Después de 5 meses de haberse conocido el fatídico caso de la niña Esther, recién el día de ayer en la ciudad de El Alto se realizó la reconstrucción de la escena del crimen. En estos 5 meses las instituciones dejaron sola a la madre de Esther, Yola, quien necesita de manera urgente un espacio para guardar sus pertenencias mientras encuentra trabajo y un lugar donde vivir de forma permanente. Redoblemos la solidaridad con Yola.
Jueves 3 de diciembre de 2020
Foto: martes 01 de diciembre, imagen difundida en Facebook por feministas y activistas independientes y del colectivo de feministas pluridiversas, en la que era la vivienda de Esther durante la reconstrucción de los hechos.
El caso de la “niña Esther” una menor de 9 años que fue violada y asesinada por Zenon M.J., en la ciudad de El Alto se dio a conocer el día 5 de julio de este año, en el marco de la cuarentena por el COVID-19, Zenon vivía en la misma casa que la familia de la niña Esther, pues ambos alquilaban cuartos en dicha vivienda. El día de los hechos Yola, que es la madre de Esther, y de otros dos menores, salió a vender frutas para sustentar a su familia.
El proceso se llevó a cabo con sorpresiva rapidez, esto debido a la presión social que exigía justicia, y puesto que el mismo autor confesó su crimen ateniéndose al proceso abreviado. Es así que Zenon M.J. fue condenado a 30 años de prisión sin derecho a indulto, sin embargo, el día de ayer después de 5 meses desde la denuncia recién se realizó la reconstrucción de los hechos. En esta ocasión Zenon M.J. junto al presunto cómplice Alfredo C., acompañados por sus asesores legales, ante los medios de comunicación se declararon “inocentes”. Zenon argumentó que se declaró culpable en ese momento por presión y por miedo a la familia, mientras que Alfredo C,. dijo que “no conocía la casa de la menor”.
Vale la pena señalar que Zenon fue reconocido por una menor y su madre, vecinas también de la zona, quienes lo vieron sacar en contra de su voluntad a la niña Esther de la casa en la que habitaban. Así también de las pericias realizadas por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) confirmaron la existencia de abuso sexual en el cuerpo de la menor y también se encontraron cabellos en el cuarto del infanticida, que coinciden con los cabellos de Esther. Es decir, existen pruebas ineludibles que lo responsabilizan por el aberrante asesinato de la niña Esther.
La Justicia no se acaba solo con la sentencia
Si bien, como dijimos antes, existe ya una sentencia condenatoria para el autor principal, sin embargo, cabe la pena denunciar que las entonces autoridades del Gobierno golpista que embanderaron dicha resolución como “prueba de la lucha contra el infanticidio” después de dictada la sentencia volvieron a dejar completamente sola a Yola.
Yola debido a que precintaron su vivienda se vio imposibilitada de ingresar a la misma y durante todo este tiempo se alojó en un cuarto que le prestaron personas que se solidarizaron con ella. Al haber demorado 5 meses en realizar la reconstrucción de los hechos, Yola no tuvo acceso a sus muebles ni a sus documentos personales ni a nada.
Además, Yola necesita urgente un lugar donde pueda guardar sus pertenencias mientras encuentra trabajo y un lugar donde vivir de forma permanente. Hasta el momento han sido compañeras feministas independientes y de la articulación de mujeres feministas plurisiversas quienes han acompañado a Yola a atravesar este difícil momento.
Desde La Izquierda Diario y la Organización de Mujeres Pan y Rosas denunciamos que a la fecha se registraron más de 40 infanticidios, que si bien existen responsables individuales, la violencia hacia las mujeres y niñas es sistémica y estructural pues parte de la violencia ejercida por el Estado burgués en complicidad con el patriarcado, quienes al no reconocer los labores del hogar como trabajo, invisibilizan las múltiples jornadas laborales que cumplen millones de mujeres que no se pueden dar el lujo de dejar a sus hijxs en centros privados, mientras salen a trabajar para conseguir el sustento para su familia.
Denunciamos la falta de políticas integrales para la atención a los familiares víctimas de feminicidio e infanticidio, el Estado debe hacerse responsable por brindarles apoyo de todo tipo a los familiares y a las víctimas de feminicidio e infanticidio que denuncian, no solo para que consigan justicia con una sentencia, sino también para que puedan continuar su vida con la mayor paz posible. Sin sentirse estigmatizadas por un sistema que decide no resolver las causas estructurales del problema pero que juzga a las víctimas desde la comodidad de sus puestos privilegiados.
Nos solidarizamos con Yola y mediante este medio hacemos conocer que necesita de forma urgente un lugar donde pueda depositar sus pertenencias y también hacemos expansiva la petición de ella para conseguir trabajo y un lugar estable donde poder vivir junto a sus hijos. Para tal efecto pueden dejarnos un comentario o un mensaje para que podamos gestionar la ayuda.
¡EXIGIMOS JUSTICIA PARA TODAS LAS MUERTAS POR FEMINICIDIO E INFANTICIDIO!