El mediador Dan Pollack se lo comunicó a Luis Caputo. El juez llamó a dar igual tratamiento a los fondos buitres que no entraron a los canjes 2005 y 2010. Ganancias para los especuladores de la deuda.
Lunes 25 de diciembre de 2017 17:47
Thomas Griesa, juez federal de Nueva York, quien cargó contra Argentina a favor de los fondos buitres, falleció anoche. Así, lo confirmó el diario La Nación.
Según fuentes oficiales, Dan Pollack, mediador designado por el juez, se lo comunicó al ministro de Finanzas, Luis Caputo.
El magistrado tenía 87 años, se jubiló por sus problemas de salud y delegó todas las causas relacionadas con Argentina a la jueza Loretta Preska, del mismo distrito.
El magistrado amigo de los especuladores
Tras el default de 2001, el kirchnerismo realizó dos canjes de la deuda en 2005 y 2010. La negociación de 2005 realizada por Néstor Kirchner y Roberto Lavagna implicó la reestructuración de deuda, pero en realidad, aún con las quitas los especuladores tuvieron ganancias. Reestructuración que además ofreció ventajas como los cupones atados al crecimiento y la inflación.
Vale aclarar que una gran mayoría de los que tenían bonos argentinos en situación de default los habían comprado a precios de remate durante los peores momentos de la crisis.
Los que aceptaron los canjes de 2005 y 2010, obtuvieron ganancias del 300 %. En aquellos canjes de deuda, el gobierno anterior aceptó la jurisdicción de Nueva York para cualquier litigio. Por este motivo, el juez Griesa intercedió por los fondos buitres que no ingresaron a los canjes.
El juez falló a favor de los buitres y llamó a dar igual tratamiento a los acreedores que a aquellos que aceptaron los canjes de 2005 y 2010.
Axel Kicillof, entonces ministro de Economía, intentó durante semanas dialogar con Daniel Pollack, el mediador designado por Thomas Griesa, hasta que confirmó que éste estaba a favor de los buitres.
A pesar de esto, el Congreso votó con el apoyo de la gran mayoría de los partidos patronales una Ley de Pago Soberano para ofrecer a los buitres las mismas condiciones que las que tuvieron los que ingresaron a los canjes.
El plan del kirchnerismo naufragó y el fallo del magistrado implicó un bloqueo económico en los hechos, fue un impedimento para la emisión de bonos con la amenaza de embargo que condenó al default y a la imposibilidad de pedir nuevos préstamos a la Argentina.
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Así, nuevos bonistas (los conocidos “me too”) e intereses se fueron incorporando a la sentencia de Griesa hasta llegar a U$S 9.000 millones el pago que reclamaron al país, y aumentando sus ganancias a 1.600 %.
Macri y el acuerdo millonario
El macrismo desde su asunción comenzó la negociación con el juez Griesa para pagar a los fondos buitres. Así, en los primeros meses de 2016 el gobierno transfirió U$S 9.300 millones en efectivo para pagar a los holdout.
Para poder pagar a los acreedores, el macrismo aprobó en el Congreso la derogación de la Ley Cerrojo y la Ley de Pago Soberano. El aval para el pago a los fondos buitres se hizo con el apoyo del FPV en el Senado.
Para hacer el pago en efectivo, el gobierno realizó la más grande emisión en la historia de los mercados llamados “emergentes” una suma de U$S 16.500 millones, con bonos a pagar en plazos que van desde 3 hasta 30 años, con tasas de interés promedio de 7,14 %.
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Además del pago a los buitres, otra parte se destinó a pagar a los bonistas que sí ingresaron a los canjes pero que no podían cobrar desde junio de 2014 por la orden cautelar impuesta por el juez de Nueva York, Thomas Griesa.
Los buitres que premió Griesa recibieron abultadas ganancias. El fondo NML de Paul Singer obtuvo un rendimiento de 1.308 % respecto del capital invertido; Aurelius ganó 846 %. El fondo Bracebridge, tuvo un rendimiento del 3.183 %.
El pago a los fondos buitres, así como otras medidas de ajuste que tomó Macri, no desencadenaron un boom de crecimiento e inversión como aseguró Cambiemos. De hecho, en 2016 la economía cayó y los salarios se erosionaron. Los únicos que celebraron fueron los buitres.
El capítulo de la deuda no terminó para Argentina, desde la asunción del macrismo la deuda escaló de manera exponencial. A octubre de 2017, la deuda pública aumentó U$S 62.035 millones (un 25 % con respecto al monto de diciembre de 2015).
Como ya lo demostró la historia argentina, el endeudamiento sin frenos puede ser un factor explosivo.
La pelea es por dejar de pagar una deuda fraudulenta cuyos costos caen sobre las espaldas del pueblo trabajador.
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Redacción
Redacción central La Izquierda Diario