Este martes se disputó un “partido de leyendas” del club Blaugrana ante el Merengue en Tel Aviv, en momentos de ataques y provocaciones del Estado de Israel contra el pueblo palestino.
La Izquierda Diario @izquierdadiario
Miércoles 21 de julio de 2021 17:32
Antiguas estrellas de Real Madrid y Barcelona se enfrentaron este martes en Tel Aviv.
Nada mejor que el fútbol, nada mejor que un amistoso entre viejas estrellas de dos de los equipos más importantes del mundo como el Real Madrid y el Barcelona para dar un mensaje al mundo de alegría y normalidad. El partido que este martes 20 disputaron cracks de otros tiempos como Ronaldinho, Saviola, Figo, Deco, Rivaldo o Roberto Carlos, tuvo un objetivo indirecto muy claro: lavarle la cara con fútbol al Estado de Israel, que apenas en estos días estuvo en el tapete por expulsar con represión a población árabe de la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén Este para permitir el ingreso de colonos judíos (una medida que resulta una provocación para palestinos y musulmanes) y por su papel todavía poco aclarado sobre el desarrollo de un software de espionaje a periodistas y activistas por parte de la empresa israelí Pegasus.
Mayo 2021: Israel asesina a 67 niños Palestinos en Gaza.
Julio 2021: Real Madrid y Barcelona juegan en Tel Aviv lavandole la cara al sionismo. ¡Complicidad! pic.twitter.com/pJVHHoUGzx
— Palestina Hoy 🇵🇸 (@HoyPalestina) July 20, 2021
Pero además de estos hechos más recientes, Israel este año volvió a ocupar las portadas de los medios de todo el mundo por sus ataques a Palestina, con misiles de alta potencia e incursiones militares de las que es víctima la población civil, especialmente niños y niñas.
La fiesta del fútbol grande como un Real Madrid-Barcelona en Tel Aviv funciona (o intenta hacerlo) para disimular con goles y colores el curso cada vez más agresivo y militarista que está tomando Israel. En un partido que finalizó 3 a 2 a favor del equipo madrileño (con goles de Munitis, Alfonso y De la Red, mientras que Ronaldinho y Mateu descontaron para los culés), ninguna de las figuras alzó la voz para dar cuenta de esta situación o alertar sobre los padecimientos de Palestina y la población árabe dentro del Estado de Israel. Lamentablemente se prestaron a lo que podemos denominar un “fútbol-washing” ante la mirada de 29 mil personas que asistieron al estadio Bloomfield de Tel Aviv como si nada pasara.