Es lo que afirman las trabajadoras auxiliares de las escuelas de Mar del Plata. La Izquierda Diario dialogó con ellas.
Viernes 23 de noviembre de 2018 23:36
No cobrar a tiempo y forma, tener dos o tres trabajos y pasar de escuela en escuela permanentemente es moneda corriente en el sistema educativo: se llama precarización laboral.
Las trabajadoras auxiliares, mayoritariamente jefas de hogar, lo viven en carne propia. Una situación que prácticamente se ha naturalizado a lo largo de los años y que el gobierno de Cambiemos quiere profundizar. Reflejamos aquí testimonios que dan cuenta de la situación que se vive.
Marita del Instituo de Artes Visuales Martín A. Malharro: “Mi problema es que no cobro. Nose donde está el problema porque desde la escuela cargan todo bien, los directivos se re mueven. Cuando voy a recursos humanos me dicen que ya voy a cobrar. Estoy pasando una mala situación. No puede ser que un mes cobre y otro mes no cobre. Lo necesito porque no puedo pagar la luz, el gas, ni hablar el alquiler. ¿Cómo te organizas para comer?
Realmente llega un momento en que es desesperante. No podes estar cortando clavos como yo ahora que nose si voy a cobrar en diciembre, no es justo porque yo laburo. Junio no lo cobre y me deben octubre y noviembre. Además me tengo que pagar el boleto por estar en una institución terciaria. Yo nose porque no se me paga cuando cumplo con mi trabajo. Imagínate que por cada persona que no cobra, el gobierno tiene muchísima plata.
Te endeudas, tenés que pedir prestado. No sabes si vas a cobrar al otro mes ni como lo vas a devolver, es una rueda. Uno trabaja porque quiere cobrar, es lo que uno necesita”
Natalia: “Soy auxiliar suplente. A mi titular no se le renovaron las tareas livianas y se le terminaron el 31 de marzo, teniendo que sacar licencia particular para que yo siguiera en la misma escuela. Después de esto fue una situación complicada para mí, con los no cobros mensuales. Por esto tuve retraso en mis cuentas mensuales que tenía; y en este tiempo me ocasionó atraso e intereses que no pude frenar.
En abril empecé cobrando el presentismo y no el sueldo, y es por eso que con varios compañeros con mi situación nos acercamos al consejo escolar para reclamar, teniendo como respuesta por parte del interventor que el mes siguiente nos iban a estar depositando y esto no fue así.
Cobré días del mes de mayo y estuve hasta julio sin cobrar todos los meses, y luego dos meses más sin cobrar en septiembre y ahora estoy cobrando solo 20 días.
A mi me van pagando mes a mes el aguinaldo a medida que van entrando los meses que cobro, o sea que en diciembre cobraría solo una parte proporcional”.
Mabel del jardín 930: “Este mes solo cobre $6538 de una suplencia muy corta y no me alcanza ya que soy sostén de hogar. Creo que a todos nos pasa de hacer suplencias y tener que volver a asamblea, ya que estas son muy cortas.
Estuve en una escuela donde a mi titular le iban a dar cambio de funciones porque tenía un problema grave de salud y finalmente no se lo dieron.
Estoy muy disconforme con respecto a todo lo que está pasando. Nos están bloqueando derechos, están cada vez más estrictos. Parece que nos quieren eliminar o hacer la educación privada, lo cual no van a lograr. Están haciendo todo esto para llegar a ese punto”.
Mercedes de la secundaria 5 “Estuve 6 meses sin cobrar hasta que se pudo regularizar mi situación. Sé que otros compañeros han seguido con ese problema. Hay personas que aún no cobraron lo que le deben.
Por supuesto es algo muy injusto ya que tenés que vivir privándote de las cosas básicas, yendo a trabajar todos los días. O sea, es una mierda”.
Estos testimonios dan cuenta de la realidad que vivimos los y las trabajadoras de la educación, que somos los que todos los días sostenemos a la educación pública frente a la desidia estatal que en agosto de este año se cobró la vida de Sandra y Rubén.
Esta situación se profundizará ya que el recientemente votado presupuesto en el congreso para el año que viene implica un fuerte recorte en salud y educación, que se traducirá en peores condiciones laborales para los y las trabajadoras de la educación, como por ejemplo ceses de contratos al 31 de diciembre, levantamiento de tareas livianas, mayor flexibilización por faltante de cargos y menos plata para comedores e infraestructura.
Es urgente que los sindicatos, comenzando por ATE, se pongan a la cabeza de estos reclamos, convocando a asambleas de afiliados y no afiliados para discutir entre todos un plan de lucha a la altura de la situación.