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Red Internacional
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No, la abstención no es un privilegio

No votar por otra masacre de Melilla no es un privilegio. No votar para apoyar a un gobierno que la perpetró, no es un privilegio. Es una decisión política, y quizás sería mejor indignarse más con quienes son responsables de esa masacre que con quienes no queremos darles nuestro apoyo.

Miércoles 19 de julio de 2023

El debate sobre el voto al mal menor y la abstención está ocupando el centro en los debates de la izquierda, marcado por la preocupación que compartimos ante el avance de la derecha y sus políticas. Pero, hay quien plantea que no dar nuestro voto para un nuevo gobierno del PSOE de Marlaska es un privilegio de hombres blancos cis. Nosotras no pensamos lo mismo, y nos negamos a que nuestra decisión política se borre así en este debate o sea sometida a un chantaje en favor de subordinarse al mal menor.

Porque muchas de las que planteamos que no hay alternativa a la que apoyar en estas elecciones somos mujeres, migrantes, racializadas, personas LGTBI y precarias organizadas, que ponemos el cuerpo todos los días para frenar a la derecha. Porque mirando los datos de abstención encontramos también allí a los sectores más precarios de la clase trabajadora, golpeados por las crisis, la inflación y las leyes represivas que ha ampliado este gobierno, y abandonados por las burocracias sindicales.
Los verdaderos privilegiados se encuentran al otro lado, explotándonos y haciendo leyes contra nosotras. No les hagamos el favor de apuntar a otro lado y dejar de señalarlos como lo que son.

Ayer mismo veíamos un nuevo desahucio en Moratalaz, en el que un operativo con más de 50 policías nacionales bajo la dirección del Ministerio de Interior dejó a 18 familias en la calle. Al mismo tiempo, una madre y su hija sin alternativa habitacional eran desahuciadas en Valencia. Hoy un bloque en Barcelona, tres familias con niños.

Nos vais a disculpar, pero nosotras nos negamos a dar el más mínimo apoyo político a los responsables de estos desahucios y esa represión y vamos a denunciar que esa ley de vivienda que nos venden como un avance social es una estafa.

Nos negamos a votar a quienes mandan tanquetas a reprimir a obreros en huelga como en Cádiz o Vigo, y a quienes nos reprimieron cuando salimos a movilizarnos con la rabia a flor de piel tras el asesinato homófobo de Samuel. A quienes aumentan las plazas de policía y guardia civil, no derogan la ley mordaza, aprueban la mordaza digital y una reforma del código penal para reprimirnos más y mejor.

Y no dudemos por un momento que, si sigue en el Gobierno, el bloque progresista va a seguir desplegando todo el poder represivo del Estado contra nosotras cuando salgamos a protestar contra el recorte de 20.000 millones de gasto público que le acaba de prometer a Bruselas.

Vamos a denunciar que quienes dicen que les votemos para frenar a la derecha son los que han mantenido la criminal ley de extranjería, las devoluciones en caliente, han abandonado hasta la muerte a barcas en el mar llenas de vidas migrantes que pedían auxilio, quienes han defendido en la cumbre de la OTAN que la migración sea considerada una amenaza híbrida, quienes, como Yolanda Díaz, llevan de número 2 a Santos Maraver, defensor de la ocupación del Sáhara Occidental por parte de la dictadura marroquí, y quienes han subido el presupuesto militar imperialista para poder seguir expoliando otros países más y mejor.

A nosotras nos preocupa mucho la derecha, por eso combatimos a quienes les han abierto la puerta decepcionando, haciendo políticas de derecha durante toda la legislatura y preparando el terreno, a base de leyes represivas y desmovilización, para que la derecha avance en las instituciones y ojo, también en las calles.

Por eso este 23J y todos los días luchamos contra esa lógica de la miseria de “lo posible” y nos dejamos la piel en construir una alternativa política que ponga en el centro la lucha de clases, la única capaz de frenar a los reaccionarios que vienen a por nosotras y nuestros derechos.

Por nuestra parte, no vamos a atacar con insultos de ningún tipo a compañeros y compañeras de lucha que confían en que lo mejor es seguir votando a los responsables de la masacre de Melilla. De igual modo, a vosotrxs os pedimos que no nos culpéis del avance de la derecha a quienes defendemos una alternativa de independencia de clase, porque los culpables son los que están ahí arriba gobernando.

Porque lo que está claro, compañeras, es que tenemos que organizarnos y recuperar la lucha en las calles, las empresas, las universidades, los institutos y los barrios. Porque es con la lucha con la que vamos a pararlos.


Lucía Nistal

Madrileña, nacida en 1989. Teórica literaria y comparatista, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Milita en Pan y Rosas y en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT).

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