Entrevistamos a Nicolás Otero, artista y docente de la zona oeste, sobre la interacción de la docencia y el arte.
Viernes 17 de marzo de 2017
El músico de Apolo rock, y Trashumar, nos cuenta sobre su nuevo proyecto, radio babel y también cómo siente su rol docente.
¿Cómo resumirías la salida del último disco de Apolo y su gira presentación?
El último disco de apolo es el símbolo de un proceso muy lindo y de mucho crecimiento, a diferencia del primer disco, hubo mucha conciencia en su creación en todos los detalles, desde la búsqueda musical, el mensaje que quisimos expresar en cada una de las canciones, la continuidad conceptual y el arte visual que acompañó y complementó a las canciones para generar un todo.
Preparamos la presentación pensando también en el lugar en donde se haría, la escenografía, los invitados y la tranquilidad para poder compartir con la gente, que ese día iba a ser parte protagonista del momento. Por otro lado, no hubo tiempo para girar con el disco, ya que poco tiempo después de la presentación, uno de los integrantes decidió separarse del grupo y estuvimos varios meses sin tocar, hasta el día de hoy, en que nos encontramos preparando las canciones con un nuevo baterista y a punto de volver al ruedo.
¿Qué sacas de la experiencia de la gira latinoamericana Trashumar?
Trashumar es un proyecto muy lindo, que se propone un intercambio genuino con lxs otrxs, trashumar es ir tras nuevos humus, que nutran lo que somos y que nos transformen, es aprender todo el tiempo de la historicidad propia y de las historias de quienes comparten pequeños momentos,en cada lugar donde decidimos estar.
El nombre surgió casi como un homenaje a la universidad trashumante, de la cual tomamos el concepto de trashumancia.
En este contexto nos juntamos en formato trío y tomamos canciones de diferentes artistas latinoamericanos, generando nuevas versiones adaptadas al formato y transformándolas constantemente, a medida que intercambiamos experiencias con otrxs artistas y sensaciones diversas en cada presentación.
En este contexto decidimos viajar para poder darle vida a todas estos deseos y así fue, viajamos por toda la costa uruguaya tocando en diferentes lugares, hostel, campings, bares, plazas y en la calle, compartimos experiencias con otros artistas, con compañerxs uruguayxs y con viajeros de diferentes partes de Latinoamérica, vivimos lindas experiencias como pasadas de decenas de tambores por las calles y la energía increíble que se genera en lxs vecinxs. Luego cruzamos a Brasil en donde vivimos otras experiencias más ligadas a los vínculos entre nosotrxs mismxs, y por último, volvimos por el noreste argentino, donde pudimos compartir música con un artista jujeño en misiones y una plaza con un espectáculo circense en corrientes, incluso tuvimos la oportunidad de colaborar con la causa de una niña que como muchas no tienen la oportunidad de poder tener acceso a la salud para operarse de una enfermedad grave.
Cada una de esas experiencias nos hizo crecer y darle forma a este proyecto que aún está naciendo.
¿De qué manera surgió “antena babel”? ¿Cual seria el objetivo?
Antena babel surge en una de las tantas charlas con mi amigo Marcos Rodriguez, cantante de “El Sonidero y fanfarria insurgente”. Entre tema y tema, generalmente vinculados a la música y la política, nos cuestionamos el porqué de generar una estructura cerrada en la música, en donde una fecha es de rock y otra es de reggae, etc. Creemos que nos unen muchos puntos más allá del género que tienen que ver con el mensaje, con los deseos de hacer música y de compartir el arte de una forma más libre. Es así, como nos propusimos llevar adelante una fecha compartida en todo sentido, desde la organización, el nombre del festival, y cada detalle que intente romper con la lógica dominante en la que estamos insertos, las condiciones impuestas para tocar y la sensación de competencia entre bandas que nos llevan a lugares contradictorios con nuestras propias ideas. Lo compartimos con lxs compañerxs, quienes no solo estuvieron de acuerdo si no que se sumaron aportando lindas ideas y a los compas de “mambo negro” que enseguida se coparon con el proyecto. Sería muy lindo poder generar una continuidad, más allá de nuestras bandas y poder compartir con diferentes géneros. Al fin y al cabo existe más gente abierta a diferentes estilos que la gente que se encierra en uno solo. Creer que puede dividirse al público tan tajantemente es menospreciar su capacidad de apertura y apreciación artística.
Teniendo en cuenta que ejerces la docencia, què comparaciones podrías tomar, en los derechos que se les niegan a los docentes y a los artistas.
Creo que son cuestiones muy diferentes, pero que si tienen puntos de encuentro, y que estos se dan en los límites que el sistema nos impone para poder generar experiencias transformadoras, en cada caso desde la particularidad de las actividades que realizamos y las condiciones de trabajo. Creo que ambos son potenciales referentes que a través de la educación y/o la música, tienen una gran oportunidad de generar ideas, estimular la creatividad, proponer disparadores para el análisis crítico de la realidad. Sin embargo, tanto en un ámbito como en el otro encontramos personas dispuestas a trabajar en ello y otras que tienen otros objetivos, y sobre todo encontramos los límites del sistema.En la docencia las condiciones lamentables de trabajo, desde la estructura edilicia hasta las estructuras pedagógicas opresoras que lejos de incentivar la creatividad de lxs estudiantes, las limitan. Ni hablar de los sueldos de pobreza y precarización que vienen arrastrándose desde hace tanto tiempo.
En la música, las condiciones en que un músico puede dedicarse plenamente al arte son muy difíciles bajo la estructura capitalista en la que vivimos. Es soltarse a la incertidumbre y romper con los mandatos sociales impuestos desde las instituciones en las que nos formamos como la familia, la escuela y la sociedad misma. Es ser creativo no sólo para producir arte, si no para generar actividades que permitan parar la olla y pagar el alquiler, muchas veces dando clases en escuelas (solo para quienes tienen formación académica), talleres particulares o intentando tocar en lugares alternativos en donde no termines perdiendo más dinero del que generas. La organización y la lucha docente ha conseguido cierta seguridad laboral a lo largo de la historia, y mucho más queda por conseguir, pero en el mundo de la música recién está naciendo una incipiente organización que lucha por los derechos de los músicos. En un país con gobiernos que nos quieren chatos, la educación y el arte son enemigos.Creo que por ahí está la causa común más grande que une a lxs docentes y a lxs artistas. En poder buscar formas de desafiar los límites y romper las estructuras y en proponer una toma de conciencia que nos permita caminar hacia nuevos rumbos.
¿Cómo te planteas este año docente?
Es un año muy difícil por el contexto político y económico en el que nos encontramos, si bien la educación viene en decadencia desde hace mucho tiempo, es un año en el que debemos organizarnos como trabajadorxs y educadorxs para poder resistir ante los ajustes y la degradación de la educación pública. Me planteo un año de mucho compromiso con esa causa, desde el aula, desde la movilización y la organización y también desde la música, pudiendo tocar estos temas a través de los mensajes que transmitimos en cada presentación, tanto en las letras de las canciones como desde espacios reflexivos y dándole voz a quienes llevan adelante la lucha docente.