Múnich es considerada una ciudad rica en la que no hay problemas. Pero un estudio demuestra lo contrario: una de cada cinco personas es pobre en la capital bávara.
Viernes 19 de agosto de 2016
Sede de automotrices como BMW y Man, de aseguradoras como Allianz y de varias empresas que cotizan en el índice bursátil DAX. Múnich es considerada nacionalmente como “la ciudad rica”. Relax en el río Isar, un chopp de litro de cerveza en el Englischer Garten, áreas recreativas en los Alpes para practicar esquí y senderismo, ofertas de ópera y teatro del mejor nivel y los Porsche por sus calles. Estas son las postales difundidas sobre el estilo de vida en Múnich. “Quien vive allí debe tener mucho dinero” es una opinión generalizada. Pero esto no rige para todos, según un reciente estudio del IW (Instituto alemán de Economía). El mismo muestra que uno de cada cinco muniqueses es pobre.
Pero, ¿el estudio arroja un resultado sorprendente? El trabajo de IW cuenta lo que cada muniqués sabe o experimenta a diario: los precios son mucho más caros que en cualquier otro lugar en Alemania. El estudio ha considerado la paridad del poder adquisitivo y el resultado es determinante, “quién no dispone en su cuenta de más de 1106 euros por mes es pobre”. Esto se debe por sobre todo al alto precio de los alquileres ya que comprometen casi la mitad de los ingresos. Una vivienda para quien percibe la cobertura social básica cuesta 548 euros en promedio. Para Rolf Stürzer, presidente de la Asociación de Propietarios de Múnich, parece distinto: “los alquileres en Múnich no son tan altos. Los precios se deben medir en relación con el poder de compra. Qué los precios sean una locura es una afirmación de los inquilinos y los medios”. Esto, con lo que Stürzer no acuerda, ahora lo prueba el estudio.
Calidad de vida en Múnich, ¿para quién?
La ciudad bávara al borde del Isar es, con su millón y medio de habitantes, una de las regiones metropolitanas con más rápido crecimiento en Alemania. En el ranking de la firma Mercer que mide las ciudades según su calidad de vida, Múnich ocupa el cuarto lugar entre 50 grandes ciudades del mundo. El boom del turismo, en gran medida por las ferias y el Oktoberfest, genera 40 millones de pernoctaciones anuales. Con 519 metros sobre el nivel del mar, Múnich también se destaca geográficamente entre las grandes ciudades. Ninguna está ubicada tan alto.
La “ciudad con corazón”, tradicional eslogan del SPD (Socialdemocracia, gobierna hace décadas la ciudad), identifica a Múnich con lo social. Pero la Agenda 2010 (paquete de reformas neoliberales), y con ella la febril precarización, han conducido por sobre todo a una profunda división social. Mientras muchos pueden disfrutar de una formidable vida en Múnich, estas reformas han generado un sinnúmero de precarios que parecen invisibles en el día a día. Esta precariedad es sufrida, según el estudio de IW, mayormente por mujeres, inmigrantes y personas de edad. Más de 14 mil personas deben vivir su tercera edad con una cobertura social básica, en lugar de recibir su jubilación. La conclusión de que los inmigrantes son empujados a los trabajos peor pagos no es reconocida comúnmente por las autoridades alemanas. Asimismo señala el estudio que las mujeres son empujadas a trabajos precarios de tiempo parcial debido a la falta de oferta de guardería para niños.
Pero también los trabajadores precarios padecen la pobreza. Incluso los “bien remunerados” aprendices enrolados en el IG-Metall (Unión Industrial de Trabajadores del Metal, es sindicato más poderoso del mundo por cantidad de afiliados) son pobres en Múnich con sus 900 euros mensuales.
Es el gobierno de Múnich quien confina a decenas de miles de refugiados en campos y los hace vivir en pésimas condiciones. El drama de los “sin techo” en Múnich salió a luz cuando los jornaleros búlgaros, a comienzos de este año, se manifestaron por viviendas y trabajo digno; en tanto que la ciudad les negó viviendas adicionales. Los “sin techo” son expulsados por las autoridades de los espacios públicos y llevados a la invisibilidad. El gobierno de la ciudad sigue siendo distinguido desde afuera, pero las contradicciones crecen y ellas traerán consigo conflictos sociales.