El 4, 5, 7 y 8 de enero serán los días en los que se rendirá la prueba de transición (PTU) y son más de 268 mil estudiantes los que están inscritos para darla. Desde el gobierno preparan las medidas sanitarias para evitar aglomeraciones y contagios pero también posibles manifestaciones, mandando a más de 6 mil pacos para resguardar las sedes.
Jueves 31 de diciembre de 2020
Ayer, durante el balance realizado por el MINSAL sobre el estado de la pandemia en Chile, el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, participó y se refirió a las medidas sanitarias que se implementarán durante el desarrollo de la prueba, como la demarcación en las salas para mantener un metro de distancia entre las y los estudiantes, o que cada uno debe llevar su propio lápiz y goma de borrar.
"Hago un llamado al autocuidado por parte de todos los jóvenes que van a rendir la prueba; estamos a muy pocos días; ya ha pasado un tiempo considerable en el cual se han venido preparando y no conviene tirar por la borda todo el esfuerzo de estos últimos meses; por lo cual pedimos que hagan un esfuerzo especial por cuidarse, para que puedan rendir la prueba en las fechas que les corresponde" señaló el subsecretario.
¿Y donde está el “esfuerzo” de este gobierno durante toda la pandemia?
Durante meses nos vimos empujados a asistir a clases online sumamente precarias, donde tuvimos que valernos por nosotras y nosotros mismos para poder aprender los contenidos del currículum escolar y preparar esta prueba. Nuestras profesoras y profesores se vieron sobrecargados de trabajo por la excesiva cantidad de guías y evaluaciones que exigía el Ministerio de Educación. Como estudiantes cargamos con todo eso también, incluso cuando muchas y muchos no poseen las condiciones materiales para conectarse, como implementos tecnológicos o internet, el Estado solo insistió en que volviésemos a clases presenciales, arriesgando la salud y la vida de miles de estudiantes, profesores y asistentes de la educación.
Los recursos que estaban destinados para arreglar la infraestructura de los recintos educacionales durante la pandemia jamás se aplicaron, con la excusa de que no tenía sentido repararlos si los estudiantes no nos encontrábamos en los liceos, lo que va en contra de toda lógica, ¿o pensaban arreglar las salas con nosotros dentro?
Hay plata para los pacos y no para estudiar
Se confirmó que más de 6 mil efectivos de carabineros estarán resguardando las sedes de rendición los 4 días de la prueba, esto ante la amenaza de posibles manifestaciones de boicot como las vividas a comienzos del 2020 por secundarias y secundarios, que además tuvieron el apoyo de amplios sectores de la población. Esto significa una inversión no menor del presupuesto del Estado en el despliegue de estos efectivos. Prefieren invertir en eso para aplacar las movilizaciones, que cambiar estructuralmente la existencia de la precariedad en nuestra educación.
Durante años hemos vivido el desfinanciamiento a la educación pública por parte de todos los gobiernos, nosotres sabemos vivamente lo que es la herencia de la dictadura porque además de esta precarización en nuestros estudios sufrimos la represión cada vez que nos movilizamos por el fin a leyes represivas como la de ley aula segura, o cuando salimos a saltar los torniquetes y dimos comienzo a una rebelión histórica en nuestro país.
A pesar del aumento de los contagios en muchas regiones de Chile aún insisten con que demos esta segregadora prueba, a los empresarios de la educación no les importa si nos contagiamos y arriesgamos nuestras vidas por esto, quieren continuar lucrando con la educación como lo han hecho estos últimos 30 años gracias a la administración de la herencia pinochetista por parte de todos los partidos del régimen. Nuestra pelea es por acabar con esta prueba que nos divide injustamente, pero no es suficiente sin acabar con toda la herencia de la dictadura y conquistar una educación gratuita y de calidad, con acceso irrestricto a las universidades para que todo el pueblo trabajador tenga el derecho a estudiar, y que esto sea financiado con todo el dinero que generan los recursos naturales y que los empresarios saqueadores de derechos roban para llenar sus bolsillos.