En su campaña de contratación de 2017 la empresa obtuvo beneficios record y amplió su plantilla en España en casi 2000 empleados a los que mantiene en absoluta precariedad.
Sábado 23 de diciembre de 2017
Estas Navidades, los trabajadores de Amazon batirán nuevos records. El pasado Black Friday 2017 Amazon.es ya lo había hecho, registrando más de 1,4 millones de pedidos, según afirma la compañía, siendo el día de más ventas de la historia de la empresa. Una media de 16 pedidos por segundo, frente a los 10 del año pasado.
En términos generales, la situación del sector de la logística es de una expansión constante. En 2016 contaba con más de 800.000 trabajadores y su peso económico llegaba al 5% del PIB. En este mismo año, el 55% de los ingresos de la logística procedían del comercio online cuando en 2012 no llegaban al 20%.
Los cimientos del Imperio: Explotación laboral 2.0
Los ritmos de trabajo son infernales, según afirman los trabajadores de la empresa: “Es brutal. Nos ha vuelto locos a todos”, reconoce Luis Mercado, secretario general del sector de carreteras de Comisiones Obreras en Madrid.
Según datos de los sindicatos, la temporalidad llega hasta el 65% de la plantilla. Hoy en día, llegan a 2.000 el total de trabajadores de la planta de San Fernando: 1.200 fijos y 800 temporales (un 40%). Las ETT alimentan sin cesar el horno de la precariedad de Amazon.
Amazon recurre a su propio convenio para que no se les aplique el colectivo, actualmente está renegociándose y los sindicatos reclaman reducciones en la temporalidad, además de que Amazon deje de contratar plantilla a través de las ETT. Estas demandas chocan frontalmente con la empresa que hace contratos de hasta 4 días en los que someten a los trabajadores a la incertidumbre más absoluta, y a un aumento del stress en el trabajo.
Tal y como afirman dos trabajadores de Amazon al Confidencial: “Renuevas el domingo y se te acaba el jueves”, comenta Daniel. “¿Qué sacan ellos formándote si luego no te van a renovar? Llevamos dos meses en los que a más de uno lo han echado. Y piensas: después voy yo. No estás tranquilo. Lo suyo sería que alguien nos explicara los picos de trabajo y por lo menos nos renovaran tres o seis meses, porque trabajo hay. Las ETT no paran de contratar”.
La empresa ha diseñado nuevas herramientas para reforzar el miedo y la disgregación entre su plantilla. En sus plantas se han establecido diferentes uniformes para fijos y temporales.
La precariedad laboral es el cimiento de las políticas expansivas de Amazon a nivel mundial, como atestiguan las denuncias de los trabajadores en Alemania, Polonia, Italia o EEUU que han protagonizado huelgas en los últimos años. El modus operandi actual es similar al de empresas como Glovoo o Deliveroo: la supuesta flexibilidad.
Amazon Flex es la nueva medida de la empresa para imponer sus condiciones, recurriendo a los “falsos autónomos”. Según Amazon lo que le ofrece al trabajador es lo siguiente: “elige tus propias condiciones de trabajo, tus horarios, tu salario y tus días libres”. La realidad es que la empresa consigue carta blanca para incumplir leyes laborales, convenios y evita la organización de los trabajadores mediante la atomización extrema de la plantilla. Amazon plantea que los trabajadores son "colaboradores" comerciales, con lo que no son considerados plantilla. Un buffet libre para que la empresa imponga condiciones laborales infrahumanas.
La alianza de la precariedad: los socios comerciales de Amazon
En cinco años y medio Amazon ha ido sosteniendo su crecimiento en una tupida red de acuerdos comerciales con otras empresas del sector de la paquetería famosas por la precariedad de sus plantillas.
Seur gestiona el 15% de su volumen total de envíos exclusivamente para productos de Amazon. Los trabajadores de esta empresa se han movilizado prácticamente desde sus comienzos con las huelgas de los años 90 y 2000, concentraciones, denuncias contra la precariedad y la inseguridad en el trabajo como en el caso de las movilizaciones de los trabajadores en 2005 que obligaron a la empresa a dejar de transportar mercancías peligrosas que ponían en riesgo la salud de los trabajadores.
Correos firmó un acuerdo con Amazon para distribuir hasta un máximo de 150.000 paquetes diarios, cifra que iría en aumento. Este aumento de la carga de trabajo en Correos no va unido a un aumento proporcional de la contratación para hacerle frente lo cual va unido a la creación de peores jornadas como el turno de 1 a 5 de la mañana dando lugar tanto a la saturación del servicio como a la peor calidad del mismo y de las condiciones de sus trabajadores. Amazon quiere beneficiarse de la infraestructura de Correos, mayor que la de cualquier otra empresa de mensajería, además de los empeoramientos de convenios, incluso con contratos de un día, que se producen en esta empresa pública desde que PSOE y PP comenzaron con sus políticas de gestión público-privada, despiece y precarización del sector público.
Al igual que Amazon recurre a nuevas tácticas y alianzas empresariales para imponer a sus trabajadores condiciones cada vez más infrahumanas, las huelgas y luchas contra sus abusos deben coordinarse a nivel nacional e internacional como ya hicieron los trabajadores de Amazon Alemania y Polonia en 2015.
El pasado 24 de noviembre, trabajadores de los seis centros de distribución de Amazon en Alemania y del centro de Piacenza, en el norte de Italia, salieron a la huelga en demanda de mejoras salariales. Y lo hicieron en pleno "Black Friday", un día de superventas en Estados Unidos y varios países de Europa. Un buen comienzo para una larga lucha contra el capitalismo 2.0.
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