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Red Internacional
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CÓRDOBA: 8º MARCHA DE LA GORRA. Ni la lluvia los paró

Más de 10 mil marcharon el 20 de noviembre en Córdoba capital en la octava Marcha de La Gorra, movilización que tiene por causa la pelea por la derogación del Código de Faltas. Este código vulnera derechos fundamentales de la población, generando una mayor estigmatización de sectores marginales, eso sin mencionar el poder que le otorga a la institución policial amparando, de esta forma, casos de abuso de la autoridad y gatillo fácil.

Sábado 22 de noviembre de 2014

  • Enfoque Rojo
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Alrededor de 15 mil personas marcharon hacia Plaza San Martín desde la “clásica” esquina de Colón y Cañada, repudiando las injusticias en que incurre el gobierno delasotista en materia de Seguridad. En contra de la violencia, las injusticias y la corrupción que caracterizan la institución comandada por el comisario Suárez, se blandieron banderas, se cantó, se bailó, se pintó y se dejó escuchar el grito de demanda que suena hace más de ocho años por los barrios de la capital cordobesa.

Un “embrollo” inevitable

“Pasados por agua”, los ciudadanos acudieron a la marcha. Las murgas se sintieron por las calles de la ciudad, golpeando los parches de sus tambores, bombos y redoblantes, mientras los carteles coloreaban el cielo nublado entre la gente. Gorras pequeñas, medianas y grandes; facsímiles de móviles policiales en miniatura y representaciones teatrales colmaron el espacio urbano. También diversas organizaciones (tanto políticas como institucionales y civiles) se hicieron presentes en la cita, que ya se hizo inevitable e ineludible en la ciudad de Córdoba.

El espectáculo programado se postergó por el clima, pero el ambiente estaba lleno de satisfacción. No por la derogación del Código, porque eso todavía no se logró, sino porque por esta ocasión particular, la ciudad no fue territorio exclusivo de la Policía. Al menos durante lo que duró la tarde y un buen pedazo de la noche, las calles volvieron a ser de los “pibes”, los detenidos injustamente, los jóvenes y los marginados. Así, los que normalmente son demorados mediante un procedimiento policial “legal” por el solo hecho de desplazarse por el espacio público, esta vez lo pudieron hacer libremente.

El jueves las personas marcharon sin miedo, aún bajo la helada llovizna, felices de apropiarse de un espacio que siempre les perteneció.