¿El mundo ha vivido equivocado? No es chiste: Larroque dice que hace falta “un gobierno peronista y kirchnerista”

En los tiempo que corren, en medio de la profunda crisis de las dos coaliciones gobernantes con pujas internas que amenazan con poco menos que una diáspora frentetodista y cambiemita, no faltan quienes terminan hablándose encima. Es el caso del ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires y espadachín de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque.

Este domingo, en diálogo con el periodista Raúl Kollman en la oficialista Radio 10, Larroque se despachó con definiciones que rozan el ridículo. Consultado por la interna del Frente de Todos, el ministro de Axel Kicillof dijo: “No podemos ir a esta contienda que se avecina solamente discutiendo en términos electorales. Creo que acá hay una discusión mucho más profunda. Se enfrenta a un sistema de poder que tiene que ver con factores de poder económico, del partido judicial, del poder mediático. Y eso que pudimos vencer en 2019 en términos electorales, quizás no supimos enfrentarlo con las medidas que había que tomar para poder generar una mayor correlación de fuerzas para que… bueno… en definitiva se pudiera ejecutar el programa que en su momento nos llevó al gobierno”.

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Las volteretas discursivas de Larroque tienen el mismo espíritu “autocrítico” del documento de la coalición oficialista difundido la madrugada del pasado viernes 17, luego de que todas las alas del Frente de Todos participaran de la llamada “Mesa política” en la sede nacional del Partido Justicialista.

Ampliando su exposición, Larroque dijo que se le estaría haciendo “el juego al enemigo” si las alas internas del FdT entran “en la discusión de si esto (la situación de CFK, NdR) es proscripción o no proscripción. En términos estrictos, el general Perón tampoco estaba proscripto si en 1972 volvía antes del 25 de agosto. El sistema siempre va planteando trampas y acá hay una proscripción de hecho”.

En ese sentido, afirmó que debería haber “una movilización popular acorde a la gravedad de lo que está enfrentando, fundamentalmente, el pueblo”. Quien lee podría preguntarse, con razón, si el Cuervo habla de una movilización popular para imponer un aumento generalizado de salarios, la ruptura del pacto hambreador con el FMI o el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles para que a nadie le falte el empleo. Pero no, nada de eso.

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Para Larroque lo que necesita el pueblo es “un gobierno peronista, un gobierno kirchnerista”. Y “la persona que tiene el porte y la capacidad de estadista” para llevarlo adelante “es, sin dudas, Cristina Fernández de Kirchner”. El ministro fuerza el discurso para intentar convencer (no se sabe a quién) de que una candidatura de CFK “es lo que necesita el pueblo, porque si no pareciera que es una cuestión de lo que quiere el kirchnerismo, lo que quiere La Cámpora, lo que quiere el peronismo”. Lo que se dice, un audaz.

Según el ministro (que garantiza muchas de las políticas de pobreza e indigencia en territorio bonaerense), desde diciembre de 2019 Argentina no estaría siendo gobernada por el peronismo y menos aún por el kirchnerismo. Curiosa conclusión a la que llega, ya que el Frente de Todos no es otra cosa que una creación de la propia Cristina en alianza con dirigentes de otras alas del mismo peronismo, como Alberto Fernández y Sergio Massa.

Y más curioso aún cuando es la misma CFK y sus laderos, empezando por su hijo y diputado Máximo Kirchner, quienes más se esfuerzan por sostener al ministro de Economía en su plan de ajuste y empobrecimiento de la población en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

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No hay dudas, como dice Larroque, de que importantes sectores de los poderes económico, judicial y mediático se alinean con Juntos por el Cambio y preferirían derrotar y liquidar al kirchnerismo como corriente política de peso en el peronismo. Pero de ahí a esquivar el bulto y negar que desde hace más de tres años gobierna el peronismo y el kirchnerismo, es como mucho.

Si esas van a ser las definiciones más “serias” de los “progresistas” de la coalición gobernante, entonces no es otra cosa que una tomada de pelo a las millones de personas que los votaron en 2019 la supuesta “autocrítica” que los lleva a decir que “no supieron” en todo este tiempo “enfrentar” a esos factores de poder “con las medidas que había que tomar”. Porque medidas tomaron. Y muchas. Pero todas en favor de las grandes corporaciones y grupos financieros a los que, retóricamente, dicen enfrentarse.