Los últimos conteos lo ubican sobre el 50%, por encima de ARENA y el gobernante FMLN.
Lunes 4 de febrero de 2019 01:47
Nayib Bukele, por el partido GANA (Gran Alianza Nacional), se impuso por amplia ventaja a sus competidores y al momento de escribir esta nota la principal duda es si logrará imponerse por más del 50% de los votos, o si será necesaria una segunda ronda contra Carlos Calleja, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
Después de 30 años de bipartidismo y como se pronosticaba, las elecciones en El Salvador no le han dado la ventaja ni a ARENA, el partido histórico de la burguesía salvadoreña que obtuvo un 33%, ni al gobernante FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), la ex guerrilla integrada al régimen político, el principal derrotado de la jornada, que apenas se acerca al 15%.
Bukele, ex militante del FMLN, se caracterizó por el distanciamiento frente a los tres últimos ex presidentes de El Salvador, los cuales han estado directamente acusados de corrupción: Francisco Flores (1999-2004) y Antonio Saca (2004-2009) de ARENA, y Mauricio Funes (2009-2014) del FMLN. El primero falleció, el segundo está en la cárcel y el último está exiliado en Nicaragua. Esta táctica le dio finalmente resultados a Bukele y arrastró al FMLN al tercer lugar, después de 10 años de gobierno.
La victoria de Bukele y la derrota del FMLN
Bukele fue miembro del FMLN hasta Octubre del 2017, cuando fue expulsado por haber agredido verbalmente a una militante del mismo FMLN, a quien le lanzó una manzana en medio de una discusión. Ante esto, Bukele terminó en la fórmula presidencial de GANA, partido de extrema derecha, con vínculos militares y sobre el cual también pesan acusaciones de corrupción. Desde ese momento se convirtió en un crítico agudo del presidente Salvador Sánchez Cerén, ex comandante del FMLN.
Esta crítica parece haber capitalizado el rechazo masivo al actual gobierno, que tiene los porcentajes de aprobación más bajo desde el final de la guerra civil. La situación económica del pueblo salvadoreño es acuciante, lo cual empuja a la migración y se suma a los altos índices de violencia existentes. La responsabilidad del actual gobierno, que integrado al régimen político actuó como administrador de los intereses capitalistas, está en la base del rechazo popular al FMLN y el crecimiento electoral de Bukele.
Pero sin duda alguna también la política internacional ha generado una ruptura con el FMLN. La posición de Cerén, aliado de Maduro y Ortega, en medio de la debacle general de los gobiernos postneoliberales, le pasó factura al FMLN.
Bukele, es un duro crítico de Maduro, así como de la corrupción generalizada del estado salvadoreño. En ese sentido, ha jugado la carta de “outsider” en la política salvadoreña, a pesar de provenir del FMLN. Pero sus posiciones políticas lo ubican dentro de la variopinta derecha en ascenso en América Latina y su alineamiento con la ofensiva golpista de Estados Unidos en Venezuela, como se ve en su reconocimiento al ilegítimo gobierno de Guaidó.
El ascenso de GANA en El Salvador se inscribe en las tendencias continentales y se vincula a la incapacidad del FMLN de resolver los grandes problemas de los trabajadores y el pueblo.
Un alto grado de abstencionismo y la Asamblea Nacional
El Tribunal Supremo de Elecciones salvadoreño ha establecido que la abstención de esta elección fue más alta que la del 2014, en la que ya el 48% de los electores no acudieron a las urnas, lo cual de una u otra manera debilita la victoria de Bukele.
En caso de que se consolide la victoria de Bukele y sea innecesaria la segunda ronda electoral, el nuevo Ejecutivo enfrentará también el problema de contar con una Asamblea Nacional en manos de la oposición, lo que la obligará a pactar con ésta.