Final de un verano extendido para los dirigentes de la CGT. Sin sobresaltos y mientras los ataques que padecen los trabajadores a ellos no los tocan, los dirigentes se debaten entre una marcha de protesta y un acuerdo con el oficialismo.
Jueves 21 de marzo de 2019 12:48
Como es de costumbre, la conducción de la CGT siempre aborda los temas una vez que los hechos están consumados. Así dejaron pasar cierres de fabricas, mas de 250.000 despidos, represiones varias, a los trabajadores de Coca-Cola, de Siam, a los productores de verduras, a los de Madygraf cuando realizaban el cuadernazo en congreso, con trabajadores y periodistas detenidos y la lista es larga.
La modalidad de las empresas de ajustar presentando Procedimientos Preventivos de Crisis, (PPC) que implica flexibilizar las condiciones de trabajo, imponer retiros voluntarios y despedir, con el aval del Gobierno que trabaja para los empresarios y el FMI, tampoco los movió de sus sillones y menos altero sus vacaciones, asique no estará en la agenda.
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Hoy se termina el verano y vuelve la rosca en la CGT. ¿Cual es el temario que abordará la reunión?
El Consejo Directivo de la CGT mantendrá esta tarde su primera reunión del año en su sede de la calle Azopardo con una agenda que incluirá la negociación con el gobierno por la salud y el blanqueo laboral, y la realización de una marcha de protesta para el 4 de abril. Marcha que no está confirmada, dependerá que negocien con el Gobierno.
En ese contexto, los gremios enfrentados al Gobierno nacional redoblaron la presión para que la central obrera convoque a un nuevo paro nacional. En ese sentido el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, y el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, salieron a reclamar a la conducción de la CGT que convoque a un paro general en rechazo a la situación económica del país, y de esa forma incrementaron la presión luego de que la central obrera anunciara que hará una marcha el mes próximo.
"Le vamos a exigir a la CGT un paro general, vamos a profundizar nuestras críticas a este gobierno", anticipó en declaraciones periodísticas Pablo Moyano, que lidera el sector de la central obrera que el año pasado se alejó de la conducción en desacuerdo con mantener una postura dialoguista con la gestión de Mauricio Macri.
Este sector que se dice "disidente" de la CGT que encabezan Hugo y Pablo Moyano, que forman parte de la Corriente Federal considera "insuficiente" la movilización que organiza la CGT para el 4 de abril "en defensa de la producción y el trabajo" y reclama al binomio de Héctor Daer y Carlos Acuña que le ponga fecha a una huelga nacional.
En paralelo a la rosca entre oficialistas y "opositores", empiezan a mostrarse las cartas para las próximas elecciones. En ese plano casi no hay diferencias, la alternativa es votar para sacarlo a Macri y no definir un plan de lucha concreto que se enfrente a las políticas económicas dictadas por el FMI y al ajuste, que enfrente los despidos y la precarización laboral.
Eso no es parte de la agenda, y como es habitual para la burocracia peronista, busca contener toda alternativa que supere a las direcciones sindicales y convoque a organizarse de forma independiente. Es por eso que la rosca interna, dentro y fuera de la CGT, empieza a estar cada vez más condimentada por la pelea electoral, es decir, por el posicionamiento político de cada jefe sindical con uno u otro proyecto político patronal, que no es la defensa de los intereses de los trabajadores.
Por el lado del moyanismo y algunos de sus aliados, se juegan al armado de un gran frente con el kirchnerismo. Por el lado de los gordos, independientes y no alineados que sostienen la conducción cegetista, decidieron jugar para el espacio que proyecta la posible candidatura de Roberto Lavagna en el PJ federal.
Es por todo esto que nada puede esperarse de esta primer reunión del año de la CGT. Seguramente nada que patee el tablero para enfrentarse al Gobierno y a los empresarios que están descargando de forma brutal la crisis sobre el pueblo trabajador.