Un estudio arrojó cifras sobre la caída del consumo, tendencia que se sintió en las vísperas de las fiestas. La mesa navideña y el arbolito, más flacos que nunca. Espíritu navideño ajustado.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Sábado 24 de diciembre de 2016
Probablemente más de un lector habrá percibido que esta Navidad no llega antecedida por la euforia que normalmente caracteriza a la época, cada año. El famoso “espíritu navideño” no se hizo sentir con fuerza y esto tiene mucho que ver con las características del año que transcurrió.
¿Luces navideñas por doquier? ¿Adornos para el arbolito? ¿Regalos en abundancia? ¿Comida para agarrase atracones? Nada de esto será la media en los festejos de las familias obreras y de los sectores populares.
El espíritu navideño suele imponerse en los anuncios televisivos, en la folletería de los supermercados. Las semanas que anteceden los festejos de fin de año son invadidas por publicidad asociada a la Navidad y todo el mundo se prepara para el gasto que implica la fecha.
“Este año no se vio una campaña tan agresiva de Navidad, como que ya se sabía que era pólvora gastada en chimango. No se vio el clima navideño que suelen gestar las compañías para que la gente consuma porque ya se sabía que no iba a consumir por más que le digan lo que le digan”. La frase corresponde al conductor de C5N Guillermo Favale. Su observación puede ser fácilmente compartida.
Favale conversaba con la especialista en consumo del Grupo CCR, Patricia Sosa. Recientemente trascendió el estudio Pulso Social Diciembre 2016 elaborado por la consultora a principios de diciembre, que arrojó datos concretos sobre la caída del consumo: 7 de cada 10 argentinos compra menos regalos esta Navidad.
Ni cantidad ni calidad
Según Sosa un 22 % de los encuestados a nivel general declara que el año pasado compró regalos, pero que este año no los puede comprar. A nivel intermedio el porcentaje de los que no van a poder comprar regalos en 2016 se acrecienta a más de un tercio. Alrededor de un 10% o 15 % no compró obsequios el año pasado y este año tienen menos posibilidades aún para hacerlo. Aproximadamente un 33 % del total general dice que va a comprar menos de igual calidad o que va a comprar menos cantidad y de menor calidad.
El 10 de diciembre la agencia Télam difundió un dato estimado por la Asociación Argentina de Empresas de Juguetes y Afines (Aadeja). Los jugueteros esperaban para Navidad un ticket promedio menor al del Día del Niño y preveían que los regalos más comprados costarían entre $200 y $ 250.
Macri llegó al Gobierno con el slogan “Cambiemos”: los hábitos producto del ajuste, es una de las cosas que logró cambiar. Una tendencia que crece es que en vez de comprar varios regalos pequeños, los consumidores se ponen de acuerdo para hacer uno solo grande, teniendo en cuenta las necesidades de la persona a la que va dirigido.
Pero la caída en la venta de regalos que marcó la consultora y que preveían los jugueteros, no es el único dato. 8 de cada 10 encuestados en estas fiestas afirma que dividirá los gastos, “a pesar de que cada uno siempre colabora con algo pero esta vez se van a poner a hacer los números con los tickets en la mesa para hacer las cosas más equitativas” comentó Sosa. La mesa navideña también se verá flaca, para no desentonar con el pie del arbolito.
Recalculando
“Nosotros estamos corriendo ahora un estudio a pie de góndola para ver cómo es el comportamiento frente a los productos de Navidad, budines, pan dulce, confituras”, comentó la especialista. “Los primeros resultados están diciendo que primero el consumidor frente a la góndola, sea de navidad o cualquier góndola, la mira exhaustivamente, descree por ahí de la oferta y hace la cuenta. Cada vez más consumidores con el celular usándolo de calculadora, miran otra marca que no está de oferta y se fijan en el precio por kilo, cambian de marca muy habitualmente”, concluyó.
La directora de CCR consideró que el consumo masivo en general, no revertirá en diciembre la tendencia del año de conjunto, en el que experimentó una fuerte retracción. En este aspecto la situación no puede ser modificada sensiblemente por el pago de los aguinaldos ni con los bonos de fin de año. Según declaraciones de la experta a los medios en los últimos días, el dinero percibido en aguinaldos y bonos será destinado a pagar deudas o realizar algún gasto que no se pudo afrontar durante el año.
Probablemente, como bien señalaron los dirigentes de los movimientos sociales que se plegaron a la tregua con el Gobierno, las sumas otorgadas a los sectores populares con la declaración de la Emergencia Social, alcance apenas para un pollo y una sidra.
Como se ve, la "revolución de la alegría" que prometía Macri no hizo más que limitar las posibilidades de las familias obreras y populares de vivenciar plenamente los pocos momentos de alegría generalizada del año. Así como las fiestas, otro momento que año será diferente para millones serán las vacaciones. Según Sosa, muchos encuestados ya dijeron que no podrán irse a ningún lado a vacacionar.
La posibilidad de regalarles cosas a los hijos, de compartir una buena cena y brindar con amplia sonrisa, parece ser lujo que se reservaron Macri, sus funcionarios y amigos garantes de la tregua, como la cúpula de la CGT.