Actualidad. No me arrepiento de este amor por Gilda

Miriam Alejandra Bianchi era el nombre legal de la cantante de tropical. Hace veinticuatro años perdió su vida en un accidente automovilistico. Gilda, sigue sonando.

Pasito a pasito

Nació el Cuando 11 de octubre de 1961, en Buenos Aires, sus padres Omar Bianchi e Isabel Scioli querían llamarla ‘Shyll’. pero las oficinas de Registro Civil no lo aceptaron por eso terminó siendo registrada como Miriam Alejandra Bianchi. Sin embargo sus más conocidos le decían, Gilda.

Con una vida humilde, la tragedia tocó pronto a su puerta. A sus diez años, su padre quedó hemipléjico y durante 6 años la familia pasó hambre. Esta situación, la empujó a estudiar para maestra de inicial, aunque su sueño fue ser pediatra y cantaba para despejar las penas. Por las tardes trabajaba medio tiempo para ayudar en los gastos de la casa.

Cuando tuvo 18 años decidió casarse con Raúl Cagnin, un pequeño empresario y tuvo dos hijos. El matrimonio no duró mucho ya que él no toleró que Gilda empiece su carrera artística.

Paisaje

Se dice que en 1987 mientras iba a laburar a la escuela se encontró a Toti Giménez en el colectivo, quien había sido su amigo. Él, que ya se dedicaba a la música profesionalmente, la convenció de que se dedicara ella también. Al poco tiempo ella se separó de su marido fue a un casting y arrancó.

Otras versiones indican que fue ella misma y sin ayuda de nadie la que decidió volver a su primer amor, la música. La verdad sólo la sabe ella, pero a esta altura poco importa.

Lo cierto es que la década del ’90 el paisaje no fue alentador para la clase trabajadora. Pero Gilda tuvo otra suerte. La movida tropical ganó su espacio en la televisión pública y así ella fue ganando su lugar. Su música empezó a sonar en la radio, cumpleaños y cada fiesta que se hacía. “No me arrepiento de este amor”, “Paisaje”, “Fuiste”, “Corazón Valiente”, son los que más repercusión tuvieron.

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La maestra jardinera y había vivido gran parte de su vida entre Villa Devoto y Villa Lugano, empezó a dibujar el paisaje de su carrera. Su voz empezó a cautivar.

No es mi despedida

“Hay muchas cosas que me quedan por hacer. Creo que perder todas las expectativas es como morirse. […] Así fue como fuimos creciendo y, seguramente, vamos a seguir aprendiendo de este oficio que es bastante duro”, dijo alguna vez Gilda. Con mucho esfuerzo y ayuda de su banda editó seis discos, cada uno más exitoso que el anterior.

El 7 de septiembre de 1996 luego de dar un show en vivo que se transmitió nacionalmente por Crónica TV, sube a un colectivo junto a sus hijos Fabrizio, de ocho años, y Mariel, de seis, su madre Doña Tita, y los miembros de su banda rumbo Chajarí, Entre Ríos. El resto fue noticia en todos lados, Gilda chocó y murió.

En el año 2016, a veinte años de su muerte y luego de tres intentos fallidos Natalia Oreiro protagoniza una película en homenaje a la cantante tropical, dirigida por Lorena Muñoz y escrita por Tamara Viñes. Las críticas fueron muy variadas, dejamos al público lector abierto este sitio para oiniones.

A 24 años de su despedida, la música de esta cantante sigue más vigente que nunca. Nadie se arrepiente de este amor por ella.