2500 familias resisten en el barrio de Guernica con la esperanza de poder tener un pequeño terreno para vivir. Mientras tanto Kicillof, Berni, y “El Cuervo” Larroque preparan un desalojo violento. ¿Cómo podemos los estudiantes de derecho hacer la diferencia? ¿Cómo podría un Centro de estudiantes comprometido con los derechos humanos jugar un rol decisivo?
Miércoles 14 de octubre de 2020 03:10
Hace más de 2 meses, un grupo de 2500 familias se ubicaron en el predio abandonado en la zona de Guernica. Muchos se quedaron sin trabajo, otros ya llegan a pagar un alquiler, y otros vivían en condiciones inhumanas de hacinamiento en distintos barrios de emergencia. Su idea era construir viviendas como pudieran para poder darle un techo a sus hijos, y poder vivir dignamente.
Hoy el gobierno provincial de Axel Kicillof, a través de los ministros Larroque y Berni, insiste en desalojar el predio, que si bien no tiene dueño cierto, estaría en los planes del municipio para la entrega a un grupo inmobiliario para la construcción de un country, como viene ocurriendo en toda esa zona de la provincia. En otras tomas, la bonaerense ya desplegó una violencia brutal, con balas, gases, y fuego. Y por el otro flanco, el mediático, Larroque sacude la idea de que la toma es un plan de punteros y grupos violentos para hacer un negocio. Esta idea no resiste el menor análisis.
Para el gobierno provincial, garantizar el derecho humano a la vivienda no es una prioridad. En cambio, desalentar las tomas y garantizar los negocios inmobiliarios sí. Una política que es criminal en medio de la crisis social y habitacional que se vive. Como lo puso Myriam Bregman en una conferencia por Guernica, “Hay un salida para esto ¿y saben cuánto dura? 5 minutos. Se declara la utilidad pública de todas esas tierras (…) y se expropian las tierras, (…) porque no tienen propietarios legales. La intendenta de presidente perón (…) le prometió esa tierra a countries y barrios privados.”
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¿Cómo entra Derecho UBA en todo esto?
Los estudiantes de derecho, estamos llamados a no ser neutrales por varios motivos. Para empezar, no puede sernos indiferente la sistemática violación del derecho de acceso a la vivienda, que reconocen la Constitución y los tratados internacionales. Hay una crisis habitacional tremenda, e índices de indigencia y pobreza altísimos en el país. Y por otro lado, como jóvenes que tenemos la posibilidad de poder acceder a la universidad, también es importante que podamos poner nuestros conocimiento al servicio de los más relegados por este sistema: los trabajadores, la juventud, etc.
Hoy tenemos un Centro de Estudiantes que se dedica estrictamente a recomendaciones de materias, fotocopias, envío de fallos por mails, y todas otras cosas que ya están suplidas por un par de grupos de Facebook. Como parte de La Izquierda en Derecho y el Centro de Profesionales por los DDHH, planteamos que es importantísimo tener un Centro de Estudiantes que se involucre. Es decir, uno con verdadera perspectiva social, que sea un espacio de organización real de los estudiantes, para sus luchas y por la educación, pero también hacia las grandes luchas sociales. Le exigimos a la conducción que ponga sus esfuerzos para dar vuelta esta historia, y ayudar a conseguir una vivienda digna para miles y miles de familias que no duermen porque temen que los desalojen.
A su vez las agrupaciones que se referencian con el gobierno nacional mantienen un silencio que, desde su rol de agrupaciones que pelean por la representación estudiantil en apoyo al Frente de Todos, es cómplice de la represión. Quizás está de más aclarar que Axel Kicillof y Larroque son dirigentes de La Cámpora.
¿Qué se puede hacer?
Hoy mismo, la conducción podría presionar en el Consejo Directivo para que la facultad se pronuncie contra el desalojo. También, con los contactos y recursos que tiene el Centro, podría impulsar una convocatoria masiva a docentes y estudiantes, incluyendo a los principales juristas y catedráticos de los Derechos Humanos. La facultad alberga voces claves que se podría convencer de pronunciarse a favor y cambiar el panorama para los que planean el desalojo.
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Desde el PTS con compañeros docentes, estudiantes y trabajadores, impulsamos campañas de donaciones para ayudar a los vecinos de Guernica a resistir de la mejor forma posible. El Centro, con los ingresos de que dispone, y con la posibilidad de apelar directamente a más de 20 mil estudiantes, hoy podría impulsar una tremenda campaña por agua y alimentos y contra el desalojo. Les exigimos que en esta crisis tan profunda, salgan del encierro de las recomendaciones y las charlas de práctica profesional, llamen a dar una mano por Guernica, y se comprometan con la crisis social y por el respeto a los derechos humanos básicos.
Los estudiantes por nuestra cuenta también podemos hacer mucho. Mañana, Jueves 14, a las 18 horas, podemos participar del tuitazo con el hashtag #NoAlDesalojoEnGuernica, para poner en agenda la situación de las familias, ayudar a su visibilidad, y presionar contra los planes de desalojo. También podemos participar de las acciones que se llevan adelante en apoyo a Guernica, como la del jueves pasado que impulsó el Encuentro Memoria, Verdad, y Justicia.
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Desde el PTS, también impulsamos una posta sanitaria con estudiantes de medicina y profesionales de la salud; llevamos donaciones casi cotidianamente; y con compañeros docentes y otros participamos de llevar adelante una escuelita, para aminorar la carga en un momento tan difícil como este para las familias, y queremos invitar a los estudiantes a ser parte de este proceso.
No al desalojo. NI una menos sin vivienda. Tierra para vivir.