Después del cierre de las instalaciones de la FCPyS el viernes pasado, a propósito de la visita de Ricardo Anaya, los estudiantes llevaron adelante dos asambleas donde las inconformidades rebasaron la realización del diplomado. El cambio de rector, la antidemocracia y la falta de transparencia sobre la mesa.
Agrupación Juvenil Anticapitalista @AgJuvAnticapMx
Lunes 9 de septiembre de 2019
Como resolutivo de las dos asambleas que se realizaron el viernes, se hizo el llamado a un diálogo público entre Angélica Cuéllar, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y los estudiantes, abierto a trabajadores y académicos, con el fin de que la directora de la facultad rinda cuentas sobre la intención de que figuras como Ricardo Anaya, ex candidato presidencial del PAN, visitara la universidad.
Así, lo progresivo de ambos espacios de discusión es que si bien el cuestionamiento por parte de un sector del estudiantado comenzó por la presencia de Ricardo Anaya como “tecnócrata neoliberal”, en el diplomado “La política mexicana contemporánea: Una mirada plural” en la FCPyS, de inmediato la discusión versó sobre dos aspectos aún más importantes: el costo elevado del diplomado que se anunció en hasta 20 mil pesos, como expresión de la privatización de la educación en la UNAM, y el hecho de que a los alumnos no se les toma en cuenta en la línea académica de los planes de estudio, ni mucho menos en el contenido y los ponentes de foros, coloquios y diplomados.
Anaya en la FCPyS y la elección de Rector, todo se mueve en la UNAM
Anaya en la FCPyS y la elección de Rector, todo se mueve en la UNAM
Los estudiantes no olvidamos
Esto es, sin duda, expresión de que, contrario a lo que les gustaría a las autoridades, los estudiantes no olvidan tan fácil las lecciones de sus propios movimientos, y mucho de lo que se puso sobre la mesa fue en memoria de la bandera que miles de estudiantes enarbolaron el semestre pasado en el movimiento #FueraPorrosdelaUNAM.
El hecho de que el diplomado se programara en tan alto costo deja ver un problema cada vez más evidente dentro de la UNAM, que es que el acceso a la educación, como ocurre a nivel nacional, es un derecho que se arranca de las manos de los que menos tienen.
Como se denunció en las asambleas, la titulación mediante diplomados, es ya una posibilidad para algunas de las carreras - como se aprobó recientemente para la carrera de sociología-. Si los diplomados se someten a costos tan elevados, esto abre una brecha entre quienes pueden pagar esta modalidad de titulación y quienes no cuentan con los recursos económicos, que son en realidad la gran mayoría de los estudiantes de esta universidad.
Otra inconformidad presente en la asamblea fue la falta de incidencia de la comunidad en la línea académica de los contenidos dentro de la facultad, así como la falta de transparencia en el uso de los recursos.
Sin embargo, no se trata sólo de cuestiones académicas, en realidad la comunidad universitaria no es tomada en cuenta en ninguna decisión dentro de la UNAM. A pesar de que existe una “representación estudiantil” en el consejo universitario, estos consejeros rara vez interlocutan con la base a la que se supone representan y en todo caso, el Rector tiene la facultad de veto, que puede ejercer sobre cualquier decisión que se salga de los acuerdos que él conviene con empresarios y políticos, por fuera de la comunidad.
Cambio de rector y disputa política en la UNAM
En las asambleas se hizo hincapié en que tal y como se ha dado a conocer por distintos medios informativos, la actual directora de la UNAM, Angélica Cuéllar, se vislumbra como una de las cartas del Morena para disputarse la rectoría en el próximo cambio de rector de la UNAM que se llevará a cabo, como marca la agenda universitaria, en noviembre próximo. Así que cientos de estudiantes se preguntaron ¿con qué fuerzas políticas busca quedar bien la administración de la facultad y con qué fines?
A pesar de que la intervención de Ricardo Anaya en la FCPYS buscaba presentarse como un acto inofensivo, en nombre de la “pluralidad”, es natural que fueran cientos de jóvenes los que una vez que se puso el cuestionamiento a lo que Anaya representa (escándalos de corrupción, vínculos con la derecha conservadora, heredero del partido de la Guerra contra el Narco, etc.) rechazaran su presencia en la UNAM.
Lo que esta situación dejó ver, es que si bien las pugnas políticas entre cotos de poder dentro de la universidad son la constante, el estudiantado está menos dispuesto a observar cómo se lucra con la educación pública, en un momento donde se esperan profundas transformaciones en la vida universitaria.
El llamado a Angélica Cuéllar a un diálogo público por parte de los estudiantes vino acompañado de una serie de exigencias relacionadas con la democratización de la toma de decisiones en la universidad, así como la defensa de la educación pública y gratuita, resumida en un documento entregado a Arturo Chávez, secretario general de la facultad, quien de antemano advirtió que Cuéllar tenía ya un compromiso, para el día de hoy.
Sin embargo, la respuesta del estudiantado fue contundente. Esta vez las condiciones las ponen aquellos a quien Cuellar dice representar, así que si no se presenta, la asamblea del día de hoy a la una de la tarde determinará nuevas acciones para profundizar la presión.
Hay dos cosas que habrá que tener presentes ante esta nueva exigencia hacia las autoridades: primero que los intereses de la comunidad de trabajadores, académicos y estudiantes están por fuera de los intereses de los partidos políticos que hoy se disputan la rectoría, incluyendo al Morena que representa Angélica Cuéllar.
No es la primera vez que la comunidad organizada llama a un diálogo con los directivos de la FCPyS. La última experiencia fue en 2010, con el movimiento #Nomequieromorirenpolakas, y lo que fue la construcción de extensión de edificios, pumas hasta las 10 de la noche, entre otras cosas.
No nos conformemos con menos, compañeros.