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Red Internacional
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Criminal. No solo alimentos: Pettovello esconde frazadas en medio de la ola de frío

Mientras pasea sus modelitos de temporada invierno en actos oficiales, sigue burlándose del hambre y el frío de los más pobres. Distintas organizaciones denunciaron que la ministra de Capital Humano tiene 65 mil frazadas sin repartir mientras familias en viviendas precarias o situación de calle la pasan muy mal.

Lunes 15 de julio 12:29

“Repartieron algunas frazadas en estas semanas, pero habrán sido unas 15 mil con toda la furia. Y tenían más de 80 mil. Mientras en los últimos días murieron en la calle dos personas en Corrientes, una en Mendoza, otra en Mar del Plata, dos en Rosario”. El que habla es Horacio Ávila, referente de la ONG Proyecto 7, que acompaña a gente en situación de calle.

Según se desprender del seguimiento de datos oficiales, hasta los últimos días había 75.870 frazadas de una plaza y casi 6000 de dos plazas en depósitos de CABA, Gran Buenos Aires y Tucumán. El número preciso. 41.370 en Tucumán, 21.498 en Villa Martelli y 18 mil en Palermo. En total, 81.868 frazadas. En los inventarios de lo que recibió Pettovello al asumir, también hay estufas de distinto tipo, así como calzado y abrigo.

Sin embargo el ministerio solo repartió una pequeña cantidad. Y lo hace más pensando en “puestas en escena” que en la mínima actividad asistencial del Estado. Así lo muestra el tweet que difundió Capital Humano el viernes 28 de junio. “Este viernes despegó un avión desde el aeropuerto de El Palomar hacia Santa Cruz con alimentos y frazadas, entre otros elementos, para hacer frente a las bajas temperaturas”, dice el mensaje. Allí se puede ver a Pettovello con un hermoso sacón de cuero, echarpe color hueso, guantes y botas combinados, acompañada por Luis Petri. La escenografía incluía aviones y personal militar, el mismo que custodia los galpones de Villa Martelli donde se pudren millones de kilos de alimentos.

Lo cierto es que después de ese día el frío empeoró. Fallecieron personas trabajando en estancias o en las calles. Miles de pibes pasan frío en las barriadas populares no solo de la Patagonia. A pocas cuadras de la Casa Rosada también. Algunos directamente mueren en la calle.

Pero, así como hizo con los alimentos, a la ministra no se le mueve un pelo. Acá ni siquiera parece tener cabida su guerra contra las organizaciones. Incluso tira por abajo el argumento de que se trata de productos “para contingencias graves”. Es puro desprecio de clase a quienes la pasan mal. De la misma manera que aumenta el precio de las garrafas o los tarifazos, apolilla frazadas en galpones.

El problema de las condiciones de vida de millones de personas no se va a resolver con las mercaderías guardadas en los galpones del Ministerio. Hay que tenerlo claro. Pero el gobierno ni siquiera cumple en repartir esos paliativos elementales que forman parte del sistema de asistencia del Estado capitalista, lo que es una provocación completa.

Hay que exigir la asistencia completa a los sectores más castigados por la crisis, ahora en medio del invierno. Y ponerse de pie para pelear por tierra y vivienda, trabajo genuino y un salario que cubra la canasta familiar, la anulación de los tarifazos y la nacionalización de las empresas de servicios, un plan de obras públicas para resolver los problemas estructurales más urgentes. No se puede rescatar a la clase trabajadora de la barbarie mendigándole eternamente ayuda a los gobiernos capitalistas.