¿Cómo fue la asamblea informativa a la que convocó la Asamblea de Coordinación de la CNTE en la Sección 10, luego de las elecciones para renovar el Comité Ejecutivo Seccional? ¿Qué tipo de sindicalismo necesitamos?
Arturo Méndez Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase
Miércoles 12 de julio de 2023

Luego de obtener 5,515 votos en las elecciones del 14 de junio, la planilla Roja impulsada por la ’Asamblea de Coordinación’ de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) logró ingresar –por “representación proporcional”- con seis carteras al Comité Ejecutivo de la Sección 10 del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación), que en un proceso amañado y fraudulento quedó dominado por la planilla Blanca proveniente del charrismo.
Previo a las elecciones, las y los docentes de la agrupación Nuestra Clase, en unidad con maestras y maestros independientes de distintos niveles y sectores educativos, llamamos a votar críticamente por la planilla Roja, tanto en nuestras escuelas como en otras mediante brigadeos, a través de La Izquierda Diario y en redes sociales. Como forma de expresar la necesidad de la unidad de todo el magisterio democrático frente al charrismo sindical, pero sin dejar por ello de plantear nuestra postura crítica sobre la política que ha tenido la CNTE frente al gobierno actual.
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En este marco, la Asamblea de Coordinación de la Sección 10 de la CNTE convocó para el 8 de julio a una Asamblea Informativa, para dar a conocer, entre otras cosas, su plataforma de lucha y plan de trabajo, así como para presentar a los comisionados de la planilla Roja.
Ante dicha convocatoria, en un pronunciamiento firmado por Nuestra Clase + Independientes, planteamos que:
“A más de tres semanas de las elecciones, necesitamos una asamblea verdaderamente democrática, para discutir desde las bases cómo continuar la lucha por la democratización del SNTE y por las demandas del magisterio, luego de haber conquistado seis carteras, producto de que más de 5 mil docentes votamos por sacar a los charros; un espacio amplio, abierto a las maestras, maestros y agrupaciones democráticas que queremos organizarnos de manera unitaria, poniendo al servicio de ello las posiciones sindicales conquistadas.”
Ahí mismo, decíamos que asistiríamos a la asamblea del 8 de julio para proponer que tuviera ese carácter, es decir, que no fuera sólo informativa, sino deliberativa.
El miércoles previo a la asamblea (5 de julio), la Sección 9 Democrática había convocado a un mitin en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, para exigir la reposición de las elecciones en la Sección 9 del SNTE, luego del charrazo del 14 de junio, impuesto a partir de que no permitieron el registro electoral de la planilla Roja Democrática 9 de la CNTE. A ese mitin asistieron compañeras y compañeros de Nuestra Clase y repartieron el pronunciamiento arriba citado.
Una asamblea protocolaria
A pesar de que fuimos parte del impulso de la planilla Roja, apenas llegando a la asamblea del sábado pasado, en la mesa de registro, de manera burocrática se nos quiso impedir el paso. El argumento era que “queríamos imponer” que la asamblea no fuera informativa, como “decíamos” en el pronunciamiento que repartimos en el mitin de la Novena el 5 de julio.
Explicamos que nosotros no queríamos imponer nada, sino proponer que fuera una asamblea abierta a la discusión, y que la propia asamblea decidiera si estaba o no de acuerdo, es decir, de manera democrática. Pero la negativa a dejarnos pasar seguía firme.
A nuestro llamado, uno de los comisionados que iba pasando empezó a mediar, posteriormente salió la comisión organizadora y finalmente nos plantearon que podíamos ingresar, pero aceptando los términos en que estaba planteada la convocatoria: una asamblea informativa en la que no habría espacio para el diálogo entre los asistentes ni podríamos hablar .
Decidimos aceptar los términos y quedarnos, por supuesto críticamente, pues consideramos que para enfrentar al charrismo sindical y los ataques a la educación pública, es fundamental la unidad de las filas magisteriales; pero también que la integración de la CNTE con seis carteras al Comité Ejecutivo Seccional es una conquista de los más de cinco mil maestros y maestras que votamos por la Roja, y que eso se tiene que poner al servicio de la organización democrática desde las bases, por lo que quedamos a la espera –e insistimos en la necesidad- de una próxima convocatoria a una asamblea, ahora sí deliberativa, para empezar a discutir y definir colectivamente nuestros objetivos y los siguientes pasos en la lucha.
Por lo pronto, la asamblea informativa del 8 de julio fue protocolaria: bienvenida, encuadre, análisis de resultados de la votación, presentación de comisionados, lectura de manifiesto, presentación de la plataforma de lucha y plan de trabajo, exposición de cómo se organiza la Asamblea de Coordinación.
A la asamblea asistimos 133 maestras y maestros, pero lo únicos que pudieron hablar fueron los de la mesa, además de los representantes de la CNTE de distintas secciones (7, 9, 11, 14, 18, 22, 36 y 60) y uno de los comisionados.
En el programa estaba previsto un espacio para preguntas y respuestas pero, con el argumento del tiempo, desafortunadamente ya no se abrió la ronda. Únicamente se pasaron papelitos para que, quien quisiera, anotara opiniones, comentarios y peticiones a los organizadores.
Es importante no ’naturalizar’ que solo nos informen. Para que las posiciones sindicales conquistadas no se reduzcan a un sindicalismo de gestión*, consideramos indispensable avanzar en una “práctica sindical democrática”, a la que alude el manifiesto del 23 de junio de la Asamblea de Coordinación de la Sección 10 de la CNTE-CDMX, lo que para nosotros pasa por construir espacios democráticos, con libertad de opiniones y abierta a todas las agrupaciones y colectivos que se oponen al charrismo sindical y son parte del movimiento magisterial, mediante la convocatoria y el impulso regular de asambleas seccionales que permitan el diálogo, la discusión y la toma de acuerdos, es decir, que sean deliberativas y resolutivas.
Asambleas que busquen ser cada vez más amplias y representativas a través de la participación abierta de las maestras y maestros de base, así como de la relación con las escuelas, a través de representantes que expresen los acuerdos tomados en las asambleas de sus escuelas, que también hay que impulsar. De esta manera podemos organizar y potenciar la fuerza de los miles de maestros que mostraron su repudio al charrismo sindical y aspiran a que su sindicato realmente sirva para tener mejores derechos laborales y defender la educación pública.
* Nota: Es decir, una lógica política que ha prevalecido desde hace décadas en el ámbito sindical, donde la estrategia se ha centrado en "administrar" licencias o derechos conquistados, dejando de lado o poniendo en segundo término la necesidad de ganar terreno en los derechos laborales y sociales, así como de defender lo conquistado.