presidencia y después teniendo que cederla (acusaciones de fraude mediante) al «progresista» Joe Biden, sin que esto haya alterado los dictados de la Casa Blanca en materia migratoria o económica, esto último destaca aún más si recordamos que la orden de reabrir la maquila y la industria automotriz se dio en pleno semáforo rojo de pandemia.
Mientras el chovinismo invade las burlas de las porras latinoamericanas, son los empresarios estadounidenses y británicos los que se siguen beneficiando del saqueo de recursos de nuestros países y del trabajo de nuestros connacionales. Los hinchas que recurren a estas burlas son clasemedieros asimilados a la explotación imperialista, que con el mismo despecio que ven al pueblo del país "enemigo" ven a los trabajadores de las maquiladoras y las grandes automotrices extranjeras. La clase obrera es una y sin fronteras.
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Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana