El sábado 30 y domingo 31 de marzo a las 20hs en el Parque de la Memoria se vuelve a presentar "Museo Ezeiza".
Natalia Rizzo @rizzotada
Viernes 29 de marzo de 2019
La excelente obra de Pompeyo Audivert se expuso por última vez en el C. Cultural Haroldo Conti, en la ex ESMA, con la sala colmada y espectadores afuera. Una dura crítica a la actuación de la derecha peronista en la Masacre de Ezeiza y a la forma bajo la cual la historia se hace fetiche dentro de los Museos que cristalizan los hechos.
Lo primero que le sucede al público es ser recibido por una multitud de espectros perdidos en el tiempo que tienen sus ropas ajadas y ensangrentadas. Son como cuerpos derrotados, cubiertos con la bandera nacional que van susurrando frases por momentos ininteligibles en un espacio sombrío.
Es el Museo de la masacre de Ezeiza. En él están los objetos encontrados, olvidados o perdidos por los protagonistas del enfrentamiento entre la izquierda peronista y la derecha peronista (representada por la burocracia sindical de la CGT), el 20 de junio del 1973 con la llegada de Perón al país, tras casi 18 años de exilio. Es un museo viviente de entes que narran su historia. Una cámara de fotos, llaves, una cadenita, un documento de identidad, un megáfono, pero éstos no solo hablan, sino también observan, interpelan, persuaden, incomodan estableciendo una relación intimista con el espectador.
Es así que esta especie de instalación performática rompe la concepción clásica de un espectador pasivo que se sienta a ver una obra. El visitante recorre a pie el espacio mientras se va encontrando con esas substancias parlantes que se niegan a quedar expuestas sobre mobiliario estanco y nos invitan a elaborar el ejercicio de hacer memoria.
Esta propuesta con más de 30 actores en escena explora mediante una delicada y a su vez tenebrosa poética, una jornada histórica de violencia, traición y muerte. Una aceitada maquinaria colectiva que se gestó en el estudio de Pompeyo Audivert en el 2008 con un grupo de estudiantes avanzados.
Es interesante destacar que cada actor escribió su propio texto que recita a partir de un método de construcción que Pompeyo Audivert practica desde hace años: “el automático”, el mismo mecanismo de asociación utilizado por los surrealistas. De esta forma puede observarse una gran maquinaria colectiva cargada de imágenes, poesía y muerte.
Hay mucha polémica sobre la museificación de los sucesos históricos y de los sitios de memoria como la ESMA (ex Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio) donde se encuentra el C.C.H.Conti. Muchas denuncias fueron hechas sobre el intento de banalizar estos lugares y dejar petrificado un relato unidireccional ajustado al discurso oficial. El eje conceptual de la obra, como varias de las arengas de los actores, sientan posición al respecto. Se plantea como un error nefasto la fetichización de las pruebas materiales que nos dejan los acontecimientos de la historia. Los personajes reparten mensajes clandestinos porque según vociferan este museo es un intento del enemigo de desvirtuar su lucha.
En Museo Ezeiza hay un cruce simbólico entre la tragedia griega y un trágico hecho en Argentina, donde evocan un Perón paternalista que se enceguece provocando un embate entre sus hijos que desemboca en una masacre. Luego el avión se va, Perón se va como cuando Edipo se arranca los ojos y parte a Tebas para terminar con las desgracias de su pueblo. Luego se produce un silencio.
La obra terminó su ciclo luego de 6 años pero queda en la memoria de quienes hayamos podido presenciarla y seguirá ampliándose en su multiplicidad de sentidos a medida que sigamos reflexionando a través de ella.
¿Y si un día los objetos de los museos se levantaran y nos hablaran? ¿Se transformaría la historia?
Instalación teatral al aire libre. Se suspende por lluvia.
Museo Ezeiza. 20 de junio de 1973.
Explanada Sala PayS, Parque de la Memoria.
Avenida Costanera Norte, Rafael Obligado 6745, CABA.
Entrada gratuita.