A los 92 años falleció la dueña del Grupo Clarín: un grupo multimedia enriquecido bajo la dictadura y beneficiado bajo todos los gobiernos.
Miércoles 14 de junio de 2017 11:16
Hace instantes, el diario Clarín dio a conocer la primicia del fallecimiento de una de las dueñas del grupo multimedia. Había asumido la dirección del diario en el año 1969 tras el fallecimiento de su esposo, Roberto Noble. A partir de allí inició su trayectoria en uno de los grupos beneficiados por la última dictadura cívico-militar.
Herrera de Noble era dueña de un emporio mediático que se benefició con todos los gobiernos, tanto dictatoriales como "democráticos". Incluido el kirchnerismo que, más allá de las disputas durante la presidencia de Cristina Fernández, había sido un aliado en sus orígenes tras la asunción de Néstor Kirchner en 2003.
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Con su muerte, se lleva parte de la verdad sobre el origen de Felipe y Marcela, sus hijos ’adoptivos’ nacidos durante la dictadura y de quienes se tienen documentos plagados de irregularidades y versiones cuasi ficcionales sobre la llegada de ambas criaturas a manos de la heredera de Noble.
Herrera de Noble había estado imputada por la causa de la empresa Papel Prensa S.A., junto al CEO de Clarín, Héctor Magnetto, y el director del diario La Nación, Bartolomé Mitre. Los empresarios se encontraban acusados de haber accedido a la compra de las acciones de la empresa, a través de mecanismos de coerción, torturas y amenazas.
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De izquierda a derecha: Héctor Magnetto, Jorge Videla, Ernestina Herrera de Noble
La denuncia señalaba que la compra de las acciones, realizada apenas a meses de asumida la dictadura genocida de 1976, se había llevado a un precio incongruente. Se habían pagado unos 996.000 dólares por un paquete accionario cuyo valor neto rondaba los 2.316.987 de dólares.
Así, el Grupo Clarín se convertía en un ejemplo paradigmático de la complicidad entre los sectores empresarios y la dictadura militar. Los sectores empresariales habían sido parte fundamental de la dictadura, quienes se enriquecieron con las políticas encabezadas por el genocidio militar.
Más allá de los enfrentamientos y alianzas con los distintos gobiernos condujo con mano de hierro el multimedios cuando se trató de enfrentar a sus trabajadores. Mientras se mostraba como un emblema de la prensa independiente, persiguió a sus propios trabajadores hasta el cansancio y batió un récord de antisindicalismo cuando despidió a toda la comisión interna de Clarín y Olé de un plumazo. El último enfrentamiento de esta índole, fue el cierre de la gráfica AGR-Clarín.
En el marco de la publicación de la primicia del fallecimiento de Herrera de Noble, Clarín no perdió la oportunidad para revindicar, entre muchas otras tergiversaciones históricas, una versión lo más a la derecha posible de la "teoría de los dos demonios". Los comandantes pasan y se despide Ernestina Herrera de Noble, pero queda el periodismo de guerra.
Ernestina Herrera de Noble junto al dictador genocida Jorge Videla
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario