Ante la muerte del ex presidente Carlos Menem, la discusión pública gira en torno a las “herencias” de su gobierno, que en la Universidad se encarnan en la Ley de Educación Superior, aún vigente
Martes 16 de febrero de 2021 15:03
Fotografía: posdataweb
El gobierno peronista de Carlos Saúl Menem durante la década del ´90 vino a afianzar y profundizar la avanzada neoliberal del imperialismo y el gran capital contra lxs trabajadores y el pueblo, que en Argentina había comenzado la dictadura del ´76. Lo hizo a tono con la expansión mundial del neoliberalismo implantado por Margaret Thatcher durante los años ‘80 y con los aires de triunfalismo capitalista después de la caída del Muro de Berlín, en 1989.
La precarización y flexibilización laboral, la extranjerización de la economía, la privatización de las empresas de servicios públicos, la soja transgénica y el extractivismo, así como los niveles estructurales de pobreza y desempleo son algunas de sus principales “herencias” que se mantuvieron intactas por los gobiernos que le siguieron.
LES privatistas
En materia educativa, y en particular para la Universidad, la década Menemista estuvo signada por el desfinanciamiento estatal, el avance mercantilista en los contenidos de las carreras y el intento de arancelamiento y privatización. El hito fundamental de esta política fue la sanción de las leyes (anti)educativas: Ley Federal de Educación y la aún vigente Ley de Educación Superior (LES).
Redactada a pedido expreso del Banco Mundial, la Ley de Educación Superior entiende a la Educación como un servicio, no como un derecho. En esa sintonía, no menciona en ninguno de sus artículos la palabra gratuidad. Por el contrario, crea la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) encargada de aprobar o no las carreras universitarias, en función de si sus planes de estudio se ajustaban a los intereses de empresarios y gobiernos de turno.
La ley logró cumplir el objetivo de avanzar en la elitización y mercantilización: a través de las acreditaciones de carreras a la CoNEAU, las modificaciones de los planes de estudios con una orientación hacia las necesidades empresariales, con la degradación del título de grado en beneficio de un gigantesco florecimiento de posgrados pagos, la generalización de convenios con grandes empresas, el establecimiento de cupos.
La LES fue sancionada y promulgada en 1995 en medio de una gran lucha del movimiento estudiantil que dio movilizaciones, tomas de facultades en todo el país y un abrazo al Congreso para intentar impedir la votación de una ley que implicaba el avance privatizador y mercantilista en la universidad.
La Ley impuesta a los palos
Frente a la lucha y resistencia estudiantil contra la LES, que contó con el apoyo de ciertos docentes y de los organismos de derechos humanos como HIJOS y Madres de Plaza de Mayo, la respuesta del gobierno fue la represión.
El 20 de Febrero de 1996, en movilizaciones contra la aplicación de la LES en la ciudad de La Plata, la Policía Bonaerense del entonces gobernador Eduardo Duhalde montó un mega-operativo en el centro de la ciudad. Usando los métodos de la dictadura, personal de civil y en autos con patentes tapadas detuvo a más de 250 estudiantes tras desatar una verdadera “cacería”. Los estudiantes, algunos de ellos hijos de desaparecidos. fueron trasladados hacia un ex centro clandestino de detención durante la dictadura. Allí, ante el reclamo por la libertad de los detenidos, se desató nuevamente la represión.
El gobierno de Menem estaba decidido: la avanzada mercantilista en la Universidad había que hacerla pasar, sin importar su costo.
La LES continúa vigente
A 25 años de ser sancionada, los gobiernos de De la Rúa, Nestor y Cristina Kirchner, Macri y el actual presidente Alberto Fernandez, mantuvieron vigente la Ley de Educación Superior menemista, al igual que hicieron con otras de las cuestiones estructurales en las que se avanzó durante el gobierno de Menem.
A pesar del discurso contra la LES, y la promesa de debates, modificaciones y hasta derogación de la misma, fueron los años kirchneristas el momento en el que más se avanzó en la acreditación de carreras a la CoNEAU, la inserción empresarial en los planes de estudio y el establecimiento de cupos de ingreso a las carreras.
Después de 12 años de gobierno, a pocos días del ballotage en el que se impondría Mauricio Macri, Cristina Fernandez de Kirchner llevó adelante una reformade algunos artículos de la LES, manteniendo la esencia estructural de la Ley.
Enterrar la herencia
A pesar de los avances mercantilistas y el aval del conjunto del régimen político que gobernó en Argentina en los últimos 30 años, la LES no pudo cumplir su objetivo de máxima: avanzar en el arancelamiento total y privatización liquidando la conquista de la universidad pública y masiva. Esto fue gracias a la resistencia de docentes y estudiantes que protagonizaron masivas luchas en las distintas facultades y universidades contra su aplicación.
En estos días en que se recuerda a Menem y a su gobierno, miles de jóvenes sentimos un enorme rechazo al cinismo de un régimen político que deja de lado sus “grietas” para honrar, con 3 días de Duelo Nacional incluidos, a un enemigo de los trabajadores, el pueblo y la educación pública. Por eso, tomando el camino de la organización y la lucha de estudiantes de manera independiente de los gobiernos de turno y las autoridades universitarias, y junto a los trabajadores y sectores populares, es que tenemos que avanzar en enterrar la herencia menemista en la Universidad.
Es necesario abolir los filtros y todos los mecanismos expulsivos que todavía se mantienen en el ingreso a la Universidad y durante el cursado, impulsar la gratuidad de los materiales de estudio, la reducción de la jornada laboral para los estudiantes que trabajan. Así mismo terminar con el financiamiento privado encubierto y las carreras moldeadas por el mercado. Liquidar los resabios oscurantistas y la injerencia de la Iglesia que aún continúa en muchas Universidades del país, a más de 100 años de la Reforma de 1918. Terminar con la CoNEAU y crear una comisión integrada por científicos destacados, no vinculados a instituciones privadas ni empresariales, junto a estudiantes, docentes y no docentes con fiscalización de las organizaciones sociales que sea la que controle la calidad de la enseñanza. Junto con esto, democratizar los órganos de gobierno de la Universidad con claustro único docente y mayoría estudiantil en los mismos.
Anular la LES y todo su legado, es el primer paso en la pelea por una Universidad que ponga su conocimiento técnico y científico al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo.