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Red Internacional
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Declaración. No al “acuerdo nacional” con el gobierno que nos lleva a la catástrofe ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!

En un momento donde Piñera queda al descubierto como quien jugó con la vida y la salud de millones, quieren salvarlo por segunda vez en una nueva cocina. Para enfrentar a este gobierno y dar una respuesta de fondo al hambre y la desocupación, a impulsar la alianza entre trabajadores, pobladores y desocupados. Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. ¡Salud, pan y trabajo! ¡Fuera Piñera! Que la crisis la paguen los capitalistas.

Martes 2 de junio de 2020

La crisis sanitaria está entrando en sus peores momentos con colapso de los hospitales y centros de salud, y con la elevación de muertes. Esto es responsabilidad de Piñera y Mañalich. Jugaron con nuestras vidas exponiéndonos al virus deliberadamente, todo porque su estrategia fue hacer los mayores esfuerzos posibles para mantener la economía andando. Para ellos, las ganancias de las empresas son más importantes que nuestra salud y nuestras vidas.

Esta política fracasó completamente y ahora la pandemia se combate en la oscuridad total. Como indican los expertos, la catástrofe sanitaria está a la vuelta de la esquina si no se cambia el rumbo. Este gobierno es responsable y ahora es probable que veamos miles de muertos y aumento de contagios que sufrirá el pueblo trabajador. No podemos permitir que un gobierno que asesinó a decenas de compañeras y compañeros en la rebelión, y que ahora juega con la vida y salud de millones, quede en la impunidad.

La catástrofe no es sólo sanitaria sino social. Al día de hoy van 600 mil suspendidos por las empresas, y ya hay más de 1 millón de desocupados. Otros cientos de miles sufren con rebajas de salarios y caída de ingresos. Millones que se ganan el día con el comercio informal no pueden trabajar. Hambre, desocupación y precarización es la crisis que los capitalistas están descargando sobre las y los trabajadores, con la ayuda del gobierno y los partidos del régimen que sancionaron la “ley de protección” contra los trabajadores, que fue aprobada con complicidad del PC y un sector del FA.

Frente a esta catástrofe Piñera ofrece un nuevo acuerdo nacional, una “segunda cocina” a los partidos del régimen, para que un nuevo pacto contra el pueblo sea definido entre cuatro paredes. Este plan significará millones para empresas y migajas para el pueblo, buscando someter al país a los dictados del capital financiero y golpear duramente las condiciones de vida de la clase trabajadora y el pueblo para que los capitalistas puedan recomponer sus ganancias.

Este acuerdo definirá un aumento considerable del endeudamiento público y gran parte de esa plata se destinará a las empresas. A su vez, significará definir un marco de gasto fiscal, en donde todos prevén futuros ajustes fiscales para “moderar las expectativas”. Están hipotecando el futuro de una generación sin siquiera consultarle al pueblo. Están amarrando cualquier discusión constitucional a un marco fiscal acordado entre cuatro paredes. Es como si hipotecaran la casa, pero nos dejaran a lo más decorarla un poco por dentro.

Frente a la crisis que se está abriendo, la vieja Concertación y sectores del Frente Amplio van a salvar a Piñera por segunda vez. Esto sólo puede generar mayores posibilidades para un ataque sobre las condiciones de vida de las grandes mayorías, y blindarse frente a procesos de lucha de clases más agudos. Para eso tienen a sus fuerzas militares junto a la policía en las calles, con toque de queda y reprimiendo a quienes protestan.

La situación de agravamiento de las condiciones de vida y trabajo producirá resistencias y protestas, como inicialmente empezamos a ver en nuestro país, y como ya lo estamos viendo en otros países del mundo como las protestas en Estados Unidos frente a un nuevo crimen racial a manos de la policía y del cual el estado imperialista es responsable.

Quienes han dicho que se oponen a este acuerdo como el PC, sin embargo dieron sus votos junto a la UDI al proyecto de empleo de Piñera, y desde la CUT se sientan a la mesa con los grandes empresarios y el gobierno, manteniendo la complicidad con los brutales ataques. La burocracia de la CUT dirigida por el PC en alianza con la Concertación, ha mantenido una vergonzosa tregua con Piñera que solo beneficia al gobierno y los empresarios. Ni siquiera han solidarizado y apoyado a las y los trabajadores de Latam despedidos, ni qué decir a los cientos de miles de cesantes y pobladores que hoy sufren hambre. Hay que ser claros: ellos son uno de los sostenes de este orden que condena a millones a la impotencia, la cesantía y el hambre.

El PC, aunque plantee medidas de emergencia puntuales que podemos compartir como el impuesto extraordinario a las grandes fortunas, busca realizarlas en alianza con la vieja Concertación, los mismos que le dan el piso a Piñera para sus ataques, sembrando la ilusión de que el gobierno (que es el único que puede presentar reformas tributarias) va a escuchar sin ninguna medida ni plan de lucha desde la CUT o los sindicatos, y sin un programa y una salida de fondo para que la crisis la paguen los capitalistas y no la clase trabajadora. Además, abandonaron cualquier pelea por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana y para que se vaya Piñera.

Frente a este escenario:

1. Rechazamos la nueva cocina que intenta desarrollar Piñera que significará nuevos ataques sobre las mayorías trabajadoras, así como los acuerdos con la Concertación y el “progresismo” que siempre terminan fortaleciendo a la derecha. En un momento en donde quieren salvar nuevamente a Piñera, porque saben que la catástrofe a la que nos llevan puede ser un boomerang contra todo el régimen, es más necesario que nunca luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. Llamamos a dar esta pelea en común para luchar por un polo de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas. ¡Salud, pan y trabajo! ¡Fuera Piñera!

2. Para enfrentar este “acuerdo nacional” y sus ataques, debemos oponerle la organización, unidad y lucha de trabajadores, pobladores, jóvenes y mujeres. Ya han comenzado a desarrollarse algunos ejemplos de huelga como la de la mina Guanaco, la lucha de los despedidos de LATAM y las importantes protestas por el hambre en diversas poblaciones del país. Esos ejemplos hay que articularlos y fortalecerlos Es hoy cuando hay que luchar, porque o sino los ataques serán cada vez mayores. La fuerza de la clase trabajadora junto a los sectores populares puede ser imparable si se pone en movimiento. No hay que olvidar que somos millones quienes venimos de protagonizar desde octubre enormes movilizaciones y protestas, en una rebelión que no ha sido derrotada, y sigue planteada la necesidad de que se vaya Piñera y de conquistar nuestras reivindicaciones.

3. La CUT y los grandes sindicatos como el Colegio de Profesores deben romper la vergonzosa tregua con el gobierno y convocar a un Paro Nacional y un plan de lucha, forjando la alianza con la población y la juventud. Hoy es más clave que nunca que la clase trabajadora y el pueblo, despliegue toda su iniciativa y organización, desde las medidas de solidaridad como ollas comunes hasta la coordinación común para las luchas. Avanzar en esa perspectiva podría ser una poderosa herramienta para esa unidad de los sindicatos, trabajadores, desocupados, pobladores y jóvenes.

4. Es momento de impulsar coordinadoras y organismos de lucha entre trabajadores, pobladores y estudiantes, como buscamos hacer desde el Comité de Emergencia y Resguardo (CER) de Antofagasta o el Comité de Salud y Seguridad del Hospital Barros Luco. Seríamos más fuertes uniendo a la clase trabajadora con el pueblo para desarrollar la unidad en las calles, denunciar al gobierno y exigirle a la CUT y sindicatos que llamen a pelear con un plan de lucha y paro nacional. Es el momento de coordinar sindicatos, asambleas territoriales con pobladores y desocupados.

5. Esto va unido a la lucha por un programa de emergencia que considere testeos masivos, la expropiación de viviendas ociosas y hoteles para el uso gratuito de albergues y residencias de calidad para el tratamiento del virus, exigencia de insumos, junto a la prohibición de despidos, cierre de empresas no esenciales y un ingreso de emergencia de 500.000 con impuesto extraordinario a las grandes fortunas mientras dure la crisis. Estas medidas de emergencia, para que realmente sean viables y efectivas, deben estar íntimamente ligadas a un programa que de una salida de fondo a la crisis, con medidas como el control de los precios y del abastecimiento por parte de las y los trabajadores y comités de usuarios y pobladores y otras que avancen a poner fin al saqueo con la nacionalización de los recursos naturales, bancos y empresas estratégicas del país, sin pago y bajo control de los trabajadores. Para conquistar Pan, Salud y Trabajo hay que tocar los intereses de los grandes monopolios transnacionales y nacionales.

¡Fuera Piñera y su gobierno! ¡Asamblea Constituyente Libre y Soberana! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!