Entrevistamos a Massimo Modonesi, sobre la situación de los gobiernos “progresistas” latinoamericanos y las perspectivas de la izquierda. Modonesi es profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, autor de “Subalternidad, antagonismo, autonomía. Marxismos y subjetivación política” y otros trabajos.
Viernes 20 de noviembre de 2015
El balance es dramático. Yo hablo de una década perdida en términos de la acumulación de fuerzas autónomas de las clases subalternas. Esto se paga hoy y se pagará mañana. Y lo pagan también los mismos gobiernos progresistas que no ya no pueden recurrir con eficacia –lo hacen verbalmente- a la movilización como práctica y arma en contra de las derechas, del imperialismo y de los proyectos de restauración neo-liberal.
Al mismo tiempo no me sorprendería que hubiera votantes del FIT que voten por el FpV para evitar un gobierno de Macri. Hay que contemplarlo y si ocurre, como creo que ocurrirá, entenderlo y no generar un cierre sectario y gritar a la traición. Hay que entenderlo no tanto como una lógica defensiva de votar por el menos peor, discutible pero con aspectos de verdad, sino también porque un gobierno de derecha llevaría al kirchnerismo a la oposición, con posibilidades de que se regenere socialmente al calor de las luchas, y generaría una situación difícil para el propio FIT. Yo siempre prefiero que el equilibrio político general se desplace o se mantenga hacia la izquierda, aunque el centro sea un progresismo limitado y desmovilizador. Lo prefiero por varias razones. Por los saldos, aunque sean mínimos en términos de redistribución de la riqueza y de nacionalización de los medios de producción. Pero sobre todo porque creo que una fuerte oposición de izquierda radical solo puede darse y arraigar en esas condiciones, foguearse eventualmente como minoría combativa en la pendiente de un desplazamiento hacia la izquierda del escenario político y de concientización de las masas. Porque aunque los gobiernos progresistas desmovilizan y despolitizan, los procesos de movilización y politización profundos y duraderos, de corte y alcance anticapitalista, deben poderse dar y sostener en esas condiciones, y no sólo en la confusión interclasista que reina en medio de los grandes movimientos populares antineoliberales o antioligárquicos, que son importantes experiencias políticas, de activación y de subjetivación política pero que tienen que decantarse y poderse llevar más lejos si queremos construir un contrapoder duradero y con perspectiva de futuro, un futuro anticapitalista.
Juan Dal Maso
(Bs. As., 1977) Integrante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 1997. Autor de diversos libros y artículos sobre problemas de teoría marxista.