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Entrevista. Napalpí: "Estas matanzas se realizaron arteramente para favorecer intereses económicos"

Conversamos con Lecko Zamora, escritor, músico, periodista, artesano y referente del pueblo Wichí, activista de los derechos de los pueblos originarios y en defensa del ambiente, sobre el histórico juicio sobre la Masacre de Napalpí, y la situación de los pueblos indígenas en la actualidad.

Sábado 4 de junio de 2022 11:17

Como venimos reflejando en La Izquierda Diario, acaba de concluir el histórico “Juicio por la verdad” por la Masacre de Napalpí, ocurrida en 1924, en el entonces Territorio Nacional del Chaco.

Lecko es parte de quienes mantienen viva la memoria de sus antepasados y considera de vital importancia a la historia oral, motivo por el que fue parte de quienes realizaron charlas, talleres y eventos para visibilizar este hecho ocultado e invisibilizado, que fueron clave para que se haga el juicio.

“Estos testimonios son las voces verdaderas y sentidas, mueven y atraviesan porque no fueron sacados de libros ni están para la foto y por su currículum, fueron legados a través de la oralidad y genética o sea espiritualmente sintieron esos dolores, miedos y coraje”, nos dice.

"Es lo que soy", se presenta Lecko Zamora, del Pueblo Wichi. Luchador ferviente por los derechos de su pueblo y de todos los pueblos originarios del continente. Sus oficios son varios y en todos presenta la impronta de su lucha y la lucha de generaciones pasadas que resistieron el genocidio colonial y las generaciones de hoy que resisten el genocidio de los Estados capitalistas nacionales.

“Me considero un ciudadano del mundo, no milito en ningún partido político y, más allá de que pertenezco a una cultura indígena de la cual me siento orgulloso”, nos dice.

En esta entrevista nos permitió entablar un diálogo a partir del Juicio por la Verdad de "La masacre de Napalpí", que entregamos aquí.

La Izquierda Diario (LID) - ¿Qué significa para vos, y para tu pueblo, la masacre de Napalpí?

Para mí significan la historia de 500 años de opresión, 300 años de colonización europea, continuados en 200 años de opresión, desde la creación del Estado argentino. Puntualmente veo una gran injusticia que los salvajes bárbaros que se apropiaron de nuestras tierras sean tan criminales y se crean dueños de la verdad y vida de los miembros de culturas diferentes, y ellos mismos que se autodefinen como civilizados, con leyes y religión con principios muy humanos y espirituales, sean tan hipócritas y no la practiquen.

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Para mi pueblo significa tristeza, dolor e injusticia, porque nosotros también hemos sufrido las traicioneras masacres y genocidio de parte de los españoles y del Ejército argentino.

También significa que Argentina y los ciudadanos están madurando en varios sentidos y están reconociendo el hecho que los actos de terrorismo perpetrados contra los Pueblos indígenas son crímenes de lesa humanidad y por eso no prescriben. En el juicio eso fue comprobado y fue parte del veredicto. Debe comenzar el reconocimiento de que Argentina es una nación pluricultural y plurilingüe que debe respetar los derechos indígenas, comprometidos al ratificar convenios y acuerdos internacionales emanados de las Naciones Unidas y otras entidades internacionales como la OEA, etc.

Tal vez este juicio sea el comienzo de lo que llaman “reparación histórica”, ojalá que en el futuro haya más protagonismo de hermanos y hermanas indígenas en estos ‘juicios’, aunque sea simbólico como lo dicen los que auspician y abren este juicio, que interpreto como una condena moral, simbólica o figurativa, pero nosotros sabemos desde siempre que los soldados y sacerdotes obedecían un plan sistemático de exterminio de los Pueblos indígenas. Es interesante pensar en esto, porque dicen que todos somos Estado, quiere decir que la culpa también es nuestra como ciudadanos y si el Estado es culpable, quiere decir que los políticos, gobernantes son los más culpables porque fueron ellos los que planificaron por intereses propios y mezquinos. Los que planificaron tienen nombres y apellidos, y son los nombres que están en las calles, avenidas, escuelas, localidades, universidades, clubes deportivos y sociales, algunos hasta estatuas les hicieron y les rinden rituales cada tiempo, también les dieron el título de héroes y los premiaron eligiéndolos como presidentes o gobernadores. El juicio debió contemplar, por lo menos, el retiro de los homenajes a los genocidas: nombres de calles, instituciones, etc...; en un país con respeto no debe ofrendar a quienes exhibían los cuerpos destrozados de sus crímenes para infundir terror

LID - ¿Cómo empezaste a involucrarte y qué te motiva a participar?

Mi participación siempre fue acompañar, al principio junto al historiador qom Juan Chico y otros hermanos y hermanas, visibilizando a través de charlas y otras actividades en diferentes lugares, escuelas, colegios, universidad, comunidades, ciudades y en lugares públicos.

Juan Chico estuvo avocado y logró la solidaridad de académicos y juristas a realizar varios eventos anualmente sobre el genocidio para crear conciencia con el propósito de que se haga justicia y no quede impune y oculto.

A mí me motiva aportar un grano de arena en construcción de una sociedad justa, democrática y una convivencia intercultural alejado de prejuicios, sobre todo de los prejuicios e ignorancia sobre nuestras culturas y de la verdadera historia de nuestra nación, producto de las falsas acusaciones escritas sobre nosotros al dibujarnos como “salvajes” enemigos de la civilización, progreso y desarrollo. Nuestros antepasados solo respondieron al salvajismo, cruel maltrato, invasión, esclavización e invasión y robo de nuestros territorios y recursos que se encuentran en ellas, nuestros abuelos solo se defendían en inferioridad de condiciones en número y sobre todo en armas. No fue una batalla, fue atropello y saqueo.

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Me motiva a participar porque es injusto, esas matanzas se realizaron arteramente para favorecer a intereses económicos y se recurrió a las mentiras y abuso de superioridad numérica y de armas.

Creo que es necesario que el pueblo argentino sepa, reconozca y comprenda que mientras el racismo y los prejuicios hacia los pueblos indígenas perduren en los hechos y los discursos, la conciencia social continuará deteriorada. Si el resultado del juicio es justo, servirá para combatir este ’sentido común’ enfermizo (o malsano), debemos unificarnos espiritualmente y socialmente, para consolidar los fundamentos para la construcción de una cultura nacional respetuosa de las diversidades culturales preexistentes y no continuar con el mito de que todos son hijos de barcos, europeos nacidos en América o las barbaridades que se dijeron de los gauchos, afroargentinos e indígenas, Sarmiento y otros de la generación de 80 dijeron y escribieron barbaridades y disparates sobre nosotros. `

LID - ¿Cuál es la situación actual de las comunidades originarias?

Las situaciones de las comunidades de los Pueblos indígenas es de muchas injusticias de todo tipo, de hambre, pobreza, racismo, falta de educación para la formación de profesionales, la quita de tierras continúa, se desmonta bestialmente, sin respetar sus derechos, falta de consulta en la toma de decisiones en los asuntos que involucra a los indígenas, no tienen participación en los gobiernos aunque en su municipio sean mayoría. La democracia necesita que las formas de decisión de los pueblos indígenas sean reconocidas e incorporadas sus demandas.

Las comunidades indígenas están en una situación de emergencia y necesidades. Las enfermedades de fácil control están minando la salud de los miembros de la comunidad en especial en la niñez, no se les entrega los títulos posesorios de la devolución de sus tierras. Necesitan una atención especial inmediata en todos los asuntos que tenga que ver con la vida, salud, educación, trabajo, alimentos, viviendas, etc.

El Estado nos culpabiliza por nuestras necesidades. No se les permite organizarse autónomamente, auspiciando la invasión de ONG de toda índole, no se incorpora a miembros de los Pueblos indígenas en las diferentes instituciones del Estado, responsables de la atención a la ciudadanía, solo dan lugar a “expertos en indiología” para seguir con el (mal)trato, seguir con el mito de minoridad u orates, como salvajes necesitados de civilización y evangelización y nombrar a ñoquis neófitos de nuestras culturas como intermediarios.

La situación es de colonias como en la época colonial del imperio español en la cual nuestros antepasados ofrendaron sus vidas e hijos en aras de la independencia de nuestro país, desgraciadamente fue aprovechada para la libertad de los empresarios para negociar con nuestras tierras y sus productos adueñándose hasta de nuestras vidas como las de los afroargentinos que valientemente lucharon en muchas batallas.

Hoy aún carecemos de autonomía de diversos asuntos y no estoy diciendo independencia, autonomía para tomar las riendas de nuestros destinos, y es lógico que reclamemos esto porque en los doscientos años que el Estado a través de sus funcionarios nos gobiernan y dirigen nuestros destinos, solo nos deparó muertes, enfermedades, hambre, despojo, pobreza, inseguridad, persecución, invisibilización, ignorancia y pérdidas de valores culturales.

LID - Vos, como artista, ¿Cómo ves que se expresa la opresión a los pueblos originarios en la cultura?

La opresión en la cultura entre otras cosas se expresa en la imposición de valores, costumbres, colonización, trato de subestimación y perversidad (loco, niños, no tienen cultura, vagos, etc.). La imposición de una religión (secta), una lengua foránea, destrucción de hábitat, destrucción de los sistemas de salud, educación, filosofía, alimentación, territorios, formas de ver al mundo que en el correr del tiempo se volvieron más sofisticadas, y culpando a nosotros los indígenas de ser responsables de las difíciles y miserables situaciones en que nos arrinconaron y “vivimos”, imponiendo un gobierno y sistema político foráneo e injusto, después de asesinar a miles injustamente, para apoderarse ilegítimamente de nuestros territorios.

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La imposición perdura hasta estos días y se expresa también en que los no indígenas siguen interfiriendo entre nosotros los indígenas y el Estado u otras entidades cuando se trata de solucionar un conflicto o reclamo por injusticias que cometen con nosotros o reclamamos autonomía.

Y eso fue habitual en el trato del Estado con los indígenas. Los estados nacientes incorporaron en sus constituciones métodos de sometimiento pacificarnos, educarnos, evangelizarnos, ’civilizarnos’ a la fuerza y sin tomar en cuenta nuestras especificidades culturales y saberes.

Nos dan “reconocimiento” solo como Pueblo preexistente y no como presente o existente, condición igual de niño o loco, “darnos” tierras y no devolvernos nuestras propias tierras, entregar nuestros destinos a indigenistas, misiones de sectas protestantes y católicas, estancieros latifundistas, esclavizadores y explotadores, militares, ingenios azucareros británicos e híbridos empresarios, ministerios de justicia como si fuéramos delincuentes ladrones como ellos, o nos tutela el ministerio de Desarrollo Social como eternos damnificados, financian a ONGs para que intermedien y se apropie del 70% de los fondos destinados a “proyectos” que escribieron a nombre nuestro sin comunicar ni consultarnos.

Ni siquiera aquí en el Chaco conseguimos que cumplan sus palabras y acuerdos, hemos apoyado en la creación del Instituto de Cultura provincial, se logró que contemplen la presencia de un indígena como vocal, elegido por los que mantienen y fomenta la cultura de nuestros pueblos indígenas, y la creación de una dirección indígena donde se gestarían y planificarían las actividades para el rescate, fomento y valoración de los valores culturales milenarias y contemporáneas que hay en las comunidades. Desgraciadamente fue politizada y manipulada con la consecuencia de que hoy los que planifican y realizan las actividades culturales indígenas son las y los no indígenas.

Tal vez cuando los y las compatriotas piensen que son hijos de esta Tierra y no de barcos, pueden llegar a comprender y respetar las culturas primeras de esta Tierra Nuestras y que una cultura nacional recién se está gestando y en la medida que nos respetamos y nos escuchemos vamos a ir construyendo una forma de mirar el mundo y de cómo convivir en la interculturalidad con la plena seguridad de que la Unidad en Diversidad es posible.

La masacre de Napalpí, como en lo sucedido en la Patagonia rebelde, tiene un alto contenido de ataque contra la clase trabajadora, al que también hace referencia Juan Chico, ¿cuál es tu lectura desde esta mirada, cargada de episodios en argentina en particular, pero también en el continente?

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Lo que nos dice Patagonia Rebelde de Bayer es la continuación lo que dijo Borrero en Patagonia Trágica, es la continuación de un plan orquestado por los mitómanos de la “raza superior” hijos bastardos de la cultura europea, que sentían vergüenza por su “acultura”. Alberti entre otros decían que eran europeos nacidos en América, Sarmiento de sus fauces emitió palabras nauseabundas y macabras de que la sangre de los gauchos e indios solo servían para abonar la tierra, y dijo otras barbaridades.

Los invasores y foráneos no solo trajeron conceptos “religiosos” también en sus fardos trajeron filosofías e ideologías tan extraños como ellos mismos, la sembraron y crecieron para aumentar las salvajes guerras fratricidas, entre ellos involucrando a las culturas diferentes, pero sin tomar en cuenta los valores en este campo de las culturas indígenas que en algunos lugares crearon grandes civilizaciones, con males inherente al humano, pero con una forma adecuada para este suelo, mundo y cultura. Así con nuestras concepciones hemos vivido, existido y convivido por miles de años entre incursiones, intercambios y encuentros con las culturas vecinas, a veces buena otras no tan buenas, reconozco que las clases existieron en casi todas las culturas de una u otra forma, y se recrudecían o eran sometedoras sobre todo en los Pueblos de mayor avance material, tal vez sea porque el hombre se aleja de la espiritualidad y se vuelve más materialista o egoísta y su mente se fija en obtener poder y riqueza La clase obrera y burguesa o patronato, no debiera existir, porque todos deberíamos ser socios en la producción e industrialización de lo que beneficie a la sociedad, debe haber una justa distribución tanto del Estado como de las empresas, mayor participación en los beneficios y ganancias netas y rechazar y no permitir el darwinismo salvaje, como un acto de humanidad y justicia.

LID - En estos días organizaciones originarias luchan por el relevamiento territorial y el reconocimiento a la propiedad colectiva, ¿cómo ves esta lucha frente al avance extractivista, la cada vez mayor concentración de la tierra en pooles de siembras y de explotación inmobiliaria, etc?

El terrorismo de estado hacia los pueblos indígenas continúa. El año pasado se venció el periodo de la ley 26.160 que evita el desalojo de las comunidades indígenas de sus territorios ancestrales. Junto a hermanos y hermanas de diferentes pueblos indígenas que sobrevivimos en las diversas provincias nos hemos autoconvocado al frente del Congreso nacional para exigir la prórroga de dicha ley. Durante casi dos meses estuvimos precariamente bajo lonas soportando lluvias, sol, hambre, cansancio, gripe, enfermos, sin agua ni baño, gracias a la solidaridad de individuos y organizaciones sociales pudimos resistir y estar. La Cámara de Senadores aprobó la prórroga, pero la cámara de diputados ni se dignó a tratar la ley, hubo un decreto presidencial con presupuesto, pero eso no nos asegura, tampoco dice cómo se llevará a cabo el relevamiento territorial. Las dudas que teníamos algunos, se evidenciaron: en estos casi 5 meses que pasaron, no sabemos nada de la ejecución de ese decreto. De esta manera, seguimos bajo la tormenta de amenazas de ser desalojados y ser perseguidos, porque nuestros territorios milenarios son botines codiciados por las empresas foráneas que el Estado entrega para explotar los pocos recursos naturales y minerales que se encuentran allí, gracias a nuestras presencias y defensas en resistir para que no nos exterminen, hacemos y defendemos a nuestra Patria.

En estos días la diputada nacional del partido Libertad Avanza, Victoria Villaruel presentó un proyecto para derogar la ley 26160, que fue elaborado con sus pares partidistas, del pro y del mismísimo Javier Milei que representan a Neuquén, Tucumán, Salta, CABA, Buenos Aires, con fundamentos falsos y terroristas al señalar a indígenas habitantes milenarios de estos suelos como usurpadores. Esa mentalidad de colonialistas que heredaron de sus abuelos les hace insensibles y creerse dueños absolutos de las tierras que las ven como un objeto de venta y comercio, para nosotros esta tierra no es nuestra, ni siquiera de nuestros antepasados, creemos y estamos seguros de que estas tierras pertenecen a nuestras futuras generaciones.

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Sabemos y escuchamos lo que nos enseñaron nuestros abuelos que todo no nos pertenece y debemos aprender a convivir y respetar, utilizar los recursos de forma sagrada para nuestras necesidades sin despreciar y abusar, creo que el desarrollo, progreso se puede dar, si se trabaja a través de la ciencia y tecnología con el propósito de beneficiar a la sociedad y no por intereses comerciales y egoístas.

Soy Wichi y por mis venas corren y se unen los genes afro, europeos, indígenas y cuantas otras más se revelan cuando miro para mis adentros y eso no me hace superior ni inferior, me considero un ciudadano del mundo.