Conversamos con quienes fueron compañeras de trabajo y amigas de Margarita Ancacoy, trabajadora del aseo de la Universidad de Chile que fue asesinada la madrugada del 18 de junio del año 2018, en el trayecto a su lugar de trabajo. A casi 4 años de su muerte denuncian que nada ha cambiado, es decir, la casa de estudios aún no garantiza condiciones mínimas -como un transporte adecuado- para que las trabajadoras no expongan su vida de camino a la Universidad.
Lunes 9 de mayo de 2022
En un pasacalles organizado por estudiantes del Campus Beauchef, perteneciente a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile el viernes recién pasado, funcionarias/os se movilizaron para exigir condiciones dignas de trabajo, además de denunciar la irresponsabilidad política que ha tenido la Escuela de Ingeniería en el proceso, a raíz del sobreseimiento del sumario interno que dio como fallo que “no se logró acreditar ni constatar ningún tipo de responsabilidad funcionaria” el día 16 de marzo, a casi cuatro años de la muerte de Margarita Ancacoy.
En esta actividad que duró aproximadamente una hora, se levantaron las voces al inicio de la jornada en el edificio antiguo del campus, ubicado en Beauchef 850, el cual tuvo un breve encuentro con el decano, el Profesor Francisco Martinez, quien quiso dar a conocer hechos relevantes sobre el caso de Margarita, los cuales iban en línea a un comunicado entregado a la comunidad estudiantil por la mañana donde informaba que la universidad no tenía responsabilidades en el caso de Margarita, puesto que el horario de trabajo que ella tenía había sido conversado con la casa de estudios para poder ir a ver a su hijo a las 13:00 hrs- lo que fue puesto en cuestionamiento, por usar una necesidad de la funcionaria como argumento a favor de la Escuela sin mencionar que Margarita había pedido un cambio de turno al haber sufrido un asalto anteriormente- y que si bien no le habían entregado un transporte para llegar al edificio, defendió las “mejoras laborales” que se dieron luego de su muerte, como un transporte desde el metro al campus para las/os trabajadores- lo que implícitamente confirmaba las precarias condiciones laborales que existían hacia las/os trabajadores- y posteriormente un nuevo plan de transporte desde sus hogares hasta la facultad durante la pandemia.
Disconformes con estas declaraciones por parte del decano, las que no estaban en concordancia con los relatos de las/os funcionarias/os- puesto que ellas/os denunciaban que actualmente la universidad no les facilita un tranpsorte en las mañanas hacia el campus- además de no cumplir con todas las condiciones mínimas de trabajo, las/os estudiantes continuaron la movilización en el Edificio República, perteneciente al Departamento de Ingeniería Industrial a menos de una cuadra de donde ocurrió el asesinato, en un acto de conmemoración a Margarita y de denuncia por parte de las trabajadoras que día a día compartían con la funcionaria. “Tuvo que costar la vida de Margarita para que este tipo de situaciones se vean y quizás hayan cambios (...) aquí hay un problema de raíz que se mantiene, porque se pueden cambiar las jefaturas, pero acá todo va a seguir igual mientras no se haga un cambio real, como dijo la periodista de CIPER seguimos siendo las trabajadoras invisibles”, fue uno de los comentarios que marcó la actividad.
“Necesitamos que se haga un cambio general y para todos los trabajadores, porque puede que mañana nosotras no estemos acá, pero para las personas que vienen, queremos que se encuentren en un ambiente laboral en que puedan desempeñarse tranquilos, sin amenazas, sin presiones. Sabemos que sin esta movilización, no podríamos lograr nada”, planteaban las trabajadoras, quienes manifestaron además el dolor de revivir la pérdida de su compañera y amiga.
Terminada la protesta se levantó una improvisada reunión entre las/os presentes en la que se encontraba solo una académica de la facultad, además del Director del Departamento de Ingeniería Industrial; oportunidad que permitió que se conversaran las demandas de las/os funcionarias/os en un desgarrador círculo de testimonios sobre el día que fue asesinada Margarita, quedando claro que en la lucha por justicia ante este hecho -que ha significado un trauma psicológico y un agotamiento emocional constante para sus compañeras- es imprescindible que la Universidad de Chile se haga responsable, converse con ellas directamente, y garantice condiciones de trabajo dignas, para que nadie más se vea expuesta/o a dejar la vida en el trabajo.
Seguido de este encuentro, un grupo de estudiantes solicitamos una entrevista a las funcionarias que la conocían, para poder sacar a luz su perspectiva.
¿Cómo ha sido el proceso de todos estos años, especialmente hoy al saber que la U. de Chile da por cerrado el caso de Margarita, sin establecer ninguna responsabilidad?
”Nosotras sentimos pena, son muchos sentimientos encontrados, pues si bien ellos no asesinaron a Margarita, si tienen responsabilidad. Todos se lavan las manos y hacen como si aquí no hubiera pasado nada. Yo llevo más de 7 años trabajando y he visto cómo se han impulsado varios sumarios por malas prácticas laborales, que han quedado en nada”.
”Esto fue un asesinato en que la Universidad tiene mucha responsabilidad y hasta el día de hoy no se ha hecho nada, todo esto es muy injusto”.
”Yo encuentro que es una burla, un abuso de poder tanto hacia la familia de Margarita, como hacia nosotras, encuentro que se rieron en la cara de todos/as nosotros/as”.
¿Las condiciones de trabajo siguen igual?
”Sigue todo igual, reitero que si no se arranca el problema de raíz esto va a seguir así, tienen que salir las personas que si bien no son jefaturas, tienen poder y con ello además nos amenazan ante cualquier solicitud de mejoras”.
Una de las trabajadoras nos cuenta sobre el hostigamiento que recibió por parte de la persona que ejercía jefatura directa el día que murió Margarita “me amenazó, preguntándome si es que acaso había ido a la ASOFING (Asociación de Funcionarios/as de Ingeniería), ya que de ser así debía atenerme a la consecuencias”, ante ello la funcionaria quedó impactada y no lo quiso contar porque aún estaba reciente la muerte de Margarita.
¿Ustedes forman parte de alguna organización de funcionarios/as?
”Hace poco nos sumamos a la ASOFING, pero nos dimos cuenta que no tienen mucho peso, porque después de saber la respuesta de la Universidad ante el caso de Margarita, confiamos en que con ellos se podría lograr algo, pero no fue así”.
Respondiendo a la pregunta sobre si esta falta de representatividad se debía al actuar de ASOFING en el caso de Margarita o si desde siempre se habían sentido poco representadas, otra de sus compañeras nos comenta que ”hemos ido a la ASOFING a pedir apoyo porque creemos que ellos tienen la facultad de defendernos a nosotras como trabajadoras, pero no se ha sacado nada. Nos prometen constantemente su apoyo, pero no ha pasado nada realmente”.
La muerte de Margarita reveló las condiciones de trabajo al interior de la U. de Chile ¿Qué es lo que hoy urge mejorar en ese sentido?
”Un medio de transporte por lo menos para la mañana, este sector es peligroso a todas horas, pero especialmente en las mañanas, nosotras hemos visto hasta portonazos cuando hemos estado barriendo aquí en la calle, de hecho el otro día hubo un portonazo aquí mismo en la esquina (...) pero pareciera que para la universidad esto fuera mucho gasto, ahora si nos ponemos a pensar es como sacarle un pelo a un gato”, decían las funcionarias.
”Ahora nosotras entramos a las 7 AM, pero en los hechos igualmente debemos llegar antes de esa hora, porque tenemos que tener todo listo para que tanto oficinas, como baños, salas y pasillos estén aseados antes del inicio de las actividades”.
En otras facultades de la U. de Chile se vienen movilizando en unidad trabajadores y estudiantes contra la precarización ¿Qué piensan ustedes de esto?
”Me parece sumamente importante, así nos unimos todos para salir adelante, no vamos por partes, porque a nosotras no sólo nos interesa nuestro bienestar, sino que el de todos”, responden de forma unánime las funcionarias.
”Yo creo que en toda lucha la unión hace la fuerza, para dar una lucha lejos lo más importante es unirse (…) da lo mismo si somos estudiantes o trabajadores, aquí todos somos importantes, por ejemplo, en el tema de salud mental, es un aspecto que nos afecta a todos”.
¿Qué pasó con su trabajo el día en que murió Margarita?
”Nos exigieron seguir trabajando. Así fue, si no fuera por la acción del centro de estudiantes de acá no hubiéramos podido tener al menos ese día sin trabajar”, lo mismo ocurrió el día del juicio, donde una funcionaria nos explicaba que afortunadamente no le pusieron impedimentos porque entraba en un horario posterior al juicio, y a quien testificó le dieron permiso para ir al tribunal, pero a las otras trabajadoras que estaban en ese horario les dijeron que tenían que trabajar igual, para después ir al juicio.
Una de las trabajadoras agregó que los demás días que no tenía que realizar labores en el campus no le permitían el ingreso dado que se manifestaba con un cartel de Margarita afuera del recinto donde contó en una ocasión con el apoyo del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, quienes posteriormente pusieron un lienzo que decía “florecerás por siempre Margarita Ancacoy”
¿Es cierto lo que afirman las autoridades de la Universidad, en referencia a que ellos mantienen contacto permanente con la familia de Margarita?
”La familia no tenía idea que el sumario se había cerrado, fui yo quien les informó, porque siento un compromiso con ellos, porque nosotras hemos estado en todas por lo de Margarita, pues ella no sólo era nuestra compañera de trabajo, sino que también nuestra amiga, con quien compartíamos día a día”.
En la conversación también se negó la supuesta ayuda que dio la universidad en la representación del caso de Margarita. ”Otra cosa, es que el decano se había comprometido a dar un abogado para el juicio contra quienes asesinaron a Margarita, pero eso tampoco nunca pasó”.
Entonces no es raro que el decano Francisco Martinez mienta, ya que hoy mientras fue el pasacampus en FCFM, afirmó que ya se habían garantizado las condiciones para que algo así no volviera a suceder.
”Lo único que sí se cumplió fue la beca que la Universidad comprometió para el hijo de Margarita, pero creemos que fue porque nosotras presionamos en todos lados para que así fuera”.
”Yo me he comunicado con mucha gente, para que esto sea visible, para que se cumpla la promesa de beca al hijo de Margarita, ya que a su mamá le costó la vida”.
A modo de cierre...
A modo de cierre quienes realizamos esta entrevista, somos estudiantes de diferentes facultades de la Universidad de Chile, y queremos señalar que decidimos no indicar los nombres de las trabajadoras que nos entregaron su testimonio, pues bien sabemos que las represalias por parte de las autoridades de la Universidad de Chile son una realidad. Lo anterior, se facilita debido a que las/os trabajadoras/es -a pesar de llevar años al interior de la casa de estudios- permanecen bajo la modalidad “a contrata”, es decir,están contratadas por la U. de Chile a plazo fijo y año a año se evalúa su continuidad. En consecuencia, es urgente que dentro de nuestras demandas se incorpore la exigencia de paso a planta, para brindar estabilidad laboral a quienes hoy no tienen voz, por temor a perder sus trabajos.
A partir de esta entrevista, también pudimos dar cuenta de la necesidad de exigir que la U. de Chile otorgue una reparación a quienes sufrieron – y sufren- el trauma de haber perdido a una compañera de trabajo, y haber tenido que continuar ese día las labores exigidas por la Escuela, por lo que es imperioso que la casa de estudios se haga responsable y garantice una atención psicológica especializada en trauma a cada una de las/os trabajadoras/es por el tiempo que lo necesiten. Agregándole a ello un transporte digno desde sus hogares hasta la universidad, para evitar que este tipo de situaciones vuelvan a ocurrir.
Finalmente, ante la realidad reflejada en este reportaje, hacemos un llamado a organizarnos como estudiantes en unidad con todos y todas las trabajadoras de la educación, para terminar con el trabajo precario y que la crisis del negocio de la educación no sea pagada por estudiantes ni funcionarios/as. Es hora de unificar nuestras movilizaciones, a través de asambleas de base, en que todos y todas puedan expresar sus realidades, lo cual no pasará mientras los y las funcionarias sigan a contrata y, a su vez, la burocracia sindical, siga manteniéndoles al margen de la discusión política.